Israel legaliza las colonias salvajes en Cisjordania
Netanyahu dice que ha informado a Trump de la ley que regulariza 53 asentamientos no autorizados
Juan Carlos Sanz
Jerusalén, El País
Benjamín Netanyahu regresó apresuradamente a Israel en la tarde de este lunes tras reunirse con la primera ministra británica, Theresa May, en Londres. El jefe del Gobierno viajó para para participar a última hora de la noche en la Knesset (Parlamento) en la votación de la primera norma de aplicación sobre territorio palestino en Cisjordania en casi 50 años de ocupación. La aprobación por 65 votos a favor y 52 en contra de la llamada ley de regularización de los outpost o “asentamientos ilegales” —53 colonias judías construidas sin autorización israelí sobre propiedad privada palestina– amenaza con desatar una ola de condenas internacionales contra Israel. Su entrada en vigor implica la expropiación de unas 800 hectáreas en terrenos particulares donde se han edificado cerca de 4.000 viviendas para colonos sin ningún aval oficial. Pese a la normativa israelí, la comunidad internacional considera ilegales todos los asentamientos en Cisjordania y Jerusalén Este, donde residen unos 600.000 judíos.
El fiscal general, Avhichai Mandelblit, ya ha alertado de que la norma es susceptible de ser declara inconstitucional y además expone a los dirigentes del Estado hebreo a ser encausados por la Corte Penal Internacional. La oposición advirtió anoche en el pleno del Legislativo de que impugnará la nueva ley ante el Tribunal Supremo, que vela también por la constitucionalidad de las normas y cuyos jueces la declararán nula casi con toda probabilidad.
Pese a todos los avisos para navegantes que ha recibido, Netanyahu dio en Londres un giro de última hora al anunciar, antes de abordar su vuelo de vuelta a Tel Aviv, que la votación se iba a desarrollar horas más tarde en la Knesset. Sin embargo, el domingo había dado a entender durante la reunión semanal del Gabinete que era partidario de que se aplazara hasta después de su visita oficial a Washington, prevista para el próximo día 15.
“Dije que iba a actuar de acuerdo con nuestros intereses nacionales, lo que implica no actuar por sorpresa ante nuestros amigos, y la Administración norteamericana ha sido informada [de la votación de la ley], aseguró el primer ministro israelí en la capital británica. Desde la llegada a la Casa Blanca del republicano Donald Trump, el pasado 20 de enero, Israel ha anunciado la construcción de más de 6.000 viviendas en territorio palestino ocupado. Washington no ha condenado esta ola de expansión colonial, ya que no considera que “los asentamientos no son un obstáculo para la paz”, aunque ha destacado también que “pueden no ayudar a conseguir ese objetivo”.
La nueva norma es vista como una “anexión de hecho” por las fuerzas del centroizquierda israelí. Prevé el pago de compensaciones económicas a los dueños palestinos de los terrenos o su permuta por otras fincas equivalentes. Para la ONG israelí Paz Ahora, que supervisa la expansión de los asentamientos, el texto legal dará vía libre a la ampliación de los outpost con nuevas viviendas de colonos. Para el portavoz palestino Xavier Abu Eid, la ley de las “colonias ilegales” es “consistente con el programa político del Gobierno israelí, que conduce a la colonización y no a la paz, y es un mensaje de luz verde a los colonos para continuar con el robo de tierras y de los recursos naturales palestinos”.
El pleno del Parlamento israelí sometió a segunda y tercera (y última) lectura el texto legal que legaliza los asentamientos salvajes construidos por colonos radicales en Cisjordania sin permiso oficial, aunque con el respaldo de autoridades locales para recibir servicios públicos. El enviado de Naciones Unidas para el proceso de paz en Oriente Próximo, Nikolay Maldenov, advirtió antes de la votación de las “consecuencias legales que puede tener para Israel” y para "la paz entre "árabes e israelíes" un ley que “autoriza el uso de tierras privadas palestinas para los asentamientos israelíes”.
La votación se ha producido tras la masiva operación policial de la semana pasada para desalojar a más de 200 colonos radicales del outpost de Amona, ordenada por el Tribunal Supremo tras reconocer hace dos años la propiedad palestina de los terrenos que ocupan. Las imágenes del desahucio conmocionaron al movimiento político ultranacionalista Hogar Judío, que forma parte de la coalición de seis partidos que sostiene a Netanyahu en la Knesset. Portavoces de esta formación habían advertido al primer ministro de que si no se sometía este lunes a votación la aprobación de la ley de regularización de los outpost sus diputados estaban dispuestos a forzar la caída del Gobierno al retirarle su apoyo parlamentario.
“Netanyahu sabe que esta ley es inmoral, inconstitucional y va a causar seguramente un grave daño internacional a Israel”, sostenía en su editorial de la edición del lunes el diario Haaretz. “Pero si Netanyahu ha demostrado alguna cosa en sus largos años al frente del timón del Estado es que si tiene que elegir entre el bien del país y su supervivencia política, el país irá siempre en segundo lugar”.
