El Asad avanza con apoyo de milicias proiraníes hacia los Altos del Golán
Ofensiva contra el último bastión rebelde en la región fronteriza con la meseta ocupada por Israel
Juan Carlos Sanz
Jerusalén, El País
Apoyado por milicias proiraníes, el Ejército del régimen sirio ha avanzado en las últimas horas en el suroeste del país en una región fronteriza con Líbano y los Altos del Golán, meseta ocupada por Israel desde 1967. Los informadores sobre el terreno de la ONG Observatorio Sirio de Derechos Humanos precisaron este lunes que la ofensiva militar se ha intensificado con bombardeos aéreos y de artillería en torno a la localidad de Beit Jein, último bastión de las fuerzas rebeldes sirias en la estratégica zona divisoria.
El Ejército ha cercado la aldea de Mughr el Meer, situada en las laderas del monte Hermon, a unos 15 kilómetros al este del área desmilitarizada que separa los Altos del Golán del territorio sirio desde la guerra de Yom Kipur (1973). Fuentes diplomáticas occidentales citadas por Reuters consideran que la milicia libanesa chií de Hezbolá, aliada del presidente Bachar el Asad, encabeza una ofensiva con la que persigue abrir una nueva vía de suministro para sus fuerzas desde el sur de Líbano, donde la ONU mantiene desplegados 10.800 cascos azules de 40 países, entre ellos 600 militares españoles.
El Gobierno israelí ha advertido en los últimos meses del riesgo de un enfrentamiento armado con Irán en Siria si las fuerzas de Teherán y de sus aliados chiíes se despliegan ante los Altos del Golán. El pasado día 2, un ataque con misiles tierra-tierra atribuido a Israel causó graves daños en una base militar próxima en Al Kiswa, 14 kilómetros al sur Damasco. El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos aseguró entonces que los misiles iban dirigidos contra “instalaciones militares de aliados del régimen”, en referencia a la Guardia Revolucionaria iraní y a Hezbolá.
Israel se enfrentó en una guerra abierta a la milicia libanesa chií durante 33 días en 2006. Desde entonces se han producido choques esporádicos en la frontera, como el que costó la vida en enero de 2015 al cabo español Francisco Javier Soria Toledo, destacado en la fuerza de interposición de la ONU en Líbano, en un ataque de represalia de la artillería israelí a causa de una letal emboscada de Hezbolá.
Tras el acuerdo de distensión en el sur de Siria suscrito en julio por Rusia (aliado del Damasco) con Estados Unidos y Jordania (que apoyan a la oposición al régimen), Israel exigió la creación de una zona de exclusión militar para las fuerzas chiíes de al menos 40 kilómetros de separación con los Altos del Golán.
Zona rebelde tapón
El objetivo es mantener alejados a los 18.000 combatientes proiraníes que suman Hebzolá, la Guardia Revolucionaria y las milicias aliadas procedentes de Irak y Afganistán. Durante los cerca de siete años de conflicto civil en el país árabe, el Estado hebreo ha intentado establecer una zona tapón de seguridad —mediante un discreto apoyo humanitario y logístico— con fuerzas rebeldes que combaten al régimen en el país vecino.
Ante la ofensiva gubernamental desencadena en la últimas horas, los insurrectos se han agrupado en la denominada Unión de Combatientes de Jabal al Sheij, según informa Reuters. Esta alianza integra fuerzas de islamistas derivadas del Frente Al Nusra (antigua filial de Al Qaeda) y del Ejército Libre de Siria (oposición nacionalista), que controlan la región fronteriza con Líbano y los Altos del Golán. Los imanes de las mezquitas de Beit Jin han llamado a los jóvenes a alistarse para combatir a las tropas sirias y proiraníes.
Israel admite que presta ayuda humanitaria a grupos rebeldes en zonas próximas al Golán. En centros sanitarios del norte del país y en una clínica de campaña en la misma frontera ha atendido en los cuatro últimos años a más de 3.000 heridos sirios. Una investigación de The Wall Street Journal reveló en junio que —además de medicinas, ropa y alimentos—, el Estado hebreo ha entregando dinero en metálico a los insurgentes para que pudieran pagar sus combatientes y comprar armas y municiones.
A lo largo de la guerra siria, la aviación israelí ha atacado en más de un centenar de ocasiones en territorio del país árabe los arsenales y convoyes de transporte de armas de la milicia chií libanesa. Hezbolá dispone de más de 100.000 cohetes de corto y medio alcance. La inteligencia militar israelí que teme también pueda dotarse en el futuro de misiles equipados con tecnología iraní de alta precisión.
