Trump asegura en Davos que ‘América primero’ no es América en solitario
El presidente de EE UU rechaza las acusaciones sobre el proteccionismo que pesan sobre su política comercial y defiende su compromiso con el sistema comercial global
Alicia González
Davos (Enviada especial), El País
Estaba previsto que Donald Trump evitara el tono agresivo que lo llevó a la presidencia de EE UU y lo cumplió. América primero pero no en solitario se ha convertido en el nuevo mantra de su Administración para defenderse de las críticas aislacionistas de sus socios internacionales sin por ello abandonar a las bases republicanas que le auparon al poder. Cierto es que los compromisos son limitados: Corea del Norte, ISIS, Irán. Y que defendió un sistema comercial global “justo y recíproco”. Pero lejos quedan los exabruptos de campaña. En ningún lugar va a poder presumir como lo hizo ayer en Davos de su reforma fiscal y la subida de las Bolsas.
Donald Trump se atuvo este viernes al guión que le habían preparado cuidadosamente sus asesores para este Foro Económico Mundial (WEF, en sus siglas en inglés), lo que con un presidente tan imprevisible como él no era seguro. Es verdad que Trump jugaba en el terreno más favorable posible para sacar pecho de su primer año de presidencia, que la recepción con banda de música incluida no podía mostrar mayor entrega de los organizadores. Pero antes de su llegada al Foro de Davos se había levantado frente a él una coalición multilateral con la que ayer pretendió acortar una cierta distancia. El presidente estadounidense pronunció su discurso durante unos 25 minutos, en un tono lento y contenido y solo en las preguntas se salió ligeramente del libreto y dejó aparecer algo de ese animal mediático que lleva dentro, entrenado en años de reality show.
“América primero pero no en solitario” fue el mensaje que Trump quiso trasladar ayer a sus socios internacionales. El compromiso de Estados Unidos con la comunidad internacional sigue firme, vino a decir Trump, en la búsqueda de “la paz, la seguridad y la prosperidad”. Para ello, es prioritario abordar las amenazas de Corea del Norte, el apoyo de Irán a los grupos terroristas o continuar con la estabilización en Siria. “Mi Gobierno se enorgullece de liderar los esfuerzos en la ONU para unir a las naciones en nuestra campaña para desnuclearizar la península de Corea y destruir organizaciones como el ISIS”, destacó Trump. Fuera del discurso quedaron temas tan decisivos como el cambio climático, las tensiones en Oriente Próximo o la suerte de los refugiados, que sí han estado presentes en los debates de Davos.
Incluso en materia comercial, donde no ha faltado prácticamente líder político que pasara por el Foro que no defendiera que “el proteccionismo no es la respuesta”, Trump dijo estar del lado del sistema comercial global, con unos mercados abiertos y libres pero reformados para evitar “compartimentos depredadores”. “Apoyamos el comercio libre pero tiene que ser justo y recíproco”, relató. No descartó incluso volver al acuerdo comercial del Pacífico (TPP) “si es bueno para todos”.
Pero ante todo, Trump ejerció ayer de comercial, de animador de los negocios. “Vengan a América, estamos abiertos a los negocios. No ha habido un mejor momento que este para hacer negocios en EE UU”. En el más puro estilo Trump, donde todo es grande e increíble, el mandatario estadounidense hizo un repaso del buen momento de la economía estadounidense, como ayer ratificaron los datos de crecimiento de 2017. “La confianza de los inversores, fabricantes y los consumidores rebasa las cifras de hace décadas. Desde mi elección generamos 2,4 millones de puestos de trabajo y la tendencia sigue al alza”, apuntó y recalcó que la tasa de desempleo es de las más bajas de la historia estadounidense “incluso entre la comunidad afroamericana y los hispanos”. “El mundo es testigo de un nuevo auge de un próspero EE UU”, dijo. Y si algo exhibió con especial orgullo fue su rebaja de impuestos —“la mayor desde Reagan”— y las medidas en favor de la desregulación. “La respuesta de las empresas no nos ha sorprendido pero sí ha superado nuestras expectativas. Hay miles y miles de millones de dólares dispuestos a invertir en la economía”, recalcó.
Candidato para 2020
Donald Trump se apuntó este viernes los logros exhibidos por la economía estadounidense en estos 12 meses, sobre todo la escalada de las Bolsas y la reducción del paro. Pero ante todo exhibió los efectos que, según él, ya empieza a mostrar la rebaja de impuestos sobre las empresas y la renta de las familias. Y lo cierto, según Kenneth Rogoff, profesor de Economía en Harvard, es que el recorte fiscal va a impulsar el crecimiento a corto plazo y que la economía va a jugar a su favor. “Quienes creían que iba a ser un presidente de un solo mandato se equivocan. Hay candidato para 2020”, recalcó.