Juan Carlos Sanz
Jerusalén, El País
Benjamín Netanyahu regresó apresuradamente a Israel en la tarde de este lunes tras reunirse con la primera ministra británica, Theresa May, en Londres. El jefe del Gobierno viajó para para participar a última hora de la noche en la Knesset (Parlamento) en la votación de la primera norma de aplicación sobre territorio palestino en Cisjordania en casi 50 años de ocupación. La aprobación por 65 votos a favor y 52 en contra de la llamada ley de regularización de los outpost o “asentamientos ilegales” —53 colonias judías construidas sin autorización israelí sobre propiedad privada palestina– amenaza con desatar una ola de condenas internacionales contra Israel. Su entrada en vigor implica la expropiación de unas 800 hectáreas en terrenos particulares donde se han edificado cerca de 4.000 viviendas para colonos sin ningún aval oficial. Pese a la normativa israelí, la comunidad internacional considera ilegales todos los asentamientos en Cisjordania y Jerusalén Este, donde residen unos 600.000 judíos.
El fiscal general, Avhichai Mandelblit, ya ha alertado de que la norma es susceptible de ser declara inconstitucional y además expone a los dirigentes del Estado hebreo a ser encausados por la Corte Penal Internacional. La oposición advirtió anoche en el pleno del Legislativo de que impugnará la nueva ley ante el Tribunal Supremo, que vela también por la constitucionalidad de las normas y cuyos jueces la declararán nula casi con toda probabilidad.
Pese a todos los avisos para navegantes que ha recibido, Netanyahu dio en Londres un giro de última hora al anunciar, antes de abordar su vuelo de vuelta a Tel Aviv, que la votación se iba a desarrollar horas más tarde en la Knesset. Sin embargo, el domingo había dado a entender durante la reunión semanal del Gabinete que era partidario de que se aplazara hasta después de su visita oficial a Washington, prevista para el próximo día 15.
“Dije que iba a actuar de acuerdo con nuestros intereses nacionales, lo que implica no actuar por sorpresa ante nuestros amigos, y la Administración norteamericana ha sido informada [de la votación de la ley], aseguró el primer ministro israelí en la capital británica. Desde la llegada a la Casa Blanca del republicano Donald Trump, el pasado 20 de enero, Israel ha anunciado la construcción de más de 6.000 viviendas en territorio palestino ocupado. Washington no ha condenado esta ola de expansión colonial, ya que no considera que “los asentamientos no son un obstáculo para la paz”, aunque ha destacado también que “pueden no ayudar a conseguir ese objetivo”.
La nueva norma es vista como una “anexión de hecho” por las fuerzas del centroizquierda israelí. Prevé el pago de compensaciones económicas a los dueños palestinos de los terrenos o su permuta por otras fincas equivalentes. Para la ONG israelí Paz Ahora, que supervisa la expansión de los asentamientos, el texto legal dará vía libre a la ampliación de los outpost con nuevas viviendas de colonos. Para el portavoz palestino Xavier Abu Eid, la ley de las “colonias ilegales” es “consistente con el programa político del Gobierno israelí, que conduce a la colonización y no a la paz, y es un mensaje de luz verde a los colonos para continuar con el robo de tierras y de los recursos naturales palestinos”.
El pleno del Parlamento israelí sometió a segunda y tercera (y última) lectura el texto legal que legaliza los asentamientos salvajes construidos por colonos radicales en Cisjordania sin permiso oficial, aunque con el respaldo de autoridades locales para recibir servicios públicos. El enviado de Naciones Unidas para el proceso de paz en Oriente Próximo, Nikolay Maldenov, advirtió antes de la votación de las “consecuencias legales que puede tener para Israel” y para "la paz entre "árabes e israelíes" un ley que “autoriza el uso de tierras privadas palestinas para los asentamientos israelíes”.
La votación se ha producido tras la masiva operación policial de la semana pasada para desalojar a más de 200 colonos radicales del outpost de Amona, ordenada por el Tribunal Supremo tras reconocer hace dos años la propiedad palestina de los terrenos que ocupan. Las imágenes del desahucio conmocionaron al movimiento político ultranacionalista Hogar Judío, que forma parte de la coalición de seis partidos que sostiene a Netanyahu en la Knesset. Portavoces de esta formación habían advertido al primer ministro de que si no se sometía este lunes a votación la aprobación de la ley de regularización de los outpost sus diputados estaban dispuestos a forzar la caída del Gobierno al retirarle su apoyo parlamentario.
“Netanyahu sabe que esta ley es inmoral, inconstitucional y va a causar seguramente un grave daño internacional a Israel”, sostenía en su editorial de la edición del lunes el diario Haaretz. “Pero si Netanyahu ha demostrado alguna cosa en sus largos años al frente del timón del Estado es que si tiene que elegir entre el bien del país y su supervivencia política, el país irá siempre en segundo lugar”.