Trump puede recibir dinero de sus negocios cuando quiera y sin notificarlo
Una nueva cláusula revela la fina línea entre el presidente y su imperio inmobiliario pese a su promesa de evitar un conflicto de interés
Joan Faus
Washington, El País
Antes de asumir la presidencia, Donald Trump prometió “aislarse completamente” de sus negocios. Cedió la gestión de su imperio inmobiliario a sus hijos y congeló la firma de acuerdos internacionales. La realidad, sin embargo, es que es mucho más fina la línea que debía atajar cualquier conflicto de interés entre el Trump presidente y empresario. El republicano puede recibir dinero de sus cerca de 400 empresas cuando quiera y sin tener que notificarlo, según una nueva cláusula en el certificado del fondo fideicomiso creado por el equipo de Trump.
“Los fideicomisarios podrán distribuir ingresos netos o el capital a Donald J. Trump según él lo solicite, si los fideicomisarios lo consideran necesario para su mantenimiento, apoyo, gastos médicos no asegurados, o cómo los fideicomisarios consideren apropiado de otra manera”, reza el punto nueve del documento, revelado por la publicación ProPublica. Los fideicomisarios son Donald Jr., el hijo mayor del presidente, y Allen Weisselberg, el jefe financiero del grupo Trump.
El texto se firmó el 10 de febrero, cuando Trump llevaba 20 días en la Casa Blanca, pero se ha conocido ahora al difundirlo una agencia federal que es propietaria del edificio en el que se ubica el hotel del grupo Trump en Washington. La cláusula no es el único cambio incluido en el documento respecto a otro firmado a finales de enero: ya no se habla de que el fondo sea para el beneficio “exclusivo” del presidente y se incluye a su hijo Eric como supervisor del fideicomiso.
Trump posee una fortuna valorada en más de 3.700 millones de dólares, según estimaciones de Forbes. Ha prometido devolver o donar su sueldo como presidente pero se desconoce si ya lo ha hecho.
El documento establece que los fideicomisarios de los activos de Trump “no podrán proporcionar ninguna información” al mandatario relacionada con las “propiedades y fuentes de ingresos del fondo”. Sin embargo, Eric —que gestiona, junto a su hermano Donald, las empresas— explicó recientemente que prevé informar regularmente a su padre sobre la evolución del negocio.
Los dos hijos prevén expandir en EE UU la red de hoteles del grupo. Su hermana, Ivanka, trabaja en la Casa Blanca junto a su marido, Jared Kushner.
Es improbable saber si Trump recibirá dinero de sus negocios. Nada le obliga a revelarlo dado que el fondo es un ente privado. El republicano podría divulgar esos ingresos el año que viene, de acuerdo con los procedimientos de cargos federales, pero no está obligado a hacerlo. Otra forma de conocer más detalles sobre sus ingresos sería a través de las declaraciones fiscales de Trump, pero el presidente se ha negado a difundirlas.
Trump nunca se aisló por completo de sus negocios ya que declinó venderlos o establecer un fideicomiso ciego. Cedió la gestión a sus dos hijos pero se mantuvo como el propietario del grupo, por lo que cualquier beneficio le acabaría repercutiendo.
Los expertos consideraron insuficiente ese arreglo. “No cumple con los estándares que sus mejores nominados [a cargos en la administración] están cumpliendo y que todos los presidentes en las últimas cuatro décadas han cumplido”, dijo Walter Schaub, director de la Oficina de Ética del Gobierno, en enero cuando Trump anunció su estrategia para desvincularse de sus compañías.
La ley estadounidense no prohíbe al presidente tener vínculos con actividades empresariales pese a que altos cargos gubernamentales y legisladores sí deben respetar normas sobre conflictos de interés. Pero no hay precedentes de un mandatario como Trump con tantos negocios. Desde los años setenta, todos los inquilinos de la Casa Blanca han transferido sus negocios a un fideicomiso ciego que gestiona los negocios de forma independiente, de manera que el presidente no sabe cómo afectan sus decisiones políticas a sus intereses empresariales.
