May advierte a Europa: “La pelota está en su tejado”
La primera ministra señala que no avanzará más en sus concesiones respecto a los términos del Brexit hasta que los Veintisiete decidan empezar a hablar de la relación futura
Pablo Guimón
Londres, El País
“La pelota está en su tejado”, ha dicho este lunes por la tarde Theresa May a los líderes europeos. La primera ministra británica advierte así, el día en que las partes emprenden en Bruselas la quinta ronda negociaciones del Brexit, de que Reino Unido ha avanzado todo lo que puede avanzar hasta que los Veintisiete decidan abrir las negociaciones sobre el acuerdo futuro y el periodo transitorio posterior a la salida de Reino Unido de la UE el 29 de marzo de 2019.
En su primera comparecencia ante el Parlamento tras el discurso de Florencia, el pasado 22 de septiembre, May ha defendido que se ha producido “un progreso real y tangible” en las negociaciones del Brexit. Bruselas ha planteado una secuencia muy clara en las negociaciones: primero los términos del divorcio y, solo cuando se haya progresado suficientemente en estos, se podrá empezar a hablar del acuerdo futuro. La ronda de negociaciones que empieza hoy lunes en Bruselas es la última antes de que, el próximo 19 de octubre, los líderes europeos se reúnan para decidir se ha alcanzado ese suficiente progreso.
Los términos del divorcio incluyen tres asuntos delicados: los derechos de los ciudadanos europeos residentes en Reino Unido y viceversa, la frontera irlandesa y la factura que deberá pagar Reino Unido al irse. Ante el Parlamento, May ha repetido los compromisos de su discurso de Florencia. Cualquier paso más por parte de Londres, defiende la primera ministra, dependerá de la relación futura que se acuerde “Mientras esperamos a la siguiente etapa, la pelota está en su tejado”, ha dicho a los líderes europeos. “Pero soy optimista respecto a que obtendremos una respuesta positiva”.
Pero la Comisión ni siquiera ha esperado a que May hablara ante el Parlamento y, ya en base a los extractos de la declaración de la primera ministra adelantados la víspera a la prensa, ha dejado claro que ese progreso suficiente no se ha producido. “Hay una secuencia muy clara en las discusiones, hasta ahora no se han encontrado soluciones para la primera fase, que es el proceso de divorcio, por lo que la pelota está completamente en el campo de Reino Unido”, ha resumido en una rueda de prensa el portavoz jefe del Ejecutivo comunitario, Margaritis Schinas.
La principal misión de May ante el Parlamento era demostrar, después de una semana desastrosa, que sigue al mando. Su accidentado discurso en el congreso anual del Partido Conservador la semana pasada, lejos de afianzar la autoridad que perdió tras las elecciones de junio, no hizo sino agudizar las divisiones que lastran a la formación. Conspiraciones, rumores, peticiones de cabezas… cada día depara al menos una nueva entrega del culebrón tory, para exasperación de la contraparte negociadora. “Justo cuando el país necesita un equipo negociador fuerte, la mitad del Partido Conservador quiere que se despida al ministro de Exteriores y la otra mitad quiere que se despida al de Economía”, ha resumido este lunes en el Parlamento el líder de la oposición, Jeremy Corbyn, en referencia a los ministros que representan los dos bandos en la guerra del Brexit en el Gobierno.
May ha insistido en que “la relación profunda y especial” con la UE que persigue Reino Unido necesita “creatividad” por ambas partes y no puede ser la adopción de uno de los modelos existentes. “El modelo del Espacio Económico Europeo no sirve porque supondría acatar normas futuras de la UE sobre las que no tendríamos capacidad de decisión. El modelo canadiense sería mucho más restrictivo de lo que deseamos”, ha explicado.
Respecto al periodo de transición que se abriría después del 29 de marzo de 2019 para implementar el acuerdo, acaso el punto más conflictivo entre las dos facciones del partido, May no ha podido concretar más: ha repetido que será de "alrededor de dos años" y ha confirmado que Reino Unido seguiría sujeto a los dictámenes del Tribunal Europeo de Justicia durante dicho periodo. Ante el cada vez más evidente atasco de las negociaciones, ha advertido de que el Gobierno se está preparando, también, para el caso de que no se alcance un acuerdo.
