El autor del atentado fallido en Nueva York es acusado de terrorismo
Los responsables de la investigación aseguran que Akayed Ullah actuó en solitario y no estaba en los registros del FBI
Sandro Pozzi
Nueva York, El País
El único sospechoso del atentado fallido en la estación de metro en Times Square ha sido acusado este martes de dar apoyo al Estado Islámico y de utilizar un arma de destrucción masiva con el objetivo de ejecutar una matanza. Minutos antes del incidende, Akayed Ullah colgó un mensaje en Facebook dirigido a Donald Trump en el que decía que iba a demostrar que el presidente había "fracasado al proteger el país". El acusado buscaba venganza por la muerte de musulmanes por bombardeos de Estados Unidos en Oriente Próximo.
"Ullah llevó acabo el ataque del 11 de diciembre en parte por las políticas del gobierno en, entre otros lugares, Oriente Medio", se puede leer en el documento con las acusaciones presentadas por el fiscal Joo Kim, "buscaba aterrorizar al mayor número de personas posible". La fiscalía explica que utilizó un día laborable y ese lugar para hacer el mayor daño posible. Empezó a radicalizarse en 2014, con propaganda que el ISIS cuelga en Internet en la que instruye a sus fantánicos a realizar ataques en su territorio antes de sumarse a la causa.
Los cinco cargos presentados por la fiscalía incluyen la destrucción de una propiedad pública. El acusado explicó a los investigadores que construyó la bomba una semana antes del ataque. Tres personas sufrieron heridas menores tras la detonación del artefacto casero. Ullah, de 27 años, que inmigró hace siete años legalmente desde Bangladés y que tiene residencia legal, se desplazó desde su residencia en Brooklyn hasta la zona de Times Square utilizando el metro. No estaba en los registros de la policía ni del FBI, lo que hace más difícil detectarlos.
"Buscó matar al mayor número de personas posible e inmolarse", según el fiscal. Ullah continúa hospitalizado por las heridas y las quemaduras que sufrió en el abdomen. La bomba de tubo solo detonó parcialmente. “Eso evitó que el artefacto funcionara con la potencia y el poder intencionado”, explicó John Miller, segundo del departamento de policía de Nueva York. La investigación, insiste, sigue en una fase muy preliminar pero confirma que actuó solo. En el registro en su domicilio encontraron una nota la que se puede leer "América muere en tu rabia".
James Waters, jefe de la división antiterrorista de la NYPD (el departamento de policía de la ciudad), señaló por su parte que encontraron en el domicilio del acusado restos de componentes con los que fabricó la bomba. “La fabricó él solo”, aseguró. Adquirió los materiales tres semanas antes del atentado fallido, aunque llevaba más tiempo planificando el ataque. También reitera que no hay indicios de que estuviera en contacto con cómplices. El sospechoso, que trabaja de electricista, buscó información en Internet para crear el artefacto.
Ullah no tiene registro criminal conocido en EE UU. Las autoridades en Bangladés están investigando a su familia y otros contactos que pudiera tener. Como señaló Miller, es posible planificar este tipo de ataques sin tener vínculos con una organización terrorista centralizada. “Es una característica que hemos visto en otras parte del mundo”, explicó, “la conspiración para cometer un atentado está en los límites de su mente”. Las organizaciones terroristas, añade, “lo saben y por eso aumentan su propaganda en Internet”.
La familia de Akayed Ullah lamentó que uno de los suyos tratara de causar daño. Pero al mismo tiempo acuso a las autoridades de no haberles tratado con dignidad durante la investigación. “Necesitamos llegar a un equilibrio entre libertades y seguridad”, respondió Waters, “sabemos que es difícil pero debíamos movernos rápido para estar seguros de que no había otras partes involucradas en el ataque”.
El pasillo en el que se produjo el intento de atentado en el metro de Nueva York, que conecta las estaciones de Port Authority y Times Square, volvió a abrir al público cuando no pasaron 24 horas del incidente. Es un punto de acceso clave para los cientos de miles de personas que a diario se desplazan a Nueva York para trabajar. Los terroristas, insisten las autoridades, son persistentes y se adaptan. “Es el mundo en el que vivimos”, concluye Waters, “pero en lugar de aceptarlo lo que hay que hacer es estar en alerta”.
