Bruselas presiona a Washington para evitar el efecto de las sanciones a Rusia
La Comisión Europea discutirá si adopta represalias comerciales contra Estados Unidos
Lucía Abellán
Bruselas, El País
Bruselas ha emprendido una intensa batalla diplomática para evitar que la confrontación por los vínculos entre Estados Unidos y Rusia acabe salpicando a Europa. La Comisión Europea ha expresado este lunes su preocupación por la posibilidad de que el Congreso estadounidense apruebe mañana nuevas sanciones a Rusia que afecten también a las empresas europeas con inversiones en Moscú. “Hemos activado todos los canales diplomáticos para abordar esta inquietud”, ha señalado un portavoz del Ejecutivo comunitario, que recuerda que las medidas de Washington afectarían a la independencia energética de la UE.
La cámara baja de Estados Unidos puede aprobar mañana una ley que restringe al máximo la capacidad de que empresas estadounidenses puedan financiar proyectos rusos. Las nuevas medidas también impactarían de lleno en Europa, con penalizaciones a las compañías de países comunitarios que participen en iniciativas rusas.
Ese enfoque afecta esencialmente al gasoducto Nord Stream 2, con el que el gigante ruso Gazprom pretende bombear gas directamente a Alemania y que cuenta con la implicación de firmas europeas. El plan, pese a todo, es muy controvertido dentro de la propia UE. Países como Polonia lo rechazan abiertamente porque les resta tarifas de tránsito por su territorio y porque aumenta la dependencia energética de Moscú; con la nueva tubería, el gas llegaría por vía submarina directamente desde Rusia hasta Alemania. Berlín, en el otro extremo, defiende el proyecto.
Bruselas elude concretar si está preparando represalias comerciales en caso de que Washington acabe aprobando la norma, como ha adelantado el diario Financial Times. El colegio de comisarios estudiará este miércoles posibles medidas de respuesta. Fuentes comunitarias explican que la diplomacia europea intenta que el borrador de la ley incluya algunas enmiendas para eliminar el impacto extraterritorial de la norma (particularmente en Europa). La UE entiende que el intento de castigar más a Rusia por sus políticas responde a cuestiones de política interna estadounidense y rechaza verse implicada en ese debate.
La política de sanciones se convierte en un nuevo motivo de disputa entre Bruselas y Washington desde que Donald Trump tomó las riendas de Estados Unidos. Más allá de las divergencias sobre el cambio climático y diferentes asuntos de política exterior, ambos bloques han chocado ya por otras cuestiones relativas al libre comercio, con Estados Unidos como nuevo adalid del proteccionismo mundial. Bruselas ha amagado recientemente con tomar represalias si Washington decide aplicar restricciones al acero que importa de otros territorios, entre ellos Europa.
Lucía Abellán
Bruselas, El País
Bruselas ha emprendido una intensa batalla diplomática para evitar que la confrontación por los vínculos entre Estados Unidos y Rusia acabe salpicando a Europa. La Comisión Europea ha expresado este lunes su preocupación por la posibilidad de que el Congreso estadounidense apruebe mañana nuevas sanciones a Rusia que afecten también a las empresas europeas con inversiones en Moscú. “Hemos activado todos los canales diplomáticos para abordar esta inquietud”, ha señalado un portavoz del Ejecutivo comunitario, que recuerda que las medidas de Washington afectarían a la independencia energética de la UE.
La cámara baja de Estados Unidos puede aprobar mañana una ley que restringe al máximo la capacidad de que empresas estadounidenses puedan financiar proyectos rusos. Las nuevas medidas también impactarían de lleno en Europa, con penalizaciones a las compañías de países comunitarios que participen en iniciativas rusas.
Ese enfoque afecta esencialmente al gasoducto Nord Stream 2, con el que el gigante ruso Gazprom pretende bombear gas directamente a Alemania y que cuenta con la implicación de firmas europeas. El plan, pese a todo, es muy controvertido dentro de la propia UE. Países como Polonia lo rechazan abiertamente porque les resta tarifas de tránsito por su territorio y porque aumenta la dependencia energética de Moscú; con la nueva tubería, el gas llegaría por vía submarina directamente desde Rusia hasta Alemania. Berlín, en el otro extremo, defiende el proyecto.
Bruselas elude concretar si está preparando represalias comerciales en caso de que Washington acabe aprobando la norma, como ha adelantado el diario Financial Times. El colegio de comisarios estudiará este miércoles posibles medidas de respuesta. Fuentes comunitarias explican que la diplomacia europea intenta que el borrador de la ley incluya algunas enmiendas para eliminar el impacto extraterritorial de la norma (particularmente en Europa). La UE entiende que el intento de castigar más a Rusia por sus políticas responde a cuestiones de política interna estadounidense y rechaza verse implicada en ese debate.
La política de sanciones se convierte en un nuevo motivo de disputa entre Bruselas y Washington desde que Donald Trump tomó las riendas de Estados Unidos. Más allá de las divergencias sobre el cambio climático y diferentes asuntos de política exterior, ambos bloques han chocado ya por otras cuestiones relativas al libre comercio, con Estados Unidos como nuevo adalid del proteccionismo mundial. Bruselas ha amagado recientemente con tomar represalias si Washington decide aplicar restricciones al acero que importa de otros territorios, entre ellos Europa.