El régimen sirio permite la salida de enfermos del mayor bastión rebelde asediado
La Media Luna Roja inicia las evacuaciones en Guta, donde la hambruna acecha a 400.000 civiles
Juan Carlos Sanz
Jerusalén, El País
Un niño con leucemia, dos menores con graves dolencias y un hombre que precisa un urgente transplante de riñones han sido los primeros evacuados en la madrugada de este miércoles de Guta Oriental, el mayor bastión rebelde asediado, 15 kilómetros al sureste de Damasco. El régimen del presidente Bachar el Asad ha permitido su traslado por la Media Luna Roja a hospitales de la capital, que irá seguido de otros 29 pacientes en estado crítico, tras dispararse las alarmas lanzadas por la ONU sobre el riesgo que corría la vida de medio millar de enfermos (entre ellos 130 niños). En el enclave insurgente—que ha sufrido un ataque químico masivo y sucesivos bombardeos— más de 400.000 civiles permanecen atrapados sin apenas comida y medicinas desde hace cuatro años.
“El número de enfermos está decreciendo en Guta Oriental”, advirtió la semana pasada Jan Egeland, coordinador de la ayuda humanitaria de Naciones Unidas para Siria, “porque se están muriendo”. Al menos 16 casos de pacientes incluidos en la lista la de espera de las evacuaciones médicas han perdido la vida. Entre ellos figura un bebé de nueve meses fallecido por inanición el pasado día 14, en medio de las fallidas negociaciones de paz en Ginebra. Cerca del 12% de los niños del enclave cercado sufren malnutrición aguda, según la ONU. El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos precisó el pasado fin de semana que al menos 720 enfermos precisan de una evacuación urgente.
El grupo rebelde Ejército del Islam, hegemónico en la zona junto con el antiguo Frente al Nusra (filial de Al Qaeda), ha pactado con el Gobierno de Damasco la liberación de cinco prisioneros en su poder a cambio de que permitiera la salida de los enfermos que precisan atención más urgente. Guta Oriental se encuentra dentro de una de las llamadas “zonas de distensión” acordadas en mayo por Rusia e Irán, aliados del régimen, con Turquía, que apoya a grupos rebeldes. El Ejército reanudó los bombardeos en agosto con el objetivo de desalojar de su feudo más próximo a Damasco a los insurrectos, que dispararon granadas de mortero contra barrios de la capital. La ofensiva gubernamental se ha intensificado a partir de noviembre
La guerra civil en Siria ha dejado más de 340.000 muertos, un tercio de ellos civiles, y ha forzado el desplazamiento de sus hogares de la mitad de los 21 millones de habitantes del país desde el inicio del conflicto, que arrancó en marzo de 2011 con manifestaciones pacíficas contra el régimen de El Asad. Tras la práctica derrota del ISIS —que apenas cuenta ya con un millar de combatientes en la frontera sirio-iraquí, según la coalición internacional antiyihadista encabezada por EE UU— el régimen controla más dos terceras partes del territorio. Las milicias kurdas, que reciben apoyo estadounidense, dominan el noreste del país, mientras distintos grupos islamistas radicales mantienen posiciones en Idlib (norte) y en algunas zonas del centro y el sur.
Juan Carlos Sanz
Jerusalén, El País
Un niño con leucemia, dos menores con graves dolencias y un hombre que precisa un urgente transplante de riñones han sido los primeros evacuados en la madrugada de este miércoles de Guta Oriental, el mayor bastión rebelde asediado, 15 kilómetros al sureste de Damasco. El régimen del presidente Bachar el Asad ha permitido su traslado por la Media Luna Roja a hospitales de la capital, que irá seguido de otros 29 pacientes en estado crítico, tras dispararse las alarmas lanzadas por la ONU sobre el riesgo que corría la vida de medio millar de enfermos (entre ellos 130 niños). En el enclave insurgente—que ha sufrido un ataque químico masivo y sucesivos bombardeos— más de 400.000 civiles permanecen atrapados sin apenas comida y medicinas desde hace cuatro años.
“El número de enfermos está decreciendo en Guta Oriental”, advirtió la semana pasada Jan Egeland, coordinador de la ayuda humanitaria de Naciones Unidas para Siria, “porque se están muriendo”. Al menos 16 casos de pacientes incluidos en la lista la de espera de las evacuaciones médicas han perdido la vida. Entre ellos figura un bebé de nueve meses fallecido por inanición el pasado día 14, en medio de las fallidas negociaciones de paz en Ginebra. Cerca del 12% de los niños del enclave cercado sufren malnutrición aguda, según la ONU. El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos precisó el pasado fin de semana que al menos 720 enfermos precisan de una evacuación urgente.
El grupo rebelde Ejército del Islam, hegemónico en la zona junto con el antiguo Frente al Nusra (filial de Al Qaeda), ha pactado con el Gobierno de Damasco la liberación de cinco prisioneros en su poder a cambio de que permitiera la salida de los enfermos que precisan atención más urgente. Guta Oriental se encuentra dentro de una de las llamadas “zonas de distensión” acordadas en mayo por Rusia e Irán, aliados del régimen, con Turquía, que apoya a grupos rebeldes. El Ejército reanudó los bombardeos en agosto con el objetivo de desalojar de su feudo más próximo a Damasco a los insurrectos, que dispararon granadas de mortero contra barrios de la capital. La ofensiva gubernamental se ha intensificado a partir de noviembre
La guerra civil en Siria ha dejado más de 340.000 muertos, un tercio de ellos civiles, y ha forzado el desplazamiento de sus hogares de la mitad de los 21 millones de habitantes del país desde el inicio del conflicto, que arrancó en marzo de 2011 con manifestaciones pacíficas contra el régimen de El Asad. Tras la práctica derrota del ISIS —que apenas cuenta ya con un millar de combatientes en la frontera sirio-iraquí, según la coalición internacional antiyihadista encabezada por EE UU— el régimen controla más dos terceras partes del territorio. Las milicias kurdas, que reciben apoyo estadounidense, dominan el noreste del país, mientras distintos grupos islamistas radicales mantienen posiciones en Idlib (norte) y en algunas zonas del centro y el sur.