Pablo Guimón
Londres, El País
“La pelota está en su tejado”, ha dicho este lunes por la tarde Theresa May a los líderes europeos. La primera ministra británica advierte así, el día en que las partes emprenden en Bruselas la quinta ronda negociaciones del Brexit, de que Reino Unido ha avanzado todo lo que puede avanzar hasta que los Veintisiete decidan abrir las negociaciones sobre el acuerdo futuro y el periodo transitorio posterior a la salida de Reino Unido de la UE el 29 de marzo de 2019.
En su primera comparecencia ante el Parlamento tras el discurso de Florencia, el pasado 22 de septiembre, May ha defendido que se ha producido “un progreso real y tangible” en las negociaciones del Brexit. Bruselas ha planteado una secuencia muy clara en las negociaciones: primero los términos del divorcio y, solo cuando se haya progresado suficientemente en estos, se podrá empezar a hablar del acuerdo futuro. La ronda de negociaciones que empieza hoy lunes en Bruselas es la última antes de que, el próximo 19 de octubre, los líderes europeos se reúnan para decidir se ha alcanzado ese suficiente progreso.
Los términos del divorcio incluyen tres asuntos delicados: los derechos de los ciudadanos europeos residentes en Reino Unido y viceversa, la frontera irlandesa y la factura que deberá pagar Reino Unido al irse. Ante el Parlamento, May ha repetido los compromisos de su discurso de Florencia. Cualquier paso más por parte de Londres, defiende la primera ministra, dependerá de la relación futura que se acuerde “Mientras esperamos a la siguiente etapa, la pelota está en su tejado”, ha dicho a los líderes europeos. “Pero soy optimista respecto a que obtendremos una respuesta positiva”.
Pero la Comisión ni siquiera ha esperado a que May hablara ante el Parlamento y, ya en base a los extractos de la declaración de la primera ministra adelantados la víspera a la prensa, ha dejado claro que ese progreso suficiente no se ha producido. “Hay una secuencia muy clara en las discusiones, hasta ahora no se han encontrado soluciones para la primera fase, que es el proceso de divorcio, por lo que la pelota está completamente en el campo de Reino Unido”, ha resumido en una rueda de prensa el portavoz jefe del Ejecutivo comunitario, Margaritis Schinas.
La principal misión de May ante el Parlamento era demostrar, después de una semana desastrosa, que sigue al mando. Su accidentado discurso en el congreso anual del Partido Conservador la semana pasada, lejos de afianzar la autoridad que perdió tras las elecciones de junio, no hizo sino agudizar las divisiones que lastran a la formación. Conspiraciones, rumores, peticiones de cabezas… cada día depara al menos una nueva entrega del culebrón tory, para exasperación de la contraparte negociadora. “Justo cuando el país necesita un equipo negociador fuerte, la mitad del Partido Conservador quiere que se despida al ministro de Exteriores y la otra mitad quiere que se despida al de Economía”, ha resumido este lunes en el Parlamento el líder de la oposición, Jeremy Corbyn, en referencia a los ministros que representan los dos bandos en la guerra del Brexit en el Gobierno.
May ha insistido en que “la relación profunda y especial” con la UE que persigue Reino Unido necesita “creatividad” por ambas partes y no puede ser la adopción de uno de los modelos existentes. “El modelo del Espacio Económico Europeo no sirve porque supondría acatar normas futuras de la UE sobre las que no tendríamos capacidad de decisión. El modelo canadiense sería mucho más restrictivo de lo que deseamos”, ha explicado.
Respecto al periodo de transición que se abriría después del 29 de marzo de 2019 para implementar el acuerdo, acaso el punto más conflictivo entre las dos facciones del partido, May no ha podido concretar más: ha repetido que será de "alrededor de dos años" y ha confirmado que Reino Unido seguiría sujeto a los dictámenes del Tribunal Europeo de Justicia durante dicho periodo. Ante el cada vez más evidente atasco de las negociaciones, ha advertido de que el Gobierno se está preparando, también, para el caso de que no se alcance un acuerdo.