La UE urge a Washington a mantener el pacto nuclear con Irán
Los socios europeos de ese acuerdo reafirman que Teherán cumple lo acordado
Lucía Abellán
Bruselas, El País
Europa defiende con ardor el acuerdo nuclear con Irán frente a los recelos estadounidenses. Los socios europeos de ese pacto se han reunido este jueves con el ministro de Exteriores iraní, Mohammad Javad Zarif, para certificar que el país está cumpliendo lo firmado en 2015 y que, por tanto, no hay motivos para volver a imponer sanciones, como amenaza con hacer Estados Unidos. Más allá de la estabilidad en Oriente Próximo, los responsables europeos ensalzan los beneficios de esa paz nuclear para la propia Europa. “El acuerdo es clave para nuestros intereses de seguridad”, ha enfatizado la alta representante para la Política Exterior de la UE, Federica Mogherini.
La jefa de la diplomacia comunitaria decidió convocar el encuentro de Bruselas cuando Estados Unidos, socio clave en el marco que garantiza que Irán no tendrá capacidad para fabricar la bomba nuclear, comenzó a apartarse del compromiso. China y Rusia, las otras dos potencias firmantes, siguen apoyando su aplicación. A pocas horas de que el presidente estadounidense, Donald Trump, decida si mantiene la supresión de las sanciones al país persa que estipulaba el acuerdo, la UE le pidió que no cambie el rumbo. “Es importante que nuestros aliados americanos lo respeten. No hay razón particular para romperlo. Eso significa que se mantenga también la supresión de sanciones”, precisó el ministro francés de Exteriores, Jean-Yves Le Drian. Tanto el representante francés como sus colegas alemán, Sigmar Gabriel, y británico, Boris Johnson, comparecieron junto a Mogherini tras la reunión con el ministro iraní.
Los cuatro mandatarios lanzaron mensajes muy coordinados para advertir a Washington de que cualquier alternativa al actual acuerdo, que tardó 12 años en negociarse, es contraproducente. Con la mirada puesta en lo que ocurre en Corea del Norte, el ministro alemán argumentó: “En un momento en que otras partes del mundo discuten cómo tener armas nucleares, enviaría una señal muy negativa de que el único acuerdo diplomático que evita la proliferación de esas armas se rompa”. Fiel a su estilo directo y alejado de los usos diplomáticos, Boris Johnson añadió: “No creo que nadie tenga una alternativa mejor para evitar que los iraníes no produzcan material nuclear. A aquellos que se oponen les digo que traigan una alternativa mejor”.
Consciente de que el acuerdo también peligra por la parte iraní —los sectores más conservadores en Teherán rechazan lo pactado por la Administración de Barack Obama y tratan de utilizar el giro de Trump para desvirtuarlo—, Johnson quiso dirigirse también a la ciudadanía iraní. “Si mantenemos el acuerdo, los iraníes deberían ver pronto los beneficios económicos”. El levantamiento de sanciones supuso el fin del veto a comerciar con Irán, que vuelve a vender su petróleo y a hacer negocios con Occidente. Pero la falta de resultados inmediatos de ese nuevo marco es percibida también como una de las razones del hartazgo de la población que han motivado las protestas de las últimas semanas en todo el país.
El levantamiento de las sanciones vinculadas al programa nuclear que aplicó la ONU —la UE y Estados Unidos suspendieron también los castigos propios que mantenían al régimen de los ayatolás— se realizó a cambio de inspecciones. Teherán se comprometió a permitir la supervisión internacional en sus plantas nucleares. La Agencia Internacional de la Energía Atómica ha certificado en nueve ocasiones que el país se atiene a lo pactado.
Misiles balísticos
Los líderes europeos de Exteriores no eludieron la principal razón que esgrime Estados Unidos para alejarse del compromiso multilateral. Se trata del papel de Irán en la inestabilidad de la región —interviene en los conflictos de Yemen, Siria y Líbano— y de la proliferación de misiles balísticos (no nucleares). Washington defiende que esas actuaciones bastan para desconfiar de cualquier pacto con el Gobierno de Hasan Rohaní. Europa rechaza ese argumento y opone que la paz nuclear no está ligada a esas cuestiones.
“Hemos expresado nuestra inquietud sobre los misiles balísticos o las crecientes tensiones en la región. Pero eso está fuera del acuerdo y debe abordarse en diferentes formatos”, argumentó Mogherini, que mantiene contacto permanente con el ministro iraní de Exteriores.
Bruselas defiende, además, que preservando la colaboración con Irán hay mayores opciones de influir en sus políticas. Este país, uno de los que más aplica la pena de muerte, acaba de adoptar una medida que reducirá sustancialmente el número de ejecuciones. El Parlamento eliminó en otoño ese castigo para un buen número de delitos relacionados con el tráfico de drogas y ahora unos 5.000 condenados verán sus casos revisados.
