Washington presiona a Pekín por sus prácticas comerciales
El Gobierno se plantea abrir una investigación al gigante asiático en plena disputa por el conflicto norcoreano
Amanda Mars
Washington, El País
La tensión con China ha vuelto a subir en Washington. La Administración de Donald Trump está planteándose abrir una investigación, con sus consiguientes posibles sanciones, sobre la normativa de propiedad intelectual que aplica el gigante asiático y que obliga a las multinacionales extranjeras a transferir tecnología a sus socios locales y filiales. La medida, publicada por medios estadounidenses y confirmada por un alto cargo a la agencia Reuters en condición de anonimato, supone un cambio de registro en el tono que el Gobierno de EE UU había utilizado en los últimos meses y coincide con el agravamiento de sus discrepancias sobre el conflicto de Corea del Norte.
Trump se plantea situar al representante de Comercio de Estados Unidos, Robert Lighthizer, al frente de la investigación sobre las prácticas comerciales de China, según ha dicho el alto cargo. La Administración puede acogerse al artículo 301 de la ley de Comercio de 1974, que permite al presidente de Estados Unidos imponer tarifas o restricciones comerciales para proteger a los sectores y empresas estadounidenses de “prácticas comerciales injustas” por parte de terceros países, como violaciones de acuerdos de comercio.
Acusaciones en campaña
China se había convertido en uno de los villanos a los que el Trump candidato estuvo atizando durante la campaña, al que acusaba de devaluar la moneda y tener un superávit comercial excesivo, pero tras las elecciones el empresario neoyorquino cambió de actitud y en la primera reunión que mantuvo con el presidente Xi Jinping en Florida, el pasado abril, lo mostró.
El optimismo y las buenas palabras posteriores a ese encuentro se han esfumado y Corea del Norte ha tenido mucho que ver, si bien, en el caso de esta investigación comercial —como apunta The Wall Street Journal—, también pesa que las quejas de las tecnológicas han ido en aumento con las prácticas de China. Washington insiste en que China debe presionar más a Pyongyang para que desmantele su programa atómico.
“Estoy muy decepcionado con China. Nuestros estúpidos líderes pasados les han permitido hacer cientos de miles de millones de dólares al año en comercio, pero no hacen nada para nosotros con Corea del Norte, solo hablar”, dijo Trump el pasado fin de semana en Twitter. “Ya no permitiremos que esto continúe. China podría fácilmente resolver este problema”, agregó. Pekín ha reclamado que no se mezclen los asuntos.
Amanda Mars
Washington, El País
La tensión con China ha vuelto a subir en Washington. La Administración de Donald Trump está planteándose abrir una investigación, con sus consiguientes posibles sanciones, sobre la normativa de propiedad intelectual que aplica el gigante asiático y que obliga a las multinacionales extranjeras a transferir tecnología a sus socios locales y filiales. La medida, publicada por medios estadounidenses y confirmada por un alto cargo a la agencia Reuters en condición de anonimato, supone un cambio de registro en el tono que el Gobierno de EE UU había utilizado en los últimos meses y coincide con el agravamiento de sus discrepancias sobre el conflicto de Corea del Norte.
Trump se plantea situar al representante de Comercio de Estados Unidos, Robert Lighthizer, al frente de la investigación sobre las prácticas comerciales de China, según ha dicho el alto cargo. La Administración puede acogerse al artículo 301 de la ley de Comercio de 1974, que permite al presidente de Estados Unidos imponer tarifas o restricciones comerciales para proteger a los sectores y empresas estadounidenses de “prácticas comerciales injustas” por parte de terceros países, como violaciones de acuerdos de comercio.
Acusaciones en campaña
China se había convertido en uno de los villanos a los que el Trump candidato estuvo atizando durante la campaña, al que acusaba de devaluar la moneda y tener un superávit comercial excesivo, pero tras las elecciones el empresario neoyorquino cambió de actitud y en la primera reunión que mantuvo con el presidente Xi Jinping en Florida, el pasado abril, lo mostró.
El optimismo y las buenas palabras posteriores a ese encuentro se han esfumado y Corea del Norte ha tenido mucho que ver, si bien, en el caso de esta investigación comercial —como apunta The Wall Street Journal—, también pesa que las quejas de las tecnológicas han ido en aumento con las prácticas de China. Washington insiste en que China debe presionar más a Pyongyang para que desmantele su programa atómico.
“Estoy muy decepcionado con China. Nuestros estúpidos líderes pasados les han permitido hacer cientos de miles de millones de dólares al año en comercio, pero no hacen nada para nosotros con Corea del Norte, solo hablar”, dijo Trump el pasado fin de semana en Twitter. “Ya no permitiremos que esto continúe. China podría fácilmente resolver este problema”, agregó. Pekín ha reclamado que no se mezclen los asuntos.