El de este viernes fue, además, el triunfo del ala moderada de la Casa Blanca, el que representan el jefe de Asesores Económicos, Gary Cohn, y el asesor de Seguridad Nacional, el general H. R. McMaster, frente a la hostilidad hacia el orden mundial y la globalización del antiguo jefe de Estrategia, Steve Bannon, ya fuera del gabinete. Pero con Trump es imposible dar por seguro ningún cambio.
Trump no resistió la tentación, en el turno de preguntas, de hacer un reproche al hombre de Davos, algunos de los cuales forman parte de su gabinete, como el antiguo número dos de Goldman Sachs, habitual del WEF, y el citado Gary Cohn. A ese prototipo de ejecutivo de multinacional que forma parte de la élite global y que suele ser partidario de los demócratas en EE UU. “¿Si hubiera ganado mi oponente [Hillary Clinton], a la que algunos de los que están sentados en estas filas apoyaron, creen que la Bolsa hubiera subido el 50% como lo ha hecho desde mi elección? Yo creo que seguramente hubiera bajado el 50%”. Los datos, sin embargo, confirman la tendencia a la exageración del magnate. Desde las elecciones, los mercados han subido un 44% y desde que asumió el cargo, un 31%, según Bloomberg.
Abucheos
Volvió a cargar contra los medios de comunicación. “Hasta que no entré en política no me di cuenta de lo desagradable, agresiva y mentirosa que puede ser la prensa”, una declaración recibida con algunos abucheos que escasos aplausos intentaron romper. También recibió algunos abucheos la declaración del fundador del WEF, Klaus Schwab, cuando aseguró que Trump era objeto de algunas “interpretaciones equivocadas y sesgadas”. El entusiasmo de la comunidad financiera y empresarial con la reforma fiscal y regulatoria de Trump apenas se manifestó en aplausos.
Las reacciones al discurso tampoco se escaparon del guion. Entre los asistentes, como una banquera australiana, comentaban que había poca novedad en sus palabras, que era lo esperado, y que sólo había hablado de sus logros económicos. Para Winnie Byanyima, directora de Oxfam Internacional, Trump dejó claro que “las rebajas de impuestos están saqueando el Tesoro de EE UU para enriquecer al 1%” más favorecido de la población, según escribió en Twitter. Beatrice Fihn, directora de ICAN, la campaña internacional para abolir las armas nucleares, se felicitó porque Trump pidiera apoyo para desnuclearizar a Corea del Norte.
Alicia González
Davos (Enviada especial), El País
Estaba previsto que Donald Trump evitara el tono agresivo que lo llevó a la presidencia de EE UU y lo cumplió. América primero pero no en solitario se ha convertido en el nuevo mantra de su Administración para defenderse de las críticas aislacionistas de sus socios internacionales sin por ello abandonar a las bases republicanas que le auparon al poder. Cierto es que los compromisos son limitados: Corea del Norte, ISIS, Irán. Y que defendió un sistema comercial global “justo y recíproco”. Pero lejos quedan los exabruptos de campaña. En ningún lugar va a poder presumir como lo hizo ayer en Davos de su reforma fiscal y la subida de las Bolsas.
Donald Trump se atuvo este viernes al guión que le habían preparado cuidadosamente sus asesores para este Foro Económico Mundial (WEF, en sus siglas en inglés), lo que con un presidente tan imprevisible como él no era seguro. Es verdad que Trump jugaba en el terreno más favorable posible para sacar pecho de su primer año de presidencia, que la recepción con banda de música incluida no podía mostrar mayor entrega de los organizadores. Pero antes de su llegada al Foro de Davos se había levantado frente a él una coalición multilateral con la que ayer pretendió acortar una cierta distancia. El presidente estadounidense pronunció su discurso durante unos 25 minutos, en un tono lento y contenido y solo en las preguntas se salió ligeramente del libreto y dejó aparecer algo de ese animal mediático que lleva dentro, entrenado en años de reality show.
“América primero pero no en solitario” fue el mensaje que Trump quiso trasladar ayer a sus socios internacionales. El compromiso de Estados Unidos con la comunidad internacional sigue firme, vino a decir Trump, en la búsqueda de “la paz, la seguridad y la prosperidad”. Para ello, es prioritario abordar las amenazas de Corea del Norte, el apoyo de Irán a los grupos terroristas o continuar con la estabilización en Siria. “Mi Gobierno se enorgullece de liderar los esfuerzos en la ONU para unir a las naciones en nuestra campaña para desnuclearizar la península de Corea y destruir organizaciones como el ISIS”, destacó Trump. Fuera del discurso quedaron temas tan decisivos como el cambio climático, las tensiones en Oriente Próximo o la suerte de los refugiados, que sí han estado presentes en los debates de Davos.
