Megaoperativo en Turquía contra el Estado Islámico: la policía detuvo a más de 400 sospechosos
Las autoridades realizaron redadas en varias provincias, un mes después del atentado en la discoteca Reina que fue reivindicado por el grupo yihadista. La mayoría de los 423 involucrados en los allanamientos son extranjeros
Infobae
La policía turca detuvo este domingo en una gran operación en varias provincias a unas 400 personas por presuntos vínculos con el grupo terrorista Estado Islámico, poco más de un mes después de un atentado cometido por un yihadista contra un club nocturno de Estambul que causó 39 muertos.
Los detenidos son en su mayoría extranjeros, informó la agencia de noticias Anadolu, sin precisar si los sospechosos estaban vinculados con la preparación de algún atentado. La mayoría de las redades fueron realizadas en las provincias de Ankara, Estambul, Konya, Bursa, Adana y Sanliurfa.
En la provincia sureña de Sanliurfa, fronteriza con Siria, comandos antiterroristas lanzaron redadas simultáneas en numerosos domicilios y detuvieron a alrededor de 150 ciudadanos sirios sospechosos de pertenecer al ISIS. En la provincia de Ankara se detuvo a 60 sospechosos, a otros 75 en Konya, 46 en Bursa, 25 en Adana y 18 en Estambul.
A nueve personas arrestadas en la provincia de Esmirna, en la costa del Egeo, se les requisó un fusil, una pistola y material que sí apuntaría que estaban ultimando la planificación de un ataque.
El grupo terrorista se responsabilizó del ataque contra un local nocturno en Estambul durante Nochevieja, que causó la muerte a 39 personas.
La policía detuvo el pasado 16 de enero al presunto atacante, el uzbeko Abdulkadir Masharipov, después de más de dos semanas a la fuga y las autoridades dicen que confesó ser el autor del atentado.
La matanza en la discoteca Reina marcó de forma sangrienta el inicio de año en Turquía, un país sacudido en 2016 por una ola de atentados atribuidos al ISIS y a rebeldes kurdos. El estado de emergencia, instaurado tras el fallido golpe de Estado del 15 de julio, fue prolongado poco después por tres meses por el gobierno del presidente Recep Tayyip Erdogan.
El atentado fue perpetrado mientras el ejército turco intentaba tomar la ciudad de Al Bab, un bastión del Estado Islámico en el norte de Siria, donde Ankara había lanzado una ofensiva contra los yihadistas y las milicias kurdas.
Infobae
La policía turca detuvo este domingo en una gran operación en varias provincias a unas 400 personas por presuntos vínculos con el grupo terrorista Estado Islámico, poco más de un mes después de un atentado cometido por un yihadista contra un club nocturno de Estambul que causó 39 muertos.
Los detenidos son en su mayoría extranjeros, informó la agencia de noticias Anadolu, sin precisar si los sospechosos estaban vinculados con la preparación de algún atentado. La mayoría de las redades fueron realizadas en las provincias de Ankara, Estambul, Konya, Bursa, Adana y Sanliurfa.
En la provincia sureña de Sanliurfa, fronteriza con Siria, comandos antiterroristas lanzaron redadas simultáneas en numerosos domicilios y detuvieron a alrededor de 150 ciudadanos sirios sospechosos de pertenecer al ISIS. En la provincia de Ankara se detuvo a 60 sospechosos, a otros 75 en Konya, 46 en Bursa, 25 en Adana y 18 en Estambul.
A nueve personas arrestadas en la provincia de Esmirna, en la costa del Egeo, se les requisó un fusil, una pistola y material que sí apuntaría que estaban ultimando la planificación de un ataque.
El grupo terrorista se responsabilizó del ataque contra un local nocturno en Estambul durante Nochevieja, que causó la muerte a 39 personas.
La policía detuvo el pasado 16 de enero al presunto atacante, el uzbeko Abdulkadir Masharipov, después de más de dos semanas a la fuga y las autoridades dicen que confesó ser el autor del atentado.
La matanza en la discoteca Reina marcó de forma sangrienta el inicio de año en Turquía, un país sacudido en 2016 por una ola de atentados atribuidos al ISIS y a rebeldes kurdos. El estado de emergencia, instaurado tras el fallido golpe de Estado del 15 de julio, fue prolongado poco después por tres meses por el gobierno del presidente Recep Tayyip Erdogan.
El atentado fue perpetrado mientras el ejército turco intentaba tomar la ciudad de Al Bab, un bastión del Estado Islámico en el norte de Siria, donde Ankara había lanzado una ofensiva contra los yihadistas y las milicias kurdas.