Juan Carlos Sanz
Jerusalén, El País
Apoyado por milicias proiraníes, el Ejército del régimen sirio ha avanzado en las últimas horas en el suroeste del país en una región fronteriza con Líbano y los Altos del Golán, meseta ocupada por Israel desde 1967. Los informadores sobre el terreno de la ONG Observatorio Sirio de Derechos Humanos precisaron este lunes que la ofensiva militar se ha intensificado con bombardeos aéreos y de artillería en torno a la localidad de Beit Jein, último bastión de las fuerzas rebeldes sirias en la estratégica zona divisoria.
El Ejército ha cercado la aldea de Mughr el Meer, situada en las laderas del monte Hermon, a unos 15 kilómetros al este del área desmilitarizada que separa los Altos del Golán del territorio sirio desde la guerra de Yom Kipur (1973). Fuentes diplomáticas occidentales citadas por Reuters consideran que la milicia libanesa chií de Hezbolá, aliada del presidente Bachar el Asad, encabeza una ofensiva con la que persigue abrir una nueva vía de suministro para sus fuerzas desde el sur de Líbano, donde la ONU mantiene desplegados 10.800 cascos azules de 40 países, entre ellos 600 militares españoles.
El Gobierno israelí ha advertido en los últimos meses del riesgo de un enfrentamiento armado con Irán en Siria si las fuerzas de Teherán y de sus aliados chiíes se despliegan ante los Altos del Golán. El pasado día 2, un ataque con misiles tierra-tierra atribuido a Israel causó graves daños en una base militar próxima en Al Kiswa, 14 kilómetros al sur Damasco. El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos aseguró entonces que los misiles iban dirigidos contra “instalaciones militares de aliados del régimen”, en referencia a la Guardia Revolucionaria iraní y a Hezbolá.
Israel se enfrentó en una guerra abierta a la milicia libanesa chií durante 33 días en 2006. Desde entonces se han producido choques esporádicos en la frontera, como el que costó la vida en enero de 2015 al cabo español Francisco Javier Soria Toledo, destacado en la fuerza de interposición de la ONU en Líbano, en un ataque de represalia de la artillería israelí a causa de una letal emboscada de Hezbolá.
Tras el acuerdo de distensión en el sur de Siria suscrito en julio por Rusia (aliado del Damasco) con Estados Unidos y Jordania (que apoyan a la oposición al régimen), Israel exigió la creación de una zona de exclusión militar para las fuerzas chiíes de al menos 40 kilómetros de separación con los Altos del Golán.
Zona rebelde tapón
El objetivo es mantener alejados a los 18.000 combatientes proiraníes que suman Hebzolá, la Guardia Revolucionaria y las milicias aliadas procedentes de Irak y Afganistán. Durante los cerca de siete años de conflicto civil en el país árabe, el Estado hebreo ha intentado establecer una zona tapón de seguridad —mediante un discreto apoyo humanitario y logístico— con fuerzas rebeldes que combaten al régimen en el país vecino.
Ante la ofensiva gubernamental desencadena en la últimas horas, los insurrectos se han agrupado en la denominada Unión de Combatientes de Jabal al Sheij, según informa Reuters. Esta alianza integra fuerzas de islamistas derivadas del Frente Al Nusra (antigua filial de Al Qaeda) y del Ejército Libre de Siria (oposición nacionalista), que controlan la región fronteriza con Líbano y los Altos del Golán. Los imanes de las mezquitas de Beit Jin han llamado a los jóvenes a alistarse para combatir a las tropas sirias y proiraníes.
Israel admite que presta ayuda humanitaria a grupos rebeldes en zonas próximas al Golán. En centros sanitarios del norte del país y en una clínica de campaña en la misma frontera ha atendido en los cuatro últimos años a más de 3.000 heridos sirios. Una investigación de The Wall Street Journal reveló en junio que —además de medicinas, ropa y alimentos—, el Estado hebreo ha entregando dinero en metálico a los insurgentes para que pudieran pagar sus combatientes y comprar armas y municiones.
A lo largo de la guerra siria, la aviación israelí ha atacado en más de un centenar de ocasiones en territorio del país árabe los arsenales y convoyes de transporte de armas de la milicia chií libanesa. Hezbolá dispone de más de 100.000 cohetes de corto y medio alcance. La inteligencia militar israelí que teme también pueda dotarse en el futuro de misiles equipados con tecnología iraní de alta precisión.