Boris Johnson dice en Moscú que “hay muchas pruebas” de la injerencia rusa en Europa
En un encuentro con su homólogo ruso, el jefe de la diplomacia británica asegura que quiere "mejorar las relaciones" entre los dos países, que ahora se encuentran en un "estado lamentable"
Rodrigo Fernández
Moscú, El País
Los ministros de Exteriores del Reino Unido, Boris Johnson, y de Rusia, Serguéi Lavrov, se reunieron en Moscú para tratar de destrabar las relaciones bilaterales que se encuentran en un "estado lamentable", según el diplomático británico, y abordaron temas de política internacional como la amenaza que representa Corea del Norte y la situación en Oriente Próximo. Que las negociaciones no serían fáciles había quedado claro en el comunicado divulgado por Johnson horas antes de su visita a Rusia —la primera de un ministro de Exteriores británico en cinco años—, en el que señalaba que las relaciones con Moscú "no pueden ser de normalidad" mientras el Kremlin "continúe intentando desestabilizar países europeos, incluida Ucrania".
Johnson dijo en la conferencia de prensa conjunta con su homólogo ruso Lavrov que "hay muchas pruebas" de la injerencia de Rusia "en las elecciones de Alemania, Dinamarca, Francia, Estados Unidos", pero ninguna prueba de intervención rusa exitosa en Reino Unido. Lavrov, por su parte, insistió en que no han visto ninguna prueba y que este tema es es una invención de la propaganda occidental,
Cuando Lavrov dijo que Rusia no había intervenido en el referéndum del Brexit, Johnson le interrumpió: "No con éxito". El ruso rebatió: "Mira, tiene que decir esto para que no le critiquen en casa, por su reputación". "Es por tu reputación que estoy preocupado, Sergei", zanjó el diplomático británico.
A pesar del duelo de palabras, ambos subrayaron que hay muchas áreas en las que pueden y deben cooperar. Los jefes de la diplomacia británica y rusa constataron que la relaciones bilaterales pasan por un "momento bajo", pero, como señaló Johnson —que las calificó de "lamentables"—, en la época de Stalin y Churchill eran peores, lo que impidió que buscaran campos en los colaborar.
"Sin duda quiero mejorar las relaciones entre nuestros pueblos", aseguró Johnson, pero agregó que "eso no significa que debamos obviar las dificultades que encaramos en estos momentos" y se mostró de acuerdo con Lavrov en que había que tratar de "pasar página" en el tema de la injerencia rusa. Al empezar las conversaciones en Moscú, Johnson había señalado que los problemas que existen en las relaciones bilaterales —entre los que nombró Ucrania, los Balcanes occidentales y el ciberespacio— "deben debatirse con franqueza y reconocer el hecho de que son un obstáculo para el desarrollo de nuestra amistad". También añadió que Gran Bretaña tiene el deber de defender a la comunidad LGBT perseguida en Chechenia.
Sobre la confianza mutua, Jonhson y Lavrov intercambiaron bromas: el primero dijo que nada más llegar le había entregado su abrigo y todo lo que contenía a Lavrov porque sabía que lo dejaba en buenas manos, a lo que este replicó que en los bolsillos no encontró nada.
Al comienzo de las negociaciones, Lavrov se refirió al "nivel muy bajo" en que se encuentran las relaciones bilaterales y lamentó que los "colegas occidentales" prefieran exponer públicamente "sus puntos de vista sobre las causas de esta situación". "Nosotros", subrayó, "desearíamos que las inquietudes mutuas se aborden directamente, no a través de micrófonos, sino cara a cara".
Lavrov aseguró que Moscú está dispuesta a cooperar con Occidente, pero sobre la "base de la igualdad, respeto mutuo y el deseo de hallar acuerdos aceptables" para ambas partes.
Johnson, mientras tanto, manifestó que el acuerdo sobre el programa nuclear de Irán es una de las áreas de interés común en las que hay "posibilidades para la cooperación". Se refirió también a la amenaza Corea del Norte, y al respecto recalcó que "existe el imperativo de impedir" que ese país "tenga armas nucleares". En cuanto al conflicto sirio, señaló que debían "garantizar avances en lo que se refiere al futuro del pueblo de Siria".
En el plano económico, Jonhson destacó que a pesar de las dificultades que existen "hay señales de progreso", como demuestra el aumento en las exportaciones de algunos productos británicos a Rusia. Lavrov por su parte señaló que esperaba que los empresarios rusos puedan continuar trabajando en Reino Unido después del Brexit.
