El petrolero sigue ardiendo en las aguas del mar oriental y aumenta el riesgo de catástrofe ambiental
Irán, AFP
Tres días después de chocar con un carguero, el petrolero iraní Sanchi continúa en llamas en las aguas del Mar Oriental de China y las autoridades advirtieron hoy del riesgo de que explote o se hunda en cualquier momento, una situación que podría desencadenar una grave tragedia medioambiental.
Según datos proporcionados por el Ministerio de Transporte de China, un total de 13 barcos de rescate están operando en una superficie de unas 900 millas náuticas cuadradas para buscar a 31 personas desaparecidas y tratar de evitar el que podría convertirse en el peor accidente petrolero del mundo en las últimas décadas.
El buque iraní registrado en Panamá estaba cargado con 136.000 toneladas de petróleo refinado, y las tareas de rescate están siendo muy complejas debido a las condiciones meteorológicas, con una lluvia persistente y fuertes vientos que están ocasionando olas de hasta cuatro metros de altura.
Además, el Ministerio explicó que el gas tóxico del incendio podría perjudicar la salud de las personas que se encuentran en la zona.
Para evitar daños mayores, se ha establecido un perímetro de seguridad de 20 millas náuticas (37 kilómetros) por el cual no pueden circular barcos que no formen parte del equipo de rescate.
El accidente tuvo lugar en el Mar Oriental de China el pasado sábado a las 8 de la tarde hora local, a 160 millas (295 kilómetros) al este del estuario del río Yangtsé, enmarcado por la ciudad china de Shanghái, y las provincias de Jiangsu (al sur) y Zhejiang (al norte).
Inicialmente había 32 tripulantes desaparecidos, treinta iraníes y dos bengalíes, pero las autoridades explicaron que ayer por la mañana fue rescatado el cuerpo sin vida de una persona, por lo que presumiblemente los desaparecidos son 31.
El Ministerio de Transporte indicó que se produjo un vertido de petróleo al mar, pero todavía no ha especificado la extensión del área contaminada.
Debido a la gran cantidad de combustible que llevaba el barco, las consecuencias del suceso, que está casi pasando desapercibido por gran parte de la prensa local, podían ser de gran magnitud.
Se trata del choque más grave de un barco con tanta cantidad de crudo desde enero de 1993, cuando el superpetrolero danés “Maersk Navigator”, con unas 255.000 toneladas de crudo, se incendió y chocó posteriormente con el petrolero japonés “Sanko Honor”.
Entonces, se vertieron al mar 25.000 toneladas de combustible, mientras que el resto se quemó.
Sin ofrecer nuevos detalles con respecto a la información proporcionada ayer, el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores Lu Kang reiteró hoy que continúan las labores para limpiar los residuos y que las autoridades siguen investigando el suceso para esclarecer la causa del accidente.
Organizaciones de defensa del medioambiente como Greenpeace están preocupadas por la posible catástrofe y, según informaron hoy a Efe fuentes de esta organización en Asia Oriental, están tratando de conseguir más información vía satélite para hacer un balance de la situación.
“Estamos preocupados por el posible impacto ambiental que podría causar la fuga del buque que contenía casi 42 millones de galones de petróleo crudo. Ya está en marcha un procedimiento de limpieza y supervisaremos su progreso”, apuntaba ayer en un comunicado Rashid Kang, activista de la ONG para Asia Oriental.
Los 31 desaparecidos son miembros de la tripulación del petrolero iraní, mientras que los 21 que viajaban en el carguero CF Crystal registrado en Hong Kong, todos de nacionalidad china, pudieron ser rescatados.
El petrolero Sanchi, propiedad de una compañía marítima de Irán, tenía 274 metros de largo y transportaba el petróleo refinado desde Irán a Corea del Sur.
Por su parte, el carguero, de una compañía con sede en la provincia china de Zhejiang, medía 225 metros y llevaba 64.000 toneladas de cereal desde Estados Unidos hasta la provincia de Cantón, al sur de China.