Sandro Pozzi
Nueva York, El País
El único sospechoso del atentado fallido en la estación de metro en Times Square ha sido acusado este martes de dar apoyo al Estado Islámico y de utilizar un arma de destrucción masiva con el objetivo de ejecutar una matanza. Minutos antes del incidende, Akayed Ullah colgó un mensaje en Facebook dirigido a Donald Trump en el que decía que iba a demostrar que el presidente había "fracasado al proteger el país". El acusado buscaba venganza por la muerte de musulmanes por bombardeos de Estados Unidos en Oriente Próximo.
"Ullah llevó acabo el ataque del 11 de diciembre en parte por las políticas del gobierno en, entre otros lugares, Oriente Medio", se puede leer en el documento con las acusaciones presentadas por el fiscal Joo Kim, "buscaba aterrorizar al mayor número de personas posible". La fiscalía explica que utilizó un día laborable y ese lugar para hacer el mayor daño posible. Empezó a radicalizarse en 2014, con propaganda que el ISIS cuelga en Internet en la que instruye a sus fantánicos a realizar ataques en su territorio antes de sumarse a la causa.
Los cinco cargos presentados por la fiscalía incluyen la destrucción de una propiedad pública. El acusado explicó a los investigadores que construyó la bomba una semana antes del ataque. Tres personas sufrieron heridas menores tras la detonación del artefacto casero. Ullah, de 27 años, que inmigró hace siete años legalmente desde Bangladés y que tiene residencia legal, se desplazó desde su residencia en Brooklyn hasta la zona de Times Square utilizando el metro. No estaba en los registros de la policía ni del FBI, lo que hace más difícil detectarlos.
"Buscó matar al mayor número de personas posible e inmolarse", según el fiscal. Ullah continúa hospitalizado por las heridas y las quemaduras que sufrió en el abdomen. La bomba de tubo solo detonó parcialmente. “Eso evitó que el artefacto funcionara con la potencia y el poder intencionado”, explicó John Miller, segundo del departamento de policía de Nueva York. La investigación, insiste, sigue en una fase muy preliminar pero confirma que actuó solo. En el registro en su domicilio encontraron una nota la que se puede leer "América muere en tu rabia".
James Waters, jefe de la división antiterrorista de la NYPD (el departamento de policía de la ciudad), señaló por su parte que encontraron en el domicilio del acusado restos de componentes con los que fabricó la bomba. “La fabricó él solo”, aseguró. Adquirió los materiales tres semanas antes del atentado fallido, aunque llevaba más tiempo planificando el ataque. También reitera que no hay indicios de que estuviera en contacto con cómplices. El sospechoso, que trabaja de electricista, buscó información en Internet para crear el artefacto.
Ullah no tiene registro criminal conocido en EE UU. Las autoridades en Bangladés están investigando a su familia y otros contactos que pudiera tener. Como señaló Miller, es posible planificar este tipo de ataques sin tener vínculos con una organización terrorista centralizada. “Es una característica que hemos visto en otras parte del mundo”, explicó, “la conspiración para cometer un atentado está en los límites de su mente”. Las organizaciones terroristas, añade, “lo saben y por eso aumentan su propaganda en Internet”.
La familia de Akayed Ullah lamentó que uno de los suyos tratara de causar daño. Pero al mismo tiempo acuso a las autoridades de no haberles tratado con dignidad durante la investigación. “Necesitamos llegar a un equilibrio entre libertades y seguridad”, respondió Waters, “sabemos que es difícil pero debíamos movernos rápido para estar seguros de que no había otras partes involucradas en el ataque”.
El pasillo en el que se produjo el intento de atentado en el metro de Nueva York, que conecta las estaciones de Port Authority y Times Square, volvió a abrir al público cuando no pasaron 24 horas del incidente. Es un punto de acceso clave para los cientos de miles de personas que a diario se desplazan a Nueva York para trabajar. Los terroristas, insisten las autoridades, son persistentes y se adaptan. “Es el mundo en el que vivimos”, concluye Waters, “pero en lugar de aceptarlo lo que hay que hacer es estar en alerta”.