El Senado de los EEUU realizó una audiencia sobre los "ataques acústicos" en La Habana: "Nada pasa en Cuba sin que lo sepa el régimen"
El congresista cubano-estadounidense Marco Rubio presidió la audiencia en la que recibieron a funcionarios del Departamento de Estado. Buscan aclarar dudas sobre la investigación de los problemas de salud que sufrieron varios miembros del personal diplomático norteamericano en la isla
Infobae
Tres representantes del Departamento de Estado se presentaron este martes para testificar en una audiencia del Senado de los Estados Unidos y responder a preguntas sobre los supuestos ataques acústicos que han afectado a decenas de diplomáticos norteamericanos en Cuba.
La Casa Blanca informó que 23 empleados han sufrido pérdida de audición, mareos, fatiga y problemas cognitivos, por lo que el Gobierno recortó en septiembre casi al mínimo su personal en La Habana.
El subcomité de Relaciones Exteriores del Senado organizó la audiencia, presidida por el senador republicano Marco Rubio, un cubano-estadounidense que se ha caracterizado por sus fuertes críticas a los Castro. "Mientras sabemos que nada pasa en Cuba sin conocimiento del régimen, necesitamos ir al fondo del asunto de quién es responsable y qué métodos usaron", indicó el congresista.
Los funcionarios explicaron ante los senadores que los "ataques" ocurrieron en varias residencias. Además, señaló que por el momento los afectados no están recibiendo cobertura para sus gastos médicos, pero se ha descartado que se trate de un caso de histeria colectiva.
El presidente estadounidense, Donald Trump, ha dicho que La Habana tiene responsabilidad en problemas de salud de sus diplomáticos y familiares en los últimos 18 meses, aunque Washington no ha acusado formalmente a Cuba.
La Habana ha negado las acusaciones. Una comisión de investigación, que incluye a expertos cubanos y del FBI no ha encontrado prueba alguna de los presuntos "ataques sónicos" contra el personal diplomático estadounidense.
El Gobierno de Trump no enviará todavía de regreso a su personal a la embajada en La Habana, dijo el martes un funcionario estadounidense a Reuters, bajo condición de anonimato. La decisión había sido adelantada por el secretario de Estado, Rex Tillerson, quien dijo no estar convencido de que los "ataques deliberados" hayan terminado y señaló que el personal no retornará hasta que La Habana garantice que estarán seguros.
"Yo estaría poniéndolos intencionalmente en peligro de nuevo. ¿Por qué debería hacerlo si no tengo los medios para protegerlos?", declaró Tillerson a la agencia AP. "Me opondré a quien sea que pretenda obligarme a hacer eso".
La embajada estadounidense en La Habana reabrió en 2015 como parte del acercamiento entre el ex mandatario demócrata Barack Obama y el presidente cubano, Raúl Castro, luego de más de cinco décadas de hostilidad. Ambos ex enemigos de la Guerra Fría restablecieron formalmente relaciones diplomáticas en julio de 2015.
Sin embargo, los nexos con Cuba se han tensado desde que Trump llegó a la Casa Blanca hace casi un año, ya que el líder republicano considera que Obama hizo demasiadas concesiones a La Habana. Trump revirtió parcialmente algunas medidas aprobadas tras el acercamiento, como los viajes de estadounidenses y el comercio.
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Tres representantes del Departamento de Estado se presentaron este martes para testificar en una audiencia del Senado de los Estados Unidos y responder a preguntas sobre los supuestos ataques acústicos que han afectado a decenas de diplomáticos norteamericanos en Cuba.
La Casa Blanca informó que 23 empleados han sufrido pérdida de audición, mareos, fatiga y problemas cognitivos, por lo que el Gobierno recortó en septiembre casi al mínimo su personal en La Habana.
El subcomité de Relaciones Exteriores del Senado organizó la audiencia, presidida por el senador republicano Marco Rubio, un cubano-estadounidense que se ha caracterizado por sus fuertes críticas a los Castro. "Mientras sabemos que nada pasa en Cuba sin conocimiento del régimen, necesitamos ir al fondo del asunto de quién es responsable y qué métodos usaron", indicó el congresista.
Los funcionarios explicaron ante los senadores que los "ataques" ocurrieron en varias residencias. Además, señaló que por el momento los afectados no están recibiendo cobertura para sus gastos médicos, pero se ha descartado que se trate de un caso de histeria colectiva.
El presidente estadounidense, Donald Trump, ha dicho que La Habana tiene responsabilidad en problemas de salud de sus diplomáticos y familiares en los últimos 18 meses, aunque Washington no ha acusado formalmente a Cuba.
La Habana ha negado las acusaciones. Una comisión de investigación, que incluye a expertos cubanos y del FBI no ha encontrado prueba alguna de los presuntos "ataques sónicos" contra el personal diplomático estadounidense.
El Gobierno de Trump no enviará todavía de regreso a su personal a la embajada en La Habana, dijo el martes un funcionario estadounidense a Reuters, bajo condición de anonimato. La decisión había sido adelantada por el secretario de Estado, Rex Tillerson, quien dijo no estar convencido de que los "ataques deliberados" hayan terminado y señaló que el personal no retornará hasta que La Habana garantice que estarán seguros.
"Yo estaría poniéndolos intencionalmente en peligro de nuevo. ¿Por qué debería hacerlo si no tengo los medios para protegerlos?", declaró Tillerson a la agencia AP. "Me opondré a quien sea que pretenda obligarme a hacer eso".
La embajada estadounidense en La Habana reabrió en 2015 como parte del acercamiento entre el ex mandatario demócrata Barack Obama y el presidente cubano, Raúl Castro, luego de más de cinco décadas de hostilidad. Ambos ex enemigos de la Guerra Fría restablecieron formalmente relaciones diplomáticas en julio de 2015.
Sin embargo, los nexos con Cuba se han tensado desde que Trump llegó a la Casa Blanca hace casi un año, ya que el líder republicano considera que Obama hizo demasiadas concesiones a La Habana. Trump revirtió parcialmente algunas medidas aprobadas tras el acercamiento, como los viajes de estadounidenses y el comercio.