El primer ministro de Serbia arrasa en las presidenciales
Aleksandar Vucic vence con holgura y no será necesaria la segunda vuelta
Juan Diego Quesada
El País
Nadie le hace sombra a Aleksandar Vucic en Serbia. El primer ministro conservador ha ganado las elecciones presidenciales que se celebraron este fin de semana en su país con un margen tan amplio (el 55% de los votos) que no hay necesidad de acudir a una segunda vuelta. En una tarea solo apta para grandes equilibristas, Vucic mantiene buenas relaciones con Moscú mientras negocia con Bruselas su ingreso en la Unión Europea.
El carismático Vucic, cuya popularidad en Serbia solo es superada por el tenista Novak Djokovic, asumirá el cargo a finales de mayo y será el momento en el que tenga que proponer a un nuevo primer ministro. Vucic, de 47 años, fue en su juventud un ultranacionalista serbio, de verbo encendido, que defendía postulados revanchistas muy alejados del proceso de reconciliación que trataba de implementar el proceso de paz tras la guerra de los Balcanes, en los noventa.
Sin embargo, Vucic decidió romper con los radicales y fundó en 2008, junto a otros socios, el partido SNS, donde moderó su discurso. En 2014 ganó las elecciones y comenzó una serie de recortes en pensiones y salarios que, a la vista de los resultados de los comicios que se celebraron el domingo, no le han pasado factura. Los datos económicos le acompañan. Tras varios años de recesión, Serbia creció un 2,7% en 2016 y el Banco Central pronostica que el crecimiento sea todavía mayor este año.
Los analistas creen que la gran obra de Vucic sería conseguir entrar en el club europeo de los 27 en unos tres años, aunque no va a resultar nada fácil. La inestabilidad en la región, la marcha del socio que más apoyaba su candidatura, Reino Unido, y la negativa a reconocer la independencia de Kosovo juegan en su contra. El que llegó a ser un joven ministro con el presidente yugoslavo Slobodan Milosevic quiere culminar su viraje político en Bruselas.
Eso no le ha escamoteado los elogios del Kremlin, cuyo portavoz apludió el lunes su victoria. El presidente ruso, Vladimir Putin, le mandó un telegrama en el que le le felicitaba por mantener una política exterior "constructiva y equilibrada", lo que ha cincelado su holgado triunfo. Más de dos millones de serbios, de los 3,7 que acudieron a las urnas, depositaron su confianza en él. El segundo más votado, el exdefensor del pueblo Sasa Jankovic, de 46 años, apenas aglutinó el 16%.
No todos han olvidado el pasado de Vucic. En un gesto de acercamiento, acudió en 2015 a Srebrenica, la ciudad bosnia en la que tropas serbias aniquilaron a 8.000 musulmanes, con la intención de rendir tributo a las víctimas. En medio de la ceremonia Vucic tuvo que ser evacuado por el temor a un linchamiento.
El País
Nadie le hace sombra a Aleksandar Vucic en Serbia. El primer ministro conservador ha ganado las elecciones presidenciales que se celebraron este fin de semana en su país con un margen tan amplio (el 55% de los votos) que no hay necesidad de acudir a una segunda vuelta. En una tarea solo apta para grandes equilibristas, Vucic mantiene buenas relaciones con Moscú mientras negocia con Bruselas su ingreso en la Unión Europea.
El carismático Vucic, cuya popularidad en Serbia solo es superada por el tenista Novak Djokovic, asumirá el cargo a finales de mayo y será el momento en el que tenga que proponer a un nuevo primer ministro. Vucic, de 47 años, fue en su juventud un ultranacionalista serbio, de verbo encendido, que defendía postulados revanchistas muy alejados del proceso de reconciliación que trataba de implementar el proceso de paz tras la guerra de los Balcanes, en los noventa.
Sin embargo, Vucic decidió romper con los radicales y fundó en 2008, junto a otros socios, el partido SNS, donde moderó su discurso. En 2014 ganó las elecciones y comenzó una serie de recortes en pensiones y salarios que, a la vista de los resultados de los comicios que se celebraron el domingo, no le han pasado factura. Los datos económicos le acompañan. Tras varios años de recesión, Serbia creció un 2,7% en 2016 y el Banco Central pronostica que el crecimiento sea todavía mayor este año.
Los analistas creen que la gran obra de Vucic sería conseguir entrar en el club europeo de los 27 en unos tres años, aunque no va a resultar nada fácil. La inestabilidad en la región, la marcha del socio que más apoyaba su candidatura, Reino Unido, y la negativa a reconocer la independencia de Kosovo juegan en su contra. El que llegó a ser un joven ministro con el presidente yugoslavo Slobodan Milosevic quiere culminar su viraje político en Bruselas.
Eso no le ha escamoteado los elogios del Kremlin, cuyo portavoz apludió el lunes su victoria. El presidente ruso, Vladimir Putin, le mandó un telegrama en el que le le felicitaba por mantener una política exterior "constructiva y equilibrada", lo que ha cincelado su holgado triunfo. Más de dos millones de serbios, de los 3,7 que acudieron a las urnas, depositaron su confianza en él. El segundo más votado, el exdefensor del pueblo Sasa Jankovic, de 46 años, apenas aglutinó el 16%.
No todos han olvidado el pasado de Vucic. En un gesto de acercamiento, acudió en 2015 a Srebrenica, la ciudad bosnia en la que tropas serbias aniquilaron a 8.000 musulmanes, con la intención de rendir tributo a las víctimas. En medio de la ceremonia Vucic tuvo que ser evacuado por el temor a un linchamiento.
