Un millar de choferes bolivianos claman por ayuda en la frontera con Chile
Se cumplien tres días del paro de los trabajadores aduaneros del vecino país y la fila de camiones parados en la carretera se extiende por kilómetros. Los transportistas no tienen alimentos suficientes y combaten como pueden el frío extremo de la zona.
La Razón Digital / Ibeth Carvajal / Tambo Quemado
'Estoy muriendo de frío, ya estoy aquí desde el miércoles', afirma el transportista Favio Canqui, mientras se aferra a su abrigo con el que combate el inclemente frío en la frontera con Chile. Él, al igual que otros mil choferes, espera este viernes ser atendido en el puesto fronterizo de Chungará.
Hambre, frío e impotencia es lo que pasan los transportistas bolivianos en el tercer día de paro indefinido de los trabajadores de la Asociación Nacional de Funcionarios de Aduanas de Chile (Anfach).
La fila de camiones de alto tonelaje empieza dos kilómetros antes de llegar a la tranca de Tambo Quemado, lugar donde los choferes bloquean el paso a buses y vehículos particulares que quieran pasar al lado chileno.
El tormento no termina ahí, a partir de ese sector y hasta el puesto fronterizo de Chungará, continúa la fila de vehículos. Es una escena que se repite con cierta frecuencia en los últimos meses y que los transportistas ven como una pesadilla, por el sufrimiento y las pérdidas que representa.
'Nadie se acuerda de nosotros, pedimos ayuda al Gobierno, a nuestros dirigentes; que vengan los ministros con agua, con comida', reclama el transportista Pastor Gutiérrez y cuenta que hasta el mediodía de hoy solo pudo comprar un buñuelo para alimentarse, y a un costo de cinco bolivianos.
Choferes de Cochabamba y Santa Cruz son los que más padecen por el frío y hambre. En la tranca de Tambo Quemado un plato de comida cuesta 20 bolivianos, alimento al que sin embargo los transportistas que están más cerca a Chile no pueden acceder.
'Nos sentimos abandonados, tardé dos días en pasar al lado boliviano; apenas comí un ají de fideo, no hay comida al lado chileno y la fila de autos llega hasta Chucuyo. Son más de ocho kilómetros de compañeros que están sufriendo', cuenta Adrián Oliva, chofer que llegó con carga de soya desde Arica.
'Aduana en paro', se lee en un letrero que se expone en el puesto fronterizo de Chungará, donde únicamente cinco vehículos pasan cada hora. Existe mayor retraso en la atención porque el acceso se cierra de 14.00 a 17.00, debido a la refacción de la carretera.
El dirigente de Anfach-Iquique, Pedro Echenique, anunció a La Razón que el paro continuará ante la negativa del gobierno de Chile a sentarse a una mesa de negociación.
Exportadores de Bolivia pierden $us 5 millones por día de paro aduanero chileno
Dijo que autoridades de su país desconocen los acuerdos suscritos en mayo de 2015 y noviembre de 2016, puesto que recientemente presentaron una contrapropuesta que no se hace cargo de los compromisos laborales adquiridos con los funcionarios, como se había acordado.
“Estamos en paro en todo el país, desde Arica hasta Punta Arena”, contó el dirigente aduanero.
Pasa el mediodía y al lado chileno la fila está aún más larga, según reportan los pocos choferes que lograron pasar.
A los periodistas no nos dejan pasar, nos piden visa, al igual que hicieron con autoridades del gobierno boliviano desde principios de este año.
'Estoy muriendo de frío, ya estoy aquí desde el miércoles', afirma el transportista Favio Canqui, mientras se aferra a su abrigo con el que combate el inclemente frío en la frontera con Chile. Él, al igual que otros mil choferes, espera este viernes ser atendido en el puesto fronterizo de Chungará.
Hambre, frío e impotencia es lo que pasan los transportistas bolivianos en el tercer día de paro indefinido de los trabajadores de la Asociación Nacional de Funcionarios de Aduanas de Chile (Anfach).
La fila de camiones de alto tonelaje empieza dos kilómetros antes de llegar a la tranca de Tambo Quemado, lugar donde los choferes bloquean el paso a buses y vehículos particulares que quieran pasar al lado chileno.
El tormento no termina ahí, a partir de ese sector y hasta el puesto fronterizo de Chungará, continúa la fila de vehículos. Es una escena que se repite con cierta frecuencia en los últimos meses y que los transportistas ven como una pesadilla, por el sufrimiento y las pérdidas que representa.
'Nadie se acuerda de nosotros, pedimos ayuda al Gobierno, a nuestros dirigentes; que vengan los ministros con agua, con comida', reclama el transportista Pastor Gutiérrez y cuenta que hasta el mediodía de hoy solo pudo comprar un buñuelo para alimentarse, y a un costo de cinco bolivianos.
Choferes de Cochabamba y Santa Cruz son los que más padecen por el frío y hambre. En la tranca de Tambo Quemado un plato de comida cuesta 20 bolivianos, alimento al que sin embargo los transportistas que están más cerca a Chile no pueden acceder.
'Nos sentimos abandonados, tardé dos días en pasar al lado boliviano; apenas comí un ají de fideo, no hay comida al lado chileno y la fila de autos llega hasta Chucuyo. Son más de ocho kilómetros de compañeros que están sufriendo', cuenta Adrián Oliva, chofer que llegó con carga de soya desde Arica.
'Aduana en paro', se lee en un letrero que se expone en el puesto fronterizo de Chungará, donde únicamente cinco vehículos pasan cada hora. Existe mayor retraso en la atención porque el acceso se cierra de 14.00 a 17.00, debido a la refacción de la carretera.
El dirigente de Anfach-Iquique, Pedro Echenique, anunció a La Razón que el paro continuará ante la negativa del gobierno de Chile a sentarse a una mesa de negociación.
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Dijo que autoridades de su país desconocen los acuerdos suscritos en mayo de 2015 y noviembre de 2016, puesto que recientemente presentaron una contrapropuesta que no se hace cargo de los compromisos laborales adquiridos con los funcionarios, como se había acordado.
“Estamos en paro en todo el país, desde Arica hasta Punta Arena”, contó el dirigente aduanero.
Pasa el mediodía y al lado chileno la fila está aún más larga, según reportan los pocos choferes que lograron pasar.
A los periodistas no nos dejan pasar, nos piden visa, al igual que hicieron con autoridades del gobierno boliviano desde principios de este año.
