Trump apuesta por la ‘opción nuclear’ para forzar la reapertura de la Administración
El Partido Republicano, pese al estancamiento de las negociaciones con los demócratas, rechaza la propuesta presidencial de eliminar las mayorías cualificadas en el Senado
J. M. AHRENS
Washington, El País
Romper y ganar. La estrategia de Donald Trump suele repetirse. Ante un desafío, su primer paso siempre es la respuesta contundente y luego debilitar al enemigo. Eso mismo está intentando para poner fin al humillante cierre de la Administración federal con que se ha estrenado su primer año de mandato y que amenaza con llegar vivo a este lunes. Ante la dificultad de que los demócratas den su voto para que vuelvan a fluir los fondos, el presidente pidió en Twitter poner en marcha la denominada opción nuclear, una reforma legislativa exprés que permitiría evitar las mayorías cualificadas en el Senado en casos como la prórroga de la financiación federal.
El planteamiento es antiguo, pero ha cobrado nueva vida con el fracaso republicano del viernes. La votación para evitar el cierre de la Administración avanzó sin problemas en la Cámara de Representantes, pero se estrelló en el Senado. Ahí los republicanos disponen de una diferencia la mínima (51 frente a 49 escaños) y para sacar adelante la extensión de fondos necesitaban 60 votos. No los obtuvieron y los demócratas lograron paralizar el gobierno.
La propuesta planteada por Trump fue rechazada por el Partido Republicano. Un portavoz recordó que no entra en su estrategia y que ya ha sido descartada en anteriores ocasiones. La opción nuclear supondría una drástica perdida de poder de los demócratas, un elemento que los republicanos saben que a corto plazo puede resultar cómodo, pero que a largo, cuando vuelvan a la oposición, lastraría su margen de maniobra parlamentaria.
La opción nuclear surge en un momento en que el bloqueo en la negociación es evidente. Al segundo día del cierre, los republicanos rechazan la exigencia demócrata de devolver la cobertura a los dreamers (los inmigrantes que entraron en EEUU siendo menores y que gozaban de protección legal por un programa de Obama). Constreñidos por las directrices de la Casa Blanca afirman que no validarán ningún pacto sobre "inmigrantes ilegales" si no se restablece antes la financiación federal.
Para ello, incluso han anunciado una votación a la una de la madrugada de este lunes. El golpe va dirigido al suelo electoral de los demócratas. El 6 de noviembre se celebran elecciones intermedias (renovación de toda la Cámara de Representantes, un tercio del Senado y 39 gubernaturas) y la sensibilidad es extrema. Un mal paso puede perjudicarles, incluso más que a los republicanos en la medida en que 10 reelecciones demócratas a la Cámara Alta tienen lugar en estados donde Trump ganó a Hillary Clinton en 2016.
J. M. AHRENS
Washington, El País
Romper y ganar. La estrategia de Donald Trump suele repetirse. Ante un desafío, su primer paso siempre es la respuesta contundente y luego debilitar al enemigo. Eso mismo está intentando para poner fin al humillante cierre de la Administración federal con que se ha estrenado su primer año de mandato y que amenaza con llegar vivo a este lunes. Ante la dificultad de que los demócratas den su voto para que vuelvan a fluir los fondos, el presidente pidió en Twitter poner en marcha la denominada opción nuclear, una reforma legislativa exprés que permitiría evitar las mayorías cualificadas en el Senado en casos como la prórroga de la financiación federal.
El planteamiento es antiguo, pero ha cobrado nueva vida con el fracaso republicano del viernes. La votación para evitar el cierre de la Administración avanzó sin problemas en la Cámara de Representantes, pero se estrelló en el Senado. Ahí los republicanos disponen de una diferencia la mínima (51 frente a 49 escaños) y para sacar adelante la extensión de fondos necesitaban 60 votos. No los obtuvieron y los demócratas lograron paralizar el gobierno.
La propuesta planteada por Trump fue rechazada por el Partido Republicano. Un portavoz recordó que no entra en su estrategia y que ya ha sido descartada en anteriores ocasiones. La opción nuclear supondría una drástica perdida de poder de los demócratas, un elemento que los republicanos saben que a corto plazo puede resultar cómodo, pero que a largo, cuando vuelvan a la oposición, lastraría su margen de maniobra parlamentaria.
La opción nuclear surge en un momento en que el bloqueo en la negociación es evidente. Al segundo día del cierre, los republicanos rechazan la exigencia demócrata de devolver la cobertura a los dreamers (los inmigrantes que entraron en EEUU siendo menores y que gozaban de protección legal por un programa de Obama). Constreñidos por las directrices de la Casa Blanca afirman que no validarán ningún pacto sobre "inmigrantes ilegales" si no se restablece antes la financiación federal.
Para ello, incluso han anunciado una votación a la una de la madrugada de este lunes. El golpe va dirigido al suelo electoral de los demócratas. El 6 de noviembre se celebran elecciones intermedias (renovación de toda la Cámara de Representantes, un tercio del Senado y 39 gubernaturas) y la sensibilidad es extrema. Un mal paso puede perjudicarles, incluso más que a los republicanos en la medida en que 10 reelecciones demócratas a la Cámara Alta tienen lugar en estados donde Trump ganó a Hillary Clinton en 2016.