Hamilton: pole 65 y ya está sentado a la derecha de Senna
El británico logró igualar a su gran ídolo con su sexta pole en este circuito por delante de Vettel. Mientras, Alonso saldrá duodecimo y Sainz decimotercero.
Manuel Franco
As
Al entrar, después del puente. Está ahí, junto a su ídolo y otros, como Schumacher o Gilles Villeneuve. Lewis Hamilton, digo, en los sellos conmemorativos de los 50 años del GP de Canada, el inglés al lado de Ayrton Senna. En la entrada al trazado en la increíble isla de Notre Dame. Hace diez años el de Mercedes lograba su primera pole con Alonso de compañero. Ahora, después de pilotar para McLaren y el equipo alemán y con tres títulos en el palmarés ha logrado la número 65, las mismas que la leyenda brasileña. Solo el Kaiser mira a todos desde la estratosfera. Es el día de llorar por dentro. Consigue la pole Hamilton: 65. Piloto de todas las épocas. Pole de talento puro, siete décimas a su compañero.
Pero todo empezó antes. Mientras el español que fue su rival salía motivado al máximo para intentar el milagro de la Q3. Está con rabia. Y con un ojo puesto en el campeonato de Europa de Kárting en su circuito y en las declaraciones de un ex piloto alemán hermano del bueno que le tienen con el cabreo en el cuerpo. Ralf fue el más rápido de siempre en este circuito en una pole. Allá va Alonso. Suerte, le dicen.
Cruza el box, se mete en el coche y ya nada importa. Solo ir más deprisa de lo que marcan los límites. Dos pasos más allá Carlos Sainz, le cierran la visera y mira solo al infinito. En los equipos grandes, Hamilton y Vettel miran a la pole, el británico con Senna en el corazón, el alemán quiere meter más presión a su rival.
En la Q1, primero es Bottas por delante de su compañero y los dos Ferrari, a cuatro décimas, pero los únicos que iban con superblandos. Alonso es décimo mete medio segundo a su compañero Vandoorne que se queda fuera. El McLaren Honda sigue siendo un coche muy pobre. Al menos no ha roto. Y Carlos decimoquinto con su Toro Rosso entra por una décima. Wehrlein se choca contra uno de los muros y la primera tanda termina.
Vamos a por la Q2. Al principio Sainz sale con muchas ganas de hacer un tiempo rápido, pero los neumáticos ¿ultrablandos? aún no están suficientemente calientes y se sale, despues mucho tráfico. “Una pesadilla. No puedo hacer nada” se queja el madrileño. Sale Alonso, su vuelta le deja decimotercero a pocas milésimas de Sainz que es duodécimo. La Q3 a dos décimas para los españoles. Por arriba sigue la lucha Mercedes-Ferrari. “Tengo menos potencia que en Q1”, se queja el asturiano. Así están las cosas. Falta el milagro en la siguiente vuelta. ¿Imposible? Imposible. Sainz aborta la vuelta. Alonso vuela hasta que se encuentra con Kvyat tocado en el último parcial, solo en ese no mejora. ¿Bandera amarilla?. No para Alonso, sí para Sainz. Duodécimo el asturiano. Decimotercero el de Madrid, apenas puede rodar.
Y llega la Q3, el momento de los mejores. Vettel hace una gran vuelta. Pero después llega Hamilton, mejora siete décimas su vuelto de Q2, agresivo, a por todas. Primer intento.
Al segundo Vettel se queda a cuatro milésimas de Hamilton. Un error mínimo. Emoción total. Bottas y Raikkonen, en sus sitios, acompañantes en el viaje. Otro intento. Y Hamilton mejora. Impresionante. Seis poles en este circuito, cinco victorias y 65 poles, las de Senna, además con el tiempo más rápido de siempre, se lo quita a Ralf. Tenía que ser Hamilton…el de los sellos. Junto a los mitos, ya sentado a la derecha de Senna…
As
Al entrar, después del puente. Está ahí, junto a su ídolo y otros, como Schumacher o Gilles Villeneuve. Lewis Hamilton, digo, en los sellos conmemorativos de los 50 años del GP de Canada, el inglés al lado de Ayrton Senna. En la entrada al trazado en la increíble isla de Notre Dame. Hace diez años el de Mercedes lograba su primera pole con Alonso de compañero. Ahora, después de pilotar para McLaren y el equipo alemán y con tres títulos en el palmarés ha logrado la número 65, las mismas que la leyenda brasileña. Solo el Kaiser mira a todos desde la estratosfera. Es el día de llorar por dentro. Consigue la pole Hamilton: 65. Piloto de todas las épocas. Pole de talento puro, siete décimas a su compañero.
Pero todo empezó antes. Mientras el español que fue su rival salía motivado al máximo para intentar el milagro de la Q3. Está con rabia. Y con un ojo puesto en el campeonato de Europa de Kárting en su circuito y en las declaraciones de un ex piloto alemán hermano del bueno que le tienen con el cabreo en el cuerpo. Ralf fue el más rápido de siempre en este circuito en una pole. Allá va Alonso. Suerte, le dicen.
Cruza el box, se mete en el coche y ya nada importa. Solo ir más deprisa de lo que marcan los límites. Dos pasos más allá Carlos Sainz, le cierran la visera y mira solo al infinito. En los equipos grandes, Hamilton y Vettel miran a la pole, el británico con Senna en el corazón, el alemán quiere meter más presión a su rival.
En la Q1, primero es Bottas por delante de su compañero y los dos Ferrari, a cuatro décimas, pero los únicos que iban con superblandos. Alonso es décimo mete medio segundo a su compañero Vandoorne que se queda fuera. El McLaren Honda sigue siendo un coche muy pobre. Al menos no ha roto. Y Carlos decimoquinto con su Toro Rosso entra por una décima. Wehrlein se choca contra uno de los muros y la primera tanda termina.
Vamos a por la Q2. Al principio Sainz sale con muchas ganas de hacer un tiempo rápido, pero los neumáticos ¿ultrablandos? aún no están suficientemente calientes y se sale, despues mucho tráfico. “Una pesadilla. No puedo hacer nada” se queja el madrileño. Sale Alonso, su vuelta le deja decimotercero a pocas milésimas de Sainz que es duodécimo. La Q3 a dos décimas para los españoles. Por arriba sigue la lucha Mercedes-Ferrari. “Tengo menos potencia que en Q1”, se queja el asturiano. Así están las cosas. Falta el milagro en la siguiente vuelta. ¿Imposible? Imposible. Sainz aborta la vuelta. Alonso vuela hasta que se encuentra con Kvyat tocado en el último parcial, solo en ese no mejora. ¿Bandera amarilla?. No para Alonso, sí para Sainz. Duodécimo el asturiano. Decimotercero el de Madrid, apenas puede rodar.
Y llega la Q3, el momento de los mejores. Vettel hace una gran vuelta. Pero después llega Hamilton, mejora siete décimas su vuelto de Q2, agresivo, a por todas. Primer intento.
Al segundo Vettel se queda a cuatro milésimas de Hamilton. Un error mínimo. Emoción total. Bottas y Raikkonen, en sus sitios, acompañantes en el viaje. Otro intento. Y Hamilton mejora. Impresionante. Seis poles en este circuito, cinco victorias y 65 poles, las de Senna, además con el tiempo más rápido de siempre, se lo quita a Ralf. Tenía que ser Hamilton…el de los sellos. Junto a los mitos, ya sentado a la derecha de Senna…
