Seis diplomáticos rusos muertos en cuatro meses despiertan teorías conspirativas
Vitaly Churkin, quien era el representante de Rusia frente a las Naciones Unidas, falleció el mes pasado en Nueva York a los 64 años. / REUTER
Clarín
Fue en la mañana del 8 de noviembre de 2016, el día de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, que el diplomático ruso Sergei Krivov, de 63 años, fue hallado inconsciente y con una herida en la cabeza en el Consulado de Rusia en Nueva York. Aparentemente, se había caído del techo del edificio. Si bien se llamó de urgencia a los servicios de emergencia, el hombre falleció antes de que pudieran atenderlo. Al menos esa fue la primera versión que circuló, ya que cuando la prensa apareció se le dijo que en realidad no había habido caída ni herida, sino que Krivov había muerto a causa de un paro cardíaco. El Departamento de Policía de Nueva York encontró esta versión creíble, y cerró el caso rápidamente. Según el sitio Buzzfeed, a tres meses del hecho, el equipo forense de Nueva York aún no puede determinar la causa de muerte.
El embajador ruso en Turquía Andrei Karlov es asesinado en una galería de Arte de Ankara, Turquía, el 19/12/2016. La fotografía tomada por Burhan Ozbilici para AP fue premiada como Foto del Año en el 2017 World Press Photo.
El extraño caso de Sergei Krivov marcó el inicio de un período de cuatro meses en el seis diplomáticos de Rusia fallecieron de forma inesperada a lo largo del mundo, generando fuertes rumores de que todos estos hechos tendrían algo más en común que la mala suerte.
Dentro de esas muertes se encuentra la del embajador ruso en Turquía, Andrei Karlov, asesinado por un policía turco al grito de "¡No se olviden de Aleppo! ¡No se olviden de Siria!" el 19 de diciembre del año pasado.
Ese mismo día en Moscú, se halló muerto a balazos a Petr Polshikov, de 56 años e integrante del equipo de América Latina del ministerio de Relaciones Exteriores ruso. Lo único que se sabe hasta ahora es que se halló un arma cerca del baño, y se cree que el tema está todavía bajo investigación.
Cuando empiezan a aparecer rusos muertos de forma extraña alrededor el mundo, es imposible no pensar en el caso del ex espía de la KGB, Alexander Litvinenko, envenenado con polonio radioactivo en 2006 en Londres, supuestamente por miembros del Estado ruso. La principal diferencia entre aquel caso y esta serie de muerte es que Litvinenko era un feroz crítico de Putin en Occidente, lo que lo colocaba en una situación de extrema peligrosidad dado el destino sufrido por algunos de los opositores más acérrimos del Kremlin.
La más reciente víctima de esta desafortunada cadena es Vitaly Churkin, el embajador de Rusia ante las Naciones Unidas, quien falleció el 20 de febrero en Manhattan de un supuesto problema cardíaco. Churkin, de 64 años, había comenzado su día de forma normal cuando empezó a sentirse mal camino a su trabajo. Fue llevado de urgencia a un hospital, pero murió a pesar de los esfuerzos por salvarlo. Se le hizo una autopsia, en la cual se determinó que se necesitarían más estudios para determinar la causa de muerte.
La dificultad en determinar de qué murió Churkin lo vincula con el caso que empezó esta cadena, Sergei Krivov, y con otros dos diplomáticos que murieron en los últimos dos meses. El 9 de enero fue hallado muerto en el piso de su baño el cónsul de Rusia en Atenas, Andrei Malanin, de 55 años. La policía griega determinó que no había evidencia de que alguien hubiera irrumpido en su casa, y catalogó el hecho como muerte natural. El hecho se sigue investigando.
El 27 de enero, el embajador ruso en la India, Alexander Kadakin, de 67 años, falleció luego de una "breve enfermedad", según detallaron medio indios. No se conocen más detalles.
Clarín
Fue en la mañana del 8 de noviembre de 2016, el día de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, que el diplomático ruso Sergei Krivov, de 63 años, fue hallado inconsciente y con una herida en la cabeza en el Consulado de Rusia en Nueva York. Aparentemente, se había caído del techo del edificio. Si bien se llamó de urgencia a los servicios de emergencia, el hombre falleció antes de que pudieran atenderlo. Al menos esa fue la primera versión que circuló, ya que cuando la prensa apareció se le dijo que en realidad no había habido caída ni herida, sino que Krivov había muerto a causa de un paro cardíaco. El Departamento de Policía de Nueva York encontró esta versión creíble, y cerró el caso rápidamente. Según el sitio Buzzfeed, a tres meses del hecho, el equipo forense de Nueva York aún no puede determinar la causa de muerte.
El embajador ruso en Turquía Andrei Karlov es asesinado en una galería de Arte de Ankara, Turquía, el 19/12/2016. La fotografía tomada por Burhan Ozbilici para AP fue premiada como Foto del Año en el 2017 World Press Photo.
El extraño caso de Sergei Krivov marcó el inicio de un período de cuatro meses en el seis diplomáticos de Rusia fallecieron de forma inesperada a lo largo del mundo, generando fuertes rumores de que todos estos hechos tendrían algo más en común que la mala suerte.
Dentro de esas muertes se encuentra la del embajador ruso en Turquía, Andrei Karlov, asesinado por un policía turco al grito de "¡No se olviden de Aleppo! ¡No se olviden de Siria!" el 19 de diciembre del año pasado.
Ese mismo día en Moscú, se halló muerto a balazos a Petr Polshikov, de 56 años e integrante del equipo de América Latina del ministerio de Relaciones Exteriores ruso. Lo único que se sabe hasta ahora es que se halló un arma cerca del baño, y se cree que el tema está todavía bajo investigación.
Cuando empiezan a aparecer rusos muertos de forma extraña alrededor el mundo, es imposible no pensar en el caso del ex espía de la KGB, Alexander Litvinenko, envenenado con polonio radioactivo en 2006 en Londres, supuestamente por miembros del Estado ruso. La principal diferencia entre aquel caso y esta serie de muerte es que Litvinenko era un feroz crítico de Putin en Occidente, lo que lo colocaba en una situación de extrema peligrosidad dado el destino sufrido por algunos de los opositores más acérrimos del Kremlin.
La más reciente víctima de esta desafortunada cadena es Vitaly Churkin, el embajador de Rusia ante las Naciones Unidas, quien falleció el 20 de febrero en Manhattan de un supuesto problema cardíaco. Churkin, de 64 años, había comenzado su día de forma normal cuando empezó a sentirse mal camino a su trabajo. Fue llevado de urgencia a un hospital, pero murió a pesar de los esfuerzos por salvarlo. Se le hizo una autopsia, en la cual se determinó que se necesitarían más estudios para determinar la causa de muerte.
La dificultad en determinar de qué murió Churkin lo vincula con el caso que empezó esta cadena, Sergei Krivov, y con otros dos diplomáticos que murieron en los últimos dos meses. El 9 de enero fue hallado muerto en el piso de su baño el cónsul de Rusia en Atenas, Andrei Malanin, de 55 años. La policía griega determinó que no había evidencia de que alguien hubiera irrumpido en su casa, y catalogó el hecho como muerte natural. El hecho se sigue investigando.
El 27 de enero, el embajador ruso en la India, Alexander Kadakin, de 67 años, falleció luego de una "breve enfermedad", según detallaron medio indios. No se conocen más detalles.