Una cadena de supermercados prohíbe en Alemania la venta de huevos llegados de Holanda
Baja Sajonia cifra en 10 millones los ejemplares contaminados comprados en el país vecino
Enrique Müller
Berlín, El País
El breve comunicado que dio a conocer en la mañana del viernes la popular cadena de supermercados ALDI, dejó al desnudo la gravedad que está adquiriendo en Alemania la venta de huevos contaminados que fueron importados desde Holanda. La cadena anunció que había decidido prohibir la venta de huevos en sus cientos de filiales a lo largo y ancho del país. “Se trata de una medida preventiva”, dijo ALDI. “Queremos ofrecerle a nuestros clientes claridad y transparencia”. La medida sigue a la tomada por otros establecimientos en el país, como Rewe, Penny y Lidl, que retiraron todos los huevos procedentes de Holanda. En Belgica, la Agencia federal para la seguridad de la cadena alimentaria (Afsca) ha bloqueado la actividad de varias granjas, y la Fiscalía de Amberes ha iniciado una investigación judicial.
Casi al mismo tiempo, el ministro de Agricultura de Baja Sajonia, Christian Meyer, uno de los Estados federados más afectados por el escándalo, admitió ante las cámaras de la segunda cadena de televisión publica, ZDF, que en todo el país se habían vendido unos 10 millones de huevos contaminados y no tres, como había señalado el ministerio de Agricultura federal. “El punto culminante del escándalo de huevos aún no ha sido alcanzado”, dijo Meyer, quien señaló que su dependencia estaba investigando si el consumo de la carne avícola representaba un peligro.
Los huevos contaminados con fipronil, un pesticida que mata los piojos y pulgas en los gallineros y que está prohibido en el uso de la cadena alimentaria, llegaron a doce estados federados y los más afectados son Baja Sajonia y Renania del Norte Westfalia. Las primeras investigaciones realizadas en Holanda señalaron que la empresa Chickfriend había usado una mezcla que contenía fipronil con el desinfectante Dega-16 para mejorar sus efectos.
Las investigaciones llevadas a cabo por las autoridades alemanas revelaron también que el producto prohibido había sido vendido a varias granjas avícolas en Alemania. Al menos cinco en Baja Sajonia fueron clausuradas por las autoridades, una medida que puede afectar a otras granjas en el resto del país.
El ministro de Agricultura federal, Christian Schmidt, ha comparecido ante la prensa para asegurar que su ministerio se toma “muy en serio” la alerta alimentaria para los huevos importados desde Holanda. “Alemania se ha visto afectada por esta crisis alimentaria más de lo que se creyó en un principio”, dijo Schmidt en la noche del jueves. La situación está bajo control, pero la alerta continúa”, añadió.
Según el director de la Agencia de Protección del Consumidor en el Estado federado de Berlín, el escándalo de los huevos contaminados puede extenderse a otros productos alimentarios en cuya elaboración de emplean huevos. Para evitar mayores consecuencias, las autoridades han recomendado que los niños dejen de consumir huevos, ya que los niveles de fipronil en los huevos afectados superan los máximos permitidos para menores.
Enrique Müller
Berlín, El País
El breve comunicado que dio a conocer en la mañana del viernes la popular cadena de supermercados ALDI, dejó al desnudo la gravedad que está adquiriendo en Alemania la venta de huevos contaminados que fueron importados desde Holanda. La cadena anunció que había decidido prohibir la venta de huevos en sus cientos de filiales a lo largo y ancho del país. “Se trata de una medida preventiva”, dijo ALDI. “Queremos ofrecerle a nuestros clientes claridad y transparencia”. La medida sigue a la tomada por otros establecimientos en el país, como Rewe, Penny y Lidl, que retiraron todos los huevos procedentes de Holanda. En Belgica, la Agencia federal para la seguridad de la cadena alimentaria (Afsca) ha bloqueado la actividad de varias granjas, y la Fiscalía de Amberes ha iniciado una investigación judicial.
Casi al mismo tiempo, el ministro de Agricultura de Baja Sajonia, Christian Meyer, uno de los Estados federados más afectados por el escándalo, admitió ante las cámaras de la segunda cadena de televisión publica, ZDF, que en todo el país se habían vendido unos 10 millones de huevos contaminados y no tres, como había señalado el ministerio de Agricultura federal. “El punto culminante del escándalo de huevos aún no ha sido alcanzado”, dijo Meyer, quien señaló que su dependencia estaba investigando si el consumo de la carne avícola representaba un peligro.
Los huevos contaminados con fipronil, un pesticida que mata los piojos y pulgas en los gallineros y que está prohibido en el uso de la cadena alimentaria, llegaron a doce estados federados y los más afectados son Baja Sajonia y Renania del Norte Westfalia. Las primeras investigaciones realizadas en Holanda señalaron que la empresa Chickfriend había usado una mezcla que contenía fipronil con el desinfectante Dega-16 para mejorar sus efectos.
Las investigaciones llevadas a cabo por las autoridades alemanas revelaron también que el producto prohibido había sido vendido a varias granjas avícolas en Alemania. Al menos cinco en Baja Sajonia fueron clausuradas por las autoridades, una medida que puede afectar a otras granjas en el resto del país.
El ministro de Agricultura federal, Christian Schmidt, ha comparecido ante la prensa para asegurar que su ministerio se toma “muy en serio” la alerta alimentaria para los huevos importados desde Holanda. “Alemania se ha visto afectada por esta crisis alimentaria más de lo que se creyó en un principio”, dijo Schmidt en la noche del jueves. La situación está bajo control, pero la alerta continúa”, añadió.
Según el director de la Agencia de Protección del Consumidor en el Estado federado de Berlín, el escándalo de los huevos contaminados puede extenderse a otros productos alimentarios en cuya elaboración de emplean huevos. Para evitar mayores consecuencias, las autoridades han recomendado que los niños dejen de consumir huevos, ya que los niveles de fipronil en los huevos afectados superan los máximos permitidos para menores.