Lucía Abellán
Bruselas, El País
Europa defiende con ardor el acuerdo nuclear con Irán frente a los recelos estadounidenses. Los socios europeos de ese pacto se han reunido este jueves con el ministro de Exteriores iraní, Mohammad Javad Zarif, para certificar que el país está cumpliendo lo firmado en 2015 y que, por tanto, no hay motivos para volver a imponer sanciones, como amenaza con hacer Estados Unidos. Más allá de la estabilidad en Oriente Próximo, los responsables europeos ensalzan los beneficios de esa paz nuclear para la propia Europa. “El acuerdo es clave para nuestros intereses de seguridad”, ha enfatizado la alta representante para la Política Exterior de la UE, Federica Mogherini.
La jefa de la diplomacia comunitaria decidió convocar el encuentro de Bruselas cuando Estados Unidos, socio clave en el marco que garantiza que Irán no tendrá capacidad para fabricar la bomba nuclear, comenzó a apartarse del compromiso. China y Rusia, las otras dos potencias firmantes, siguen apoyando su aplicación. A pocas horas de que el presidente estadounidense, Donald Trump, decida si mantiene la supresión de las sanciones al país persa que estipulaba el acuerdo, la UE le pidió que no cambie el rumbo. “Es importante que nuestros aliados americanos lo respeten. No hay razón particular para romperlo. Eso significa que se mantenga también la supresión de sanciones”, precisó el ministro francés de Exteriores, Jean-Yves Le Drian. Tanto el representante francés como sus colegas alemán, Sigmar Gabriel, y británico, Boris Johnson, comparecieron junto a Mogherini tras la reunión con el ministro iraní.
Los cuatro mandatarios lanzaron mensajes muy coordinados para advertir a Washington de que cualquier alternativa al actual acuerdo, que tardó 12 años en negociarse, es contraproducente. Con la mirada puesta en lo que ocurre en Corea del Norte, el ministro alemán argumentó: “En un momento en que otras partes del mundo discuten cómo tener armas nucleares, enviaría una señal muy negativa de que el único acuerdo diplomático que evita la proliferación de esas armas se rompa”. Fiel a su estilo directo y alejado de los usos diplomáticos, Boris Johnson añadió: “No creo que nadie tenga una alternativa mejor para evitar que los iraníes no produzcan material nuclear. A aquellos que se oponen les digo que traigan una alternativa mejor”.
Consciente de que el acuerdo también peligra por la parte iraní —los sectores más conservadores en Teherán rechazan lo pactado por la Administración de Barack Obama y tratan de utilizar el giro de Trump para desvirtuarlo—, Johnson quiso dirigirse también a la ciudadanía iraní. “Si mantenemos el acuerdo, los iraníes deberían ver pronto los beneficios económicos”. El levantamiento de sanciones supuso el fin del veto a comerciar con Irán, que vuelve a vender su petróleo y a hacer negocios con Occidente. Pero la falta de resultados inmediatos de ese nuevo marco es percibida también como una de las razones del hartazgo de la población que han motivado las protestas de las últimas semanas en todo el país.
El levantamiento de las sanciones vinculadas al programa nuclear que aplicó la ONU —la UE y Estados Unidos suspendieron también los castigos propios que mantenían al régimen de los ayatolás— se realizó a cambio de inspecciones. Teherán se comprometió a permitir la supervisión internacional en sus plantas nucleares. La Agencia Internacional de la Energía Atómica ha certificado en nueve ocasiones que el país se atiene a lo pactado.
Misiles balísticos
Los líderes europeos de Exteriores no eludieron la principal razón que esgrime Estados Unidos para alejarse del compromiso multilateral. Se trata del papel de Irán en la inestabilidad de la región —interviene en los conflictos de Yemen, Siria y Líbano— y de la proliferación de misiles balísticos (no nucleares). Washington defiende que esas actuaciones bastan para desconfiar de cualquier pacto con el Gobierno de Hasan Rohaní. Europa rechaza ese argumento y opone que la paz nuclear no está ligada a esas cuestiones.
“Hemos expresado nuestra inquietud sobre los misiles balísticos o las crecientes tensiones en la región. Pero eso está fuera del acuerdo y debe abordarse en diferentes formatos”, argumentó Mogherini, que mantiene contacto permanente con el ministro iraní de Exteriores.
Bruselas defiende, además, que preservando la colaboración con Irán hay mayores opciones de influir en sus políticas. Este país, uno de los que más aplica la pena de muerte, acaba de adoptar una medida que reducirá sustancialmente el número de ejecuciones. El Parlamento eliminó en otoño ese castigo para un buen número de delitos relacionados con el tráfico de drogas y ahora unos 5.000 condenados verán sus casos revisados.