El Ejército iraquí pone el primer pie en el oeste de Mosul
Los soldados toman uno de los cinco puentes sobre el Tigris que unen las dos orillas de la ciudad
Ángeles Espinosa
Dubái, El País
El Ejército iraquí ha logrado controlar este lunes el primero de los cinco puentes sobre el río Tigris que unen el este y el oeste de Mosul, según ha informado un comunicado militar. Este avance táctico se suma al repentino silencio de la radio del Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés) en esa ciudad, indicadores ambos de que los yihadistas se encuentran asediados.
El puente ahora conquistado fue destruido por los bombardeos aéreos que la coalición realiza en apoyo de las tropas gubernamentales y por lo tanto resulta impracticable. Sin embargo, el cuerpo de ingenieros del Ejército ya está trabajando en la construcción de un puente flotante paralelo que permita el acceso de refuerzos y el reabastecimiento de las tropas de élite que encabezan la operación para recuperar la que fue segunda ciudad de Irak de manos del ISIS.
“Hemos accedido al oeste del puente y controlamos las dos orillas”, ha declarado el general Yehya Rasul, portavoz de las fuerzas iraquíes, citado por la agencia France Presse. El pasado jueves las tropas tomaron el aeropuerto, también destruido, al sur de Mosul.
Los soldados ya controlaban la orilla oriental de la ciudad, que el Gobierno dio por liberada el pasado 24 de enero, después de tres meses de combates. El reto, desde que el domingo 19 de febrero se reanudara la ofensiva, era establecer una avanzadilla en la orilla occidental, donde se replegaron los combatientes de ese grupo y se concentra el grueso de la población. De ahí que el avance se haga más complicado y que tanto la ONU como las ONG hayan expresado su preocupación por los civiles atrapados, hasta 750.000 según las estimaciones.
A ello se une la situación desesperada de los yihadistas, que se encuentran rodeados por tropas regulares al norte, al este y al sur y por milicianos de las Fuerzas de Movilización Popular, al oeste y noroeste. Sin una vía de escape, a los entre 2.000 y 3.000 combatientes que, según fuentes militares, constituyen el núcleo duro del ISIS en Mosul, solo les queda luchar a muerte o rendirse, según declaraba recientemente a EL PAÍS el coronel John Dorrian, portavoz de la coalición internacional. Señal de esa situación desesperada, el ISIS ha suspendido también este lunes la emisión de Al Bayan, la radio con la que adoctrinaba a los mosuleños y alentaba a sus milicianos, informa Efe.
“Los combates callejeros son intensos, pero nuestras fuerzas avanzan y el enemigo está destruido”, ha admitido el general Rasul, sin facilitar cifras de bajas.
Durante el último año, el ISIS, que llegó a controlar casi un tercio del territorio iraquí tras su avance relámpago en 2014, ha ido perdiendo territorio gracias a las operaciones iraquíes con el apoyo aéreo de la coalición internacional. Tras su expulsión de Mosul, el grupo solo controlará en Irak las comarcas de Hawija, al sureste de esa ciudad, y Tal Afar, al oeste, además de algunas aldeas. Sin embargo, el temor de los analistas es que se transforme en una banda armada, a medio camino entre terrorista y mafiosa, algo que ya se está viendo con sus crecientes operaciones suicidas en Bagdad y el este de Mosul.
A pesar del éxito, la lucha contra el ISIS se está cobrando un alto precio entre las fuerzas iraquíes. Aunque el Gobierno evita dar cifras, la ONU estima que solo el pasado noviembre, el primer mes de la ofensiva de Mosul, murieron casi 2.000 soldados en todo el país, el doble que el mes anterior. Otras fuentes aseguran que algunas unidades de la División Dorada, como se conoce a las unidades de élite entrenadas por EE UU y que lideran la batalla, han visto sus integrantes reducidos a la mitad por las bajas (muertos y heridos).
Ángeles Espinosa
Dubái, El País
El Ejército iraquí ha logrado controlar este lunes el primero de los cinco puentes sobre el río Tigris que unen el este y el oeste de Mosul, según ha informado un comunicado militar. Este avance táctico se suma al repentino silencio de la radio del Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés) en esa ciudad, indicadores ambos de que los yihadistas se encuentran asediados.
El puente ahora conquistado fue destruido por los bombardeos aéreos que la coalición realiza en apoyo de las tropas gubernamentales y por lo tanto resulta impracticable. Sin embargo, el cuerpo de ingenieros del Ejército ya está trabajando en la construcción de un puente flotante paralelo que permita el acceso de refuerzos y el reabastecimiento de las tropas de élite que encabezan la operación para recuperar la que fue segunda ciudad de Irak de manos del ISIS.
“Hemos accedido al oeste del puente y controlamos las dos orillas”, ha declarado el general Yehya Rasul, portavoz de las fuerzas iraquíes, citado por la agencia France Presse. El pasado jueves las tropas tomaron el aeropuerto, también destruido, al sur de Mosul.
Los soldados ya controlaban la orilla oriental de la ciudad, que el Gobierno dio por liberada el pasado 24 de enero, después de tres meses de combates. El reto, desde que el domingo 19 de febrero se reanudara la ofensiva, era establecer una avanzadilla en la orilla occidental, donde se replegaron los combatientes de ese grupo y se concentra el grueso de la población. De ahí que el avance se haga más complicado y que tanto la ONU como las ONG hayan expresado su preocupación por los civiles atrapados, hasta 750.000 según las estimaciones.
A ello se une la situación desesperada de los yihadistas, que se encuentran rodeados por tropas regulares al norte, al este y al sur y por milicianos de las Fuerzas de Movilización Popular, al oeste y noroeste. Sin una vía de escape, a los entre 2.000 y 3.000 combatientes que, según fuentes militares, constituyen el núcleo duro del ISIS en Mosul, solo les queda luchar a muerte o rendirse, según declaraba recientemente a EL PAÍS el coronel John Dorrian, portavoz de la coalición internacional. Señal de esa situación desesperada, el ISIS ha suspendido también este lunes la emisión de Al Bayan, la radio con la que adoctrinaba a los mosuleños y alentaba a sus milicianos, informa Efe.
“Los combates callejeros son intensos, pero nuestras fuerzas avanzan y el enemigo está destruido”, ha admitido el general Rasul, sin facilitar cifras de bajas.
Durante el último año, el ISIS, que llegó a controlar casi un tercio del territorio iraquí tras su avance relámpago en 2014, ha ido perdiendo territorio gracias a las operaciones iraquíes con el apoyo aéreo de la coalición internacional. Tras su expulsión de Mosul, el grupo solo controlará en Irak las comarcas de Hawija, al sureste de esa ciudad, y Tal Afar, al oeste, además de algunas aldeas. Sin embargo, el temor de los analistas es que se transforme en una banda armada, a medio camino entre terrorista y mafiosa, algo que ya se está viendo con sus crecientes operaciones suicidas en Bagdad y el este de Mosul.
A pesar del éxito, la lucha contra el ISIS se está cobrando un alto precio entre las fuerzas iraquíes. Aunque el Gobierno evita dar cifras, la ONU estima que solo el pasado noviembre, el primer mes de la ofensiva de Mosul, murieron casi 2.000 soldados en todo el país, el doble que el mes anterior. Otras fuentes aseguran que algunas unidades de la División Dorada, como se conoce a las unidades de élite entrenadas por EE UU y que lideran la batalla, han visto sus integrantes reducidos a la mitad por las bajas (muertos y heridos).