Tres días después de chocar con un carguero, el petrolero iraní Sanchi continúa en llamas en las aguas del Mar Oriental de China y las autoridades advirtieron hoy del riesgo de que explote o se hunda en cualquier momento, una situación que podría desencadenar una grave tragedia medioambiental.
Según datos proporcionados por el Ministerio de Transporte de China, un total de 13 barcos de rescate están operando en una superficie de unas 900 millas náuticas cuadradas para buscar a 31 personas desaparecidas y tratar de evitar el que podría convertirse en el peor accidente petrolero del mundo en las últimas décadas.
El buque iraní registrado en Panamá estaba cargado con 136.000 toneladas de petróleo refinado, y las tareas de rescate están siendo muy complejas debido a las condiciones meteorológicas, con una lluvia persistente y fuertes vientos que están ocasionando olas de hasta cuatro metros de altura.
Además, el Ministerio explicó que el gas tóxico del incendio podría perjudicar la salud de las personas que se encuentran en la zona.
Para evitar daños mayores, se ha establecido un perímetro de seguridad de 20 millas náuticas (37 kilómetros) por el cual no pueden circular barcos que no formen parte del equipo de rescate.
El accidente tuvo lugar en el Mar Oriental de China el pasado sábado a las 8 de la tarde hora local, a 160 millas (295 kilómetros) al este del estuario del río Yangtsé, enmarcado por la ciudad china de Shanghái, y las provincias de Jiangsu (al sur) y Zhejiang (al norte).
Inicialmente había 32 tripulantes desaparecidos, treinta iraníes y dos bengalíes, pero las autoridades explicaron que ayer por la mañana fue rescatado el cuerpo sin vida de una persona, por lo que presumiblemente los desaparecidos son 31.
El Ministerio de Transporte indicó que se produjo un vertido de petróleo al mar, pero todavía no ha especificado la extensión del área contaminada.
Debido a la gran cantidad de combustible que llevaba el barco, las consecuencias del suceso, que está casi pasando desapercibido por gran parte de la prensa local, podían ser de gran magnitud.
Se trata del choque más grave de un barco con tanta cantidad de crudo desde enero de 1993, cuando el superpetrolero danés “Maersk Navigator”, con unas 255.000 toneladas de crudo, se incendió y chocó posteriormente con el petrolero japonés “Sanko Honor”.
Entonces, se vertieron al mar 25.000 toneladas de combustible, mientras que el resto se quemó.
Sin ofrecer nuevos detalles con respecto a la información proporcionada ayer, el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores Lu Kang reiteró hoy que continúan las labores para limpiar los residuos y que las autoridades siguen investigando el suceso para esclarecer la causa del accidente.
Organizaciones de defensa del medioambiente como Greenpeace están preocupadas por la posible catástrofe y, según informaron hoy a Efe fuentes de esta organización en Asia Oriental, están tratando de conseguir más información vía satélite para hacer un balance de la situación.
“Estamos preocupados por el posible impacto ambiental que podría causar la fuga del buque que contenía casi 42 millones de galones de petróleo crudo. Ya está en marcha un procedimiento de limpieza y supervisaremos su progreso”, apuntaba ayer en un comunicado Rashid Kang, activista de la ONG para Asia Oriental.
Los 31 desaparecidos son miembros de la tripulación del petrolero iraní, mientras que los 21 que viajaban en el carguero CF Crystal registrado en Hong Kong, todos de nacionalidad china, pudieron ser rescatados.
El petrolero Sanchi, propiedad de una compañía marítima de Irán, tenía 274 metros de largo y transportaba el petróleo refinado desde Irán a Corea del Sur.
Por su parte, el carguero, de una compañía con sede en la provincia china de Zhejiang, medía 225 metros y llevaba 64.000 toneladas de cereal desde Estados Unidos hasta la provincia de Cantón, al sur de China.