Joan Faus
Washington, El País
Antes de asumir la presidencia, Donald Trump prometió “aislarse completamente” de sus negocios. Cedió la gestión de su imperio inmobiliario a sus hijos y congeló la firma de acuerdos internacionales. La realidad, sin embargo, es que es mucho más fina la línea que debía atajar cualquier conflicto de interés entre el Trump presidente y empresario. El republicano puede recibir dinero de sus cerca de 400 empresas cuando quiera y sin tener que notificarlo, según una nueva cláusula en el certificado del fondo fideicomiso creado por el equipo de Trump.
“Los fideicomisarios podrán distribuir ingresos netos o el capital a Donald J. Trump según él lo solicite, si los fideicomisarios lo consideran necesario para su mantenimiento, apoyo, gastos médicos no asegurados, o cómo los fideicomisarios consideren apropiado de otra manera”, reza el punto nueve del documento, revelado por la publicación ProPublica. Los fideicomisarios son Donald Jr., el hijo mayor del presidente, y Allen Weisselberg, el jefe financiero del grupo Trump.
El texto se firmó el 10 de febrero, cuando Trump llevaba 20 días en la Casa Blanca, pero se ha conocido ahora al difundirlo una agencia federal que es propietaria del edificio en el que se ubica el hotel del grupo Trump en Washington. La cláusula no es el único cambio incluido en el documento respecto a otro firmado a finales de enero: ya no se habla de que el fondo sea para el beneficio “exclusivo” del presidente y se incluye a su hijo Eric como supervisor del fideicomiso.
Trump posee una fortuna valorada en más de 3.700 millones de dólares, según estimaciones de Forbes. Ha prometido devolver o donar su sueldo como presidente pero se desconoce si ya lo ha hecho.
El documento establece que los fideicomisarios de los activos de Trump “no podrán proporcionar ninguna información” al mandatario relacionada con las “propiedades y fuentes de ingresos del fondo”. Sin embargo, Eric —que gestiona, junto a su hermano Donald, las empresas— explicó recientemente que prevé informar regularmente a su padre sobre la evolución del negocio.
Los dos hijos prevén expandir en EE UU la red de hoteles del grupo. Su hermana, Ivanka, trabaja en la Casa Blanca junto a su marido, Jared Kushner.
Es improbable saber si Trump recibirá dinero de sus negocios. Nada le obliga a revelarlo dado que el fondo es un ente privado. El republicano podría divulgar esos ingresos el año que viene, de acuerdo con los procedimientos de cargos federales, pero no está obligado a hacerlo. Otra forma de conocer más detalles sobre sus ingresos sería a través de las declaraciones fiscales de Trump, pero el presidente se ha negado a difundirlas.
Trump nunca se aisló por completo de sus negocios ya que declinó venderlos o establecer un fideicomiso ciego. Cedió la gestión a sus dos hijos pero se mantuvo como el propietario del grupo, por lo que cualquier beneficio le acabaría repercutiendo.
Los expertos consideraron insuficiente ese arreglo. “No cumple con los estándares que sus mejores nominados [a cargos en la administración] están cumpliendo y que todos los presidentes en las últimas cuatro décadas han cumplido”, dijo Walter Schaub, director de la Oficina de Ética del Gobierno, en enero cuando Trump anunció su estrategia para desvincularse de sus compañías.
La ley estadounidense no prohíbe al presidente tener vínculos con actividades empresariales pese a que altos cargos gubernamentales y legisladores sí deben respetar normas sobre conflictos de interés. Pero no hay precedentes de un mandatario como Trump con tantos negocios. Desde los años setenta, todos los inquilinos de la Casa Blanca han transferido sus negocios a un fideicomiso ciego que gestiona los negocios de forma independiente, de manera que el presidente no sabe cómo afectan sus decisiones políticas a sus intereses empresariales.