Trump: “La OTAN ya no es obsoleta”
El presidente consuma su viraje respecto a la Alianza Atlántica pero insiste en su petición de que los socios gasten más en defensa
Joan Faus
Washington, El País
Donald Trump consumó este miércoles su viraje respecto a la OTAN al enterrar las críticas a la organización militar que lanzó antes de asumir la presidencia de Estados Unidos y que dispararon las alarmas en Europa. “Ahora luchan contra el terrorismo. Dije que era obsoleta, ya no es obsoleta”, afirmó Trump tras reunirse en la Casa Blanca con el secretario general de la Alianza Atlántica, Jens Stoltenberg. Definió la OTAN como un “baluarte de paz y seguridad” y reiteró su “compromiso” con la organización, lo que hasta hace poco estaba en duda.
El pragmatismo de la geopolítica parece haberse impuesto a los reproches. Una semana antes de jurar el cargo, el 20 de enero, Trump llamó a la OTAN “obsoleta” por no luchar lo suficiente contra el terrorismo, lo que enfureció a los países europeos. El presidente no detalló este miércoles qué ha cambiado desde entonces, pero Stoltenberg aseguró que la organización “puede y debe hacer más en la guerra global contra el terrorismo”.
El pasado julio, el republicano cuestionó el principio de la Alianza: la cláusula de defensa de los otros socios en caso de ser atacados. En una entrevista con el diario The New York Times, se le preguntó si, en caso de un ataque de Rusia, los Estados bálticos, que son miembros de la OTAN, podrían confiar en que EE UU les ayudaría. “¿Han cumplido con sus obligaciones con nosotros? Si cumplen con sus obligaciones con nosotros, la respuesta es sí”, respondió.
Y en marzo del año pasado, el magnate inmobiliario dijo que Washington pagaba de forma "desproporcionada" en la Alianza y que ese enfoque debía ser replanteado.
Trump ha aparcado esas amenazas, pero se ha mantenido firme en su reclamación de que los socios eleven su gasto en defensa. “Al afrontar nuestros desafíos en común, debemos garantizar que los miembros de la OTAN cumplan sus obligaciones financieras y paguen lo que deben. Muchos no lo han estado haciendo”, dijo el mandatario en una rueda de prensa con Stoltenberg.
Los 28 socios de la Alianza se comprometieron en 2014 a subir en el plazo de una década su gasto en defensa hasta el 2% del PIB nacional. Solo cinco países cumplen por ahora ese compromiso.
En mayo, en su primera viaje al extranjero, Trump acudirá a la cumbre de jefes de Estado de la OTAN en Bruselas, que previsiblemente estará marcada por sus demandas de mayor gasto militar. El pasado febrero, su secretario de Defensa, Jim Mattis, lanzó en la sede de la organización una sonora advertencia: “Si sus países no quieren ver a Estados Unidos reducir su nivel de compromiso con la Alianza, cada una de sus capitales debería mostrar apoyo a nuestra defensa común”.
En la Casa Blanca, Stoltenberg elogió la posición de Trump a favor de un “reparto justo de la carga” en la OTAN y esquivó las divergencias en el pasado con el republicano. “Le agradezco su atención en este asunto. Todos estamos viendo los efectos de su enfoque”, dijo el expolítico noruego en referencia al compromiso del 2% del PIB. “Las cosas se están moviendo ahora en la buena dirección”.
Joan Faus
Washington, El País
Donald Trump consumó este miércoles su viraje respecto a la OTAN al enterrar las críticas a la organización militar que lanzó antes de asumir la presidencia de Estados Unidos y que dispararon las alarmas en Europa. “Ahora luchan contra el terrorismo. Dije que era obsoleta, ya no es obsoleta”, afirmó Trump tras reunirse en la Casa Blanca con el secretario general de la Alianza Atlántica, Jens Stoltenberg. Definió la OTAN como un “baluarte de paz y seguridad” y reiteró su “compromiso” con la organización, lo que hasta hace poco estaba en duda.
El pragmatismo de la geopolítica parece haberse impuesto a los reproches. Una semana antes de jurar el cargo, el 20 de enero, Trump llamó a la OTAN “obsoleta” por no luchar lo suficiente contra el terrorismo, lo que enfureció a los países europeos. El presidente no detalló este miércoles qué ha cambiado desde entonces, pero Stoltenberg aseguró que la organización “puede y debe hacer más en la guerra global contra el terrorismo”.
El pasado julio, el republicano cuestionó el principio de la Alianza: la cláusula de defensa de los otros socios en caso de ser atacados. En una entrevista con el diario The New York Times, se le preguntó si, en caso de un ataque de Rusia, los Estados bálticos, que son miembros de la OTAN, podrían confiar en que EE UU les ayudaría. “¿Han cumplido con sus obligaciones con nosotros? Si cumplen con sus obligaciones con nosotros, la respuesta es sí”, respondió.
Y en marzo del año pasado, el magnate inmobiliario dijo que Washington pagaba de forma "desproporcionada" en la Alianza y que ese enfoque debía ser replanteado.
Trump ha aparcado esas amenazas, pero se ha mantenido firme en su reclamación de que los socios eleven su gasto en defensa. “Al afrontar nuestros desafíos en común, debemos garantizar que los miembros de la OTAN cumplan sus obligaciones financieras y paguen lo que deben. Muchos no lo han estado haciendo”, dijo el mandatario en una rueda de prensa con Stoltenberg.
Los 28 socios de la Alianza se comprometieron en 2014 a subir en el plazo de una década su gasto en defensa hasta el 2% del PIB nacional. Solo cinco países cumplen por ahora ese compromiso.
En mayo, en su primera viaje al extranjero, Trump acudirá a la cumbre de jefes de Estado de la OTAN en Bruselas, que previsiblemente estará marcada por sus demandas de mayor gasto militar. El pasado febrero, su secretario de Defensa, Jim Mattis, lanzó en la sede de la organización una sonora advertencia: “Si sus países no quieren ver a Estados Unidos reducir su nivel de compromiso con la Alianza, cada una de sus capitales debería mostrar apoyo a nuestra defensa común”.
En la Casa Blanca, Stoltenberg elogió la posición de Trump a favor de un “reparto justo de la carga” en la OTAN y esquivó las divergencias en el pasado con el republicano. “Le agradezco su atención en este asunto. Todos estamos viendo los efectos de su enfoque”, dijo el expolítico noruego en referencia al compromiso del 2% del PIB. “Las cosas se están moviendo ahora en la buena dirección”.