Trump reconoce estar siendo investigado y carga contra el fiscal adjunto
"¡Estoy siendo investigado por despedir al director del FBI por el hombre que me dijo que despidiera al director del FBI! Caza de brujas", afirma el presidente en Twitter
Amanda Mars
Washington, El País
Donald Trump se revolvió este viernes contra la investigación de la trama rusa. Confirmó que él mismo es investigación por posible obstrucción a la justicia y atacó a quien ve responsable de ello, Rod Rosestein, el fiscal general adjunto. Rosestein asumió la investigación tras la recusación de su jefe, Jeff Sessions, pero pronto nombró a un fiscal independiente para el caso, Robert Mueller. Y este ha dirigido la linterna hacia el presidente de EE UU. Ha pesado en ello el despido de James Comey como director del FBI cuando dirigía las pesquisas, un cese abonado por el propio Rosenstein.
El camino que ha llevado a Trump a ponerse bajo el foco del Departamento de Justicia es tan enrevesado como el mensaje que publicó en su cuenta de Twitter esta mañana. "¡Estoy siendo investigado por despedir al director del FBI por el hombre que me dijo que despidiera al director del FBI! Caza de brujas", escribió.
Es un ataque confuso, ya que el "hombre" al que se refiere es Rosenstein, quien elaboró un informe muy crítico con James Comey -por su gestión del caso de los correos de Hillary Clinton- que sirvió de base para que Trump lo cesara a primeros de mayo como director del FBI. La destitución supuso apearle de la investigación de la llamada trama rusa: la injerencia de Moscú en las elecciones presidenciales para favorecer la victoria del empresario -operación que EE UU da por segura- y la posible connivencia de miembros del equipo de Trump en esa estratagema.
Pero el despido se volvió en contra de Trump. El exdirector del FBI, un verso suelto que ha demostrado a lo largo de su carrera saber plantarse ante presidentes, se revolvió filtrando a la prensa que el presidente le había presionado en sus pesquisas del caso ruso, en concreto, que le pedido que dejara pasar la investigación a Michael Flynn (exconsejero de Seguridad que protagoniza una de las ramificaciones de la trama rusa y por eso fue destituido). Estas informaciones alimentaban las primeras sospechas de un posible caso de obstrucción de la justicia, así que Rosestein, entonces máximo responsable del Departamento de Justicia para este caso, decidió apartarse también y nombrar a alguien independiente y respetado para que investigara el caso, Robert Mueller.
Así que el hombre que le investiga ahora no es Rosenstein, sino Mueller, aunque es Rosestein el responsable de que el destino del presidente esté en manos de lo que este nuevo fiscal especial resuelva y, al mismo tiempo, quien le dio un argumentario para echar a Comeym un argumentario que no tenía que ver con la trama rusa. La filtración sobre las presiones que Comey asegura haber sufrido llevaron al Comité de Inteligencia del Senado, que investiga la trama en paralelo al FBI, a pedir la comparecencia de Comey. Esta tuvo lugar la semana pasada y en ella, es el exjefe del FBI acusó al presidente de "mentir y difamar" y de haberle echado por las investigaciones sobre el Kremlin. El relato de Comey acusaba al empresidente de torpedear la investigación y abonaba el terreno para que Mueller abriera una investigación a Trump por posible obstrucción a la justicia.
Los mensajes de Trump de este jueves y este viernes también han servido de confirmación de que Mueller le ha puesto bajo investigación, algo que no era oficial. Su reacción ha sido colérica en Twitter. El jueves Trump ya se había expresado en un sentido similar: "Se inventaron una falsa conspiración en la historia de los rusos, encontraron cero pruebas, así que ahora van a por la obstrucción de justicia en la historia falsa. Bonito", espetó. "¡Están siendo testigos de la mayor CAZA DE BRUJAS en la historia política estadounidense, liderada por gente muy mala y con problemas!", criticó en otro tuit.
Si esta investigación acabase en acusación, una potestad que Mueller tiene, supondría abrir la puerta a una destitución. Hasta ese momento, la investigación de la trama rusa solo se centraba en si miembros del equipo y entorno de Trump se habían compinchado con el Kremlin. Varias personas de su entorno están investigadas, como su yerno, Jared Kushner, y sus negocios, según The Washington Post. En medio de la turbulencia, el vicepresidente, Mike Pence, ha optado por contratar un abogado privado para defenderse en el marco de la investigación del fiscal especial.
El fiscal general, Jeff Sessions, se inhibió en toda esta investigación cuando salió a la luz una reunión que mantuvo reuniones con el embajador ruso en EE UU, Sergei Kislyak, durante la campaña electoral y no había informado de ellas. Aquella decisión, adoptadas a primeros de marzo, ha llevado a Trump a toda una cadena de traspaso de responsabilidades que ha dejado el futuro de esta Administración en el criterio de un hombre, Robert Mueller.