Incluso en materia comercial, donde no ha faltado prácticamente líder político que pasara por el Foro que no defendiera que “el proteccionismo no es la respuesta”, Trump dijo estar del lado del sistema comercial global, con unos mercados abiertos y libres pero reformados para evitar “compartimentos depredadores”. “Apoyamos el comercio libre pero tiene que ser justo y recíproco”, relató. No descartó incluso volver al acuerdo comercial del Pacífico (TPP) “si es bueno para todos”.
Pero ante todo, Trump ejerció ayer de comercial, de animador de los negocios. “Vengan a América, estamos abiertos a los negocios. No ha habido un mejor momento que este para hacer negocios en EE UU”. En el más puro estilo Trump, donde todo es grande e increíble, el mandatario estadounidense hizo un repaso del buen momento de la economía estadounidense, como ayer ratificaron los datos de crecimiento de 2017. “La confianza de los inversores, fabricantes y los consumidores rebasa las cifras de hace décadas. Desde mi elección generamos 2,4 millones de puestos de trabajo y la tendencia sigue al alza”, apuntó y recalcó que la tasa de desempleo es de las más bajas de la historia estadounidense “incluso entre la comunidad afroamericana y los hispanos”. “El mundo es testigo de un nuevo auge de un próspero EE UU”, dijo. Y si algo exhibió con especial orgullo fue su rebaja de impuestos —“la mayor desde Reagan”— y las medidas en favor de la desregulación. “La respuesta de las empresas no nos ha sorprendido pero sí ha superado nuestras expectativas. Hay miles y miles de millones de dólares dispuestos a invertir en la economía”, recalcó.
Candidato para 2020
Donald Trump se apuntó este viernes los logros exhibidos por la economía estadounidense en estos 12 meses, sobre todo la escalada de las Bolsas y la reducción del paro. Pero ante todo exhibió los efectos que, según él, ya empieza a mostrar la rebaja de impuestos sobre las empresas y la renta de las familias. Y lo cierto, según Kenneth Rogoff, profesor de Economía en Harvard, es que el recorte fiscal va a impulsar el crecimiento a corto plazo y que la economía va a jugar a su favor. “Quienes creían que iba a ser un presidente de un solo mandato se equivocan. Hay candidato para 2020”, recalcó.
El de este viernes fue, además, el triunfo del ala moderada de la Casa Blanca, el que representan el jefe de Asesores Económicos, Gary Cohn, y el asesor de Seguridad Nacional, el general H. R. McMaster, frente a la hostilidad hacia el orden mundial y la globalización del antiguo jefe de Estrategia, Steve Bannon, ya fuera del gabinete. Pero con Trump es imposible dar por seguro ningún cambio.
Trump no resistió la tentación, en el turno de preguntas, de hacer un reproche al hombre de Davos, algunos de los cuales forman parte de su gabinete, como el antiguo número dos de Goldman Sachs, habitual del WEF, y el citado Gary Cohn. A ese prototipo de ejecutivo de multinacional que forma parte de la élite global y que suele ser partidario de los demócratas en EE UU. “¿Si hubiera ganado mi oponente [Hillary Clinton], a la que algunos de los que están sentados en estas filas apoyaron, creen que la Bolsa hubiera subido el 50% como lo ha hecho desde mi elección? Yo creo que seguramente hubiera bajado el 50%”. Los datos, sin embargo, confirman la tendencia a la exageración del magnate. Desde las elecciones, los mercados han subido un 44% y desde que asumió el cargo, un 31%, según Bloomberg.
Abucheos
Volvió a cargar contra los medios de comunicación. “Hasta que no entré en política no me di cuenta de lo desagradable, agresiva y mentirosa que puede ser la prensa”, una declaración recibida con algunos abucheos que escasos aplausos intentaron romper. También recibió algunos abucheos la declaración del fundador del WEF, Klaus Schwab, cuando aseguró que Trump era objeto de algunas “interpretaciones equivocadas y sesgadas”. El entusiasmo de la comunidad financiera y empresarial con la reforma fiscal y regulatoria de Trump apenas se manifestó en aplausos.
Las reacciones al discurso tampoco se escaparon del guion. Entre los asistentes, como una banquera australiana, comentaban que había poca novedad en sus palabras, que era lo esperado, y que sólo había hablado de sus logros económicos. Para Winnie Byanyima, directora de Oxfam Internacional, Trump dejó claro que “las rebajas de impuestos están saqueando el Tesoro de EE UU para enriquecer al 1%” más favorecido de la población, según escribió en Twitter. Beatrice Fihn, directora de ICAN, la campaña internacional para abolir las armas nucleares, se felicitó porque Trump pidiera apoyo para desnuclearizar a Corea del Norte.