Difundir noticias falsas es algo común para todos los gobiernos del mundo

Craig Timberg
Infobae
Las campañas para manipular la opinión pública a través de mensajes falsos o engañosos publicados en las redes sociales se ha convertido en una práctica muy habitual en gran parte de mundo, según revela un grupo de investigación británico. Ministerios de la información, unidades militares especializadas y agentes políticos conforman el flujo y el control de datos en docenas de países.


Estos esfuerzos de propaganda se realizan en las principales plataformas de plataformas sociales, como Facebook, Twitter o Instagram, y dependen tanto de usuarios humanos como de robots. Estos últimos amplifican de manera enorme el poder de las campañas de desinformación al automatizar el proceso de preparación y difusión de las publicaciones. Los bots (como también se les conoce) interactúan con usuarios humanos y también con otros bots.

"Aunque la mayoría de las plataformas de medios sociales son diseñadas y dirigidas por corporaciones basadas en Estados Unidos, los mensajes llegan a todo tipo de público gracias a una serie de actores internacionales capacitados para usar esa información y avanzar en agendas políticas", dijeron los investigadores del Proyecto de Investigación de Propaganda Computacional de la Universidad de Oxford.

"La propaganda del gobierno evolucionó con los medios de comunicación social y ha crecido junto a ellos", señaló Philip J. Howard, profesor de Oxford y coautor del informe Ejércitos, trolls y alborotadores: un inventario mundial de manipulación organizada de medios sociales.

El informe se basa en noticias de propaganda difundidas en medios sociales de 28 países. Se realizó con el objetivo de llegar a conclusiones más amplias sobre el crecimiento global de diversas técnicas, incluyendo la emisión de noticias falsas, el ataque a periodistas o la oposición a los mensajes críticos de medios sociales con mensajes que respaldan una posición gubernamental o política.

Estos esfuerzos son, a menudo aunque no siempre, clandestinos. El origen de los mensajes oscuros en las redes sociales suele venir de una cuenta falsa. Las cuentas automatizadas suelen desempeñar un papel clave para crear automáticamente publicaciones en las redes sociales, responder a otros usuarios y hacerse eco de temas seleccionados que a un humano le sería muy difícil de distinguir. Los bots pueden publicar mucho más que los usuarios reales. En algunos casos hasta más de 1,000 veces al día. Los usuarios llamados cyborgs se basan en la tecnología de automatización pero, en este caso, para reforzar el poder de sus cuentas también.

Twitter y Facebook, que también posee Instagram, se negaron a comentar el informe. Ninguna de las empresas fue señalada en la investigación, aunque ambas se han convertido en objetivos muy populares para la manipulación social gracias a su alcance global.

Howard dijo que tanto él como otra investigadora, Samantha Bradshaw de Oxford, se sorprendieron al ver los niveles de actividad propagandística e innovación que se daban en las democracias occidentales, incluyendo Gran Bretaña, Estados Unidos, Israel, Australia y México.

El informe dijo que Israel tenía 350 cuentas sociales en múltiples plataformas y operaban en inglés, en hebreo y en árabe. Una campaña de propaganda británica publicó videos falsos en YouTube en un intento por impedir que los musulmanes se radicalizaran y se unieran a la guerra en Siria. La fuerzas políticas de México utilizaron bots y humanos para atacar a los periodistas y difundir desinformación en las redes.

En algunos casos, estos esfuerzos fueron respaldados completamente por el gobierno, con un número constante de empleados y recursos fijos. En otras ocasiones, algunos activistas en línea y empleados trabajaron conjuntamente para realizar campañas. También se ha visto cómo se ha contratado el servicio de proveedores privados especializados en influir en la opinión a través de los medios sociales.

Rusia lidera el mundo de la sofisticación de la propaganda en línea. Howard señaló que los esfuerzos para apoyar al republicano Donald Trump en la campaña presidencial de 2016 abrió nuevos caminos para utilizar las redes sociales y dar forma a la opinión pública. El grupo de Howard y otros investigadores han afirmado que los bots de Twitter que apoyaban a Trump eran mucho más organizados que los de la demócrata Hillary Clinton, especialmente en los últimos días de campaña.

"En los ciclos de elecciones presidenciales se invierten decenas de millones de dólares en estas innovaciones. Estados Unidos suele ser pionera y luego se adoptan en todas partes", agregó Howard.

Otros estudiosos han documentado el poder de las redes sociales para reforzar el éxito electoral de Trump y demostraron que algunos de esos recursos se están extendiendo a otras naciones.

Según Emilio Ferrara, investigador de la Universidad del Sur de California, la difusión de documentos poco favorables sobre el candidato presidencial francés Emmanuel Macron —ahora desmentidos— obtuvo un apoyo clave en los últimos días de la campaña electoral de mayo con los mismos robots de Twitter que en su momento habían apoyado a Trump en Estados Unidos.

Analizó 17 millones de tweets y encontró que los bots que procedían de fuera de Francia se enfocaban en otros temas que no necesariamente interesaban a los usuarios humanos franceses. Su último informe sugirió la posibilidad de un "mercado negro para los bots reutilizables en la desinformación política".

El uso de estas técnicas crece rápidamente con el objetivo de manipular la opinión en las redes sociales, un método más barato y más fácil de utilizar. Muchas compañías ahora venden cuentas robotizadas y, con una cuota mensual, se pueden administrar para los clientes.

También se puso de manifiesto que las plataformas sociales no hacen los suficiente para combatir la propagación de esas cuentas automatizadas y la propaganda que se difunde. El impacto va más allá de la política electoral, y se tratan otros temas como el cambio climático o la seguridad de las vacunas.

"La gran mayoría de la gente se sorprendería de cómo estas plataformas se utilizan para la manipulación política, especialmente cuando nadie hace nada al respecto", dijo Ferrara.

El grupo de Howard en Oxford también ha detectado bots que apoyaban a Trump en otros temas a nivel mundial, así como también campañas de propaganda rusas. "Generan tanto contenido y se comparte por los demás que es difícil hacerlo desaparecer de las redes", sostuvo Howard.

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