Amanda Mars
Washington, El País
Donald Trump se revolvió este viernes contra la investigación de la trama rusa. Confirmó que él mismo es investigación por posible obstrucción a la justicia y atacó a quien ve responsable de ello, Rod Rosestein, el fiscal general adjunto. Rosestein asumió la investigación tras la recusación de su jefe, Jeff Sessions, pero pronto nombró a un fiscal independiente para el caso, Robert Mueller. Y este ha dirigido la linterna hacia el presidente de EE UU. Ha pesado en ello el despido de James Comey como director del FBI cuando dirigía las pesquisas, un cese abonado por el propio Rosenstein.
El camino que ha llevado a Trump a ponerse bajo el foco del Departamento de Justicia es tan enrevesado como el mensaje que publicó en su cuenta de Twitter esta mañana. "¡Estoy siendo investigado por despedir al director del FBI por el hombre que me dijo que despidiera al director del FBI! Caza de brujas", escribió.
Es un ataque confuso, ya que el "hombre" al que se refiere es Rosenstein, quien elaboró un informe muy crítico con James Comey -por su gestión del caso de los correos de Hillary Clinton- que sirvió de base para que Trump lo cesara a primeros de mayo como director del FBI. La destitución supuso apearle de la investigación de la llamada trama rusa: la injerencia de Moscú en las elecciones presidenciales para favorecer la victoria del empresario -operación que EE UU da por segura- y la posible connivencia de miembros del equipo de Trump en esa estratagema.
Pero el despido se volvió en contra de Trump. El exdirector del FBI, un verso suelto que ha demostrado a lo largo de su carrera saber plantarse ante presidentes, se revolvió filtrando a la prensa que el presidente le había presionado en sus pesquisas del caso ruso, en concreto, que le pedido que dejara pasar la investigación a Michael Flynn (exconsejero de Seguridad que protagoniza una de las ramificaciones de la trama rusa y por eso fue destituido). Estas informaciones alimentaban las primeras sospechas de un posible caso de obstrucción de la justicia, así que Rosestein, entonces máximo responsable del Departamento de Justicia para este caso, decidió apartarse también y nombrar a alguien independiente y respetado para que investigara el caso, Robert Mueller.
Así que el hombre que le investiga ahora no es Rosenstein, sino Mueller, aunque es Rosestein el responsable de que el destino del presidente esté en manos de lo que este nuevo fiscal especial resuelva y, al mismo tiempo, quien le dio un argumentario para echar a Comeym un argumentario que no tenía que ver con la trama rusa. La filtración sobre las presiones que Comey asegura haber sufrido llevaron al Comité de Inteligencia del Senado, que investiga la trama en paralelo al FBI, a pedir la comparecencia de Comey. Esta tuvo lugar la semana pasada y en ella, es el exjefe del FBI acusó al presidente de "mentir y difamar" y de haberle echado por las investigaciones sobre el Kremlin. El relato de Comey acusaba al empresidente de torpedear la investigación y abonaba el terreno para que Mueller abriera una investigación a Trump por posible obstrucción a la justicia.
Los mensajes de Trump de este jueves y este viernes también han servido de confirmación de que Mueller le ha puesto bajo investigación, algo que no era oficial. Su reacción ha sido colérica en Twitter. El jueves Trump ya se había expresado en un sentido similar: "Se inventaron una falsa conspiración en la historia de los rusos, encontraron cero pruebas, así que ahora van a por la obstrucción de justicia en la historia falsa. Bonito", espetó. "¡Están siendo testigos de la mayor CAZA DE BRUJAS en la historia política estadounidense, liderada por gente muy mala y con problemas!", criticó en otro tuit.
Si esta investigación acabase en acusación, una potestad que Mueller tiene, supondría abrir la puerta a una destitución. Hasta ese momento, la investigación de la trama rusa solo se centraba en si miembros del equipo y entorno de Trump se habían compinchado con el Kremlin. Varias personas de su entorno están investigadas, como su yerno, Jared Kushner, y sus negocios, según The Washington Post. En medio de la turbulencia, el vicepresidente, Mike Pence, ha optado por contratar un abogado privado para defenderse en el marco de la investigación del fiscal especial.
El fiscal general, Jeff Sessions, se inhibió en toda esta investigación cuando salió a la luz una reunión que mantuvo reuniones con el embajador ruso en EE UU, Sergei Kislyak, durante la campaña electoral y no había informado de ellas. Aquella decisión, adoptadas a primeros de marzo, ha llevado a Trump a toda una cadena de traspaso de responsabilidades que ha dejado el futuro de esta Administración en el criterio de un hombre, Robert Mueller.