Un Nápoles impotente y sin puntería deja escapar el liderato
El equipo de Sarri cierra su peor semana con un decepcionante empate y no aprovecha la ocasión para volver a mandar en la Serie A, que le había dado el 0-0 entre Juventus e Inter.
Mirko Calemme / EFE
El Nápoles cierra su peor semana con un decepcionante empate a cero ante la Fiorentina y no aprovecha la ocasión para volver a mandar en la Serie A, que le había dado ayer el 0-0 entre Juventus e Inter. Tras la derrota con los bianconeri y la eliminación de la Champions, los sureños no fueron capaces de marcar ni un gol en un encuentro que dominaron, pero sin convicción ni puntería.
Sin Insigne, sufriendo en casa con su pubalgia, Sarri puso otra vez a Zielinski de extremo. Obviamente, no era lo mismo: la delantera azzurra, sin los regates de Lorenzo, se hace más previsible, y en la primera parte la estéril posesión de balón partenopea no sirvió para crear peligros. Es más, los locales hasta pudieron encajar el 0-1: al muy activo Simeone le anularon un tanto por fuera de juego y le negaron el gol dos veces más las paradas de un atento Reina.
Los sureños empezaron la reanudación con más ritmo, y Zielinski tuvo dos oportunidades para el 1-0, pero chutó alto y, en la segunda, Sportiello desvió su disparo en el palo. Poco después, Mertens tuvo la mejor del partido servido por Allan, que le puso solo delante de meta rival. El belga tenía todo el tiempo para acomodarse el balón, pero sólo supo dispararle en el cuerpo al cancerbero, alargando su sequía.
El monólogo local continuó hasta el pitido final, pero ni la llegada de Ounas, que Sarri sacó en el 75', cambió el destino del partido. El marcador no se movió, ni la posición del Nápoles de la clasificación: los azzurri, que parecen no tener un plan B para enfrentamientos bloqueados como este, siguen en el segundo puesto, a un punto del Inter y con uno de ventaja sobre la Juventus. Una enorme oportunidad tirada.
El Nápoles cierra su peor semana con un decepcionante empate a cero ante la Fiorentina y no aprovecha la ocasión para volver a mandar en la Serie A, que le había dado ayer el 0-0 entre Juventus e Inter. Tras la derrota con los bianconeri y la eliminación de la Champions, los sureños no fueron capaces de marcar ni un gol en un encuentro que dominaron, pero sin convicción ni puntería.
Sin Insigne, sufriendo en casa con su pubalgia, Sarri puso otra vez a Zielinski de extremo. Obviamente, no era lo mismo: la delantera azzurra, sin los regates de Lorenzo, se hace más previsible, y en la primera parte la estéril posesión de balón partenopea no sirvió para crear peligros. Es más, los locales hasta pudieron encajar el 0-1: al muy activo Simeone le anularon un tanto por fuera de juego y le negaron el gol dos veces más las paradas de un atento Reina.
Los sureños empezaron la reanudación con más ritmo, y Zielinski tuvo dos oportunidades para el 1-0, pero chutó alto y, en la segunda, Sportiello desvió su disparo en el palo. Poco después, Mertens tuvo la mejor del partido servido por Allan, que le puso solo delante de meta rival. El belga tenía todo el tiempo para acomodarse el balón, pero sólo supo dispararle en el cuerpo al cancerbero, alargando su sequía.
El monólogo local continuó hasta el pitido final, pero ni la llegada de Ounas, que Sarri sacó en el 75', cambió el destino del partido. El marcador no se movió, ni la posición del Nápoles de la clasificación: los azzurri, que parecen no tener un plan B para enfrentamientos bloqueados como este, siguen en el segundo puesto, a un punto del Inter y con uno de ventaja sobre la Juventus. Una enorme oportunidad tirada.