Rodrigo Fernández
Moscú, El País
Los ministros de Exteriores del Reino Unido, Boris Johnson, y de Rusia, Serguéi Lavrov, se reunieron en Moscú para tratar de destrabar las relaciones bilaterales que se encuentran en un "estado lamentable", según el diplomático británico, y abordaron temas de política internacional como la amenaza que representa Corea del Norte y la situación en Oriente Próximo. Que las negociaciones no serían fáciles había quedado claro en el comunicado divulgado por Johnson horas antes de su visita a Rusia —la primera de un ministro de Exteriores británico en cinco años—, en el que señalaba que las relaciones con Moscú "no pueden ser de normalidad" mientras el Kremlin "continúe intentando desestabilizar países europeos, incluida Ucrania".
Johnson dijo en la conferencia de prensa conjunta con su homólogo ruso Lavrov que "hay muchas pruebas" de la injerencia de Rusia "en las elecciones de Alemania, Dinamarca, Francia, Estados Unidos", pero ninguna prueba de intervención rusa exitosa en Reino Unido. Lavrov, por su parte, insistió en que no han visto ninguna prueba y que este tema es es una invención de la propaganda occidental,
Cuando Lavrov dijo que Rusia no había intervenido en el referéndum del Brexit, Johnson le interrumpió: "No con éxito". El ruso rebatió: "Mira, tiene que decir esto para que no le critiquen en casa, por su reputación". "Es por tu reputación que estoy preocupado, Sergei", zanjó el diplomático británico.
A pesar del duelo de palabras, ambos subrayaron que hay muchas áreas en las que pueden y deben cooperar. Los jefes de la diplomacia británica y rusa constataron que la relaciones bilaterales pasan por un "momento bajo", pero, como señaló Johnson —que las calificó de "lamentables"—, en la época de Stalin y Churchill eran peores, lo que impidió que buscaran campos en los colaborar.
"Sin duda quiero mejorar las relaciones entre nuestros pueblos", aseguró Johnson, pero agregó que "eso no significa que debamos obviar las dificultades que encaramos en estos momentos" y se mostró de acuerdo con Lavrov en que había que tratar de "pasar página" en el tema de la injerencia rusa. Al empezar las conversaciones en Moscú, Johnson había señalado que los problemas que existen en las relaciones bilaterales —entre los que nombró Ucrania, los Balcanes occidentales y el ciberespacio— "deben debatirse con franqueza y reconocer el hecho de que son un obstáculo para el desarrollo de nuestra amistad". También añadió que Gran Bretaña tiene el deber de defender a la comunidad LGBT perseguida en Chechenia.
Sobre la confianza mutua, Jonhson y Lavrov intercambiaron bromas: el primero dijo que nada más llegar le había entregado su abrigo y todo lo que contenía a Lavrov porque sabía que lo dejaba en buenas manos, a lo que este replicó que en los bolsillos no encontró nada.
Al comienzo de las negociaciones, Lavrov se refirió al "nivel muy bajo" en que se encuentran las relaciones bilaterales y lamentó que los "colegas occidentales" prefieran exponer públicamente "sus puntos de vista sobre las causas de esta situación". "Nosotros", subrayó, "desearíamos que las inquietudes mutuas se aborden directamente, no a través de micrófonos, sino cara a cara".
Lavrov aseguró que Moscú está dispuesta a cooperar con Occidente, pero sobre la "base de la igualdad, respeto mutuo y el deseo de hallar acuerdos aceptables" para ambas partes.
Johnson, mientras tanto, manifestó que el acuerdo sobre el programa nuclear de Irán es una de las áreas de interés común en las que hay "posibilidades para la cooperación". Se refirió también a la amenaza Corea del Norte, y al respecto recalcó que "existe el imperativo de impedir" que ese país "tenga armas nucleares". En cuanto al conflicto sirio, señaló que debían "garantizar avances en lo que se refiere al futuro del pueblo de Siria".
En el plano económico, Jonhson destacó que a pesar de las dificultades que existen "hay señales de progreso", como demuestra el aumento en las exportaciones de algunos productos británicos a Rusia. Lavrov por su parte señaló que esperaba que los empresarios rusos puedan continuar trabajando en Reino Unido después del Brexit.