Terceras navidades de Sara Carbonero e Iker Casillas en Oporto... ¿serán las últimas?
Oporto, HolaSara Carbonero e Iker Casillas ya se han dejado inundar por el espíritu navideño propio de estas fechas. La pareja afronta su tercera navidad en Oporto, ciudad a la que se mudaron debido a los compromisos profesionales del jugador de fútbol. La presentadora, eso sí, está encantada con la idea de disfrutar, un año más, de las fiestas en Portugal, a juzgar por sus propias palabras. "Es nuestra tercera Navidad en Porto y me sigue fascinando igual que la primera vez pasear por la Avenida Dos Aliados. La cola por hacerse una foto sentado en uno de los bancos que están debajo de las palabras iluminadas crece año tras años", escribía hace apenas unas horas en sus redes sociales Sara Carbonero, quien ha recibido una visita muy especial estos días.
Como el resto del año, la esposa de Iker Casillas recibe a menudo las visitas de sus familiares y amigos, que siempre que pueden se escapan a verla. Una de las más asiduas es su propia hermana, Irene, que se encuentra disfrutando del Puente de diciembre en casa de la presentadora. Juntas recorrían este sábado las calles adornadas de la ciudad y contemplaban entusiasmadas la iluminación navideña, inmortalizando el momento en sus teléfonos móviles. "Hemos vuelto a coleccionar uno de esos recuerdos que nunca se olvidan #aunquenoshemosquedadosinfotoenelbanco", explicaba Sara Carbonero.
Tanto ella como Iker Casillas aprovechan de la que podría ser su última Navidad en Portugal si finalmente su equipo de fútbol, el Oporto, decide su traslado dentro del Mercado de Invierno. Por el momento, la pareja disfruta de sus hijos y de su tercera Navidad en la ciudad, mientras espera noticias sobre su futuro. Precisamente estos días, el jugador dejaba en sus redes un críptico y misterioso mensaje que podría avivar los rumores sobre una inminente mudanza. "Con una copa de vino seguimos mirando al futuro.. .está muy cerca, cada vez más", escribía el guardameta acompañando sus enigmáticas palabras de una instantánea de lo más melancólica en la que aparecía mirando a una ventana.
