Escalaron el Illimani y hallaron restos del avión siniestrado hace 31 años
Los estadounidenses Dan Futrel y Isaac Stoner llegaron a Bolivia con el objetivo de conocer las causas del siniestro del vuelo 980 de Eastern Airlines en 1985 cuando faltaban escasos minutos para aterrizar en el aeropuerto de El Alto.
La Razón Digital / Rodolfo Aliaga / La Paz
Escalaron el nevado Illimani motivados por el deseo de encontrar la caja negra y conocer las causas que provocaron el siniestro aéreo de hace 31 años, que acabó con la vida de 29 personas. Dos ciudadanos estadounidenses se embarcaron en la aventura y lograron en parte su cometido, según un reportaje publicado en la página web de la BBC Mundo.
El 17 de mayo de 2016, Dan Futrell de 32 años y su compañero Isaac Stoner de 31 llegaron a La Paz para escalar el Illimani y buscar los restos del vuelo 980 de Eastern Airlines que se estrelló en 1985 cuando faltaban escasos minutos para aterrizar en el aeropuerto de El Alto. Sus 29 ocupantes perecieron.
Futrell, un exsoldado de EEUU, y Stoner, un biotecnólogo, contactaron al guía Robert Rauch y emprendieron su viaje hasta La Paz. Luego de varios días de aclimatación y un exigente entrenamiento, se lanzaron a la expedición junto al cocinero boliviano José Lazo y Peter Frick-Wright, periodista que narró la historia para la revista Outside.
La travesía hacia su destino estuvo llena de percances como avalanchas, senderos anegados y complicaciones climáticas. Tras dos días de caminata dieron con el lugar donde el Boeing 727 había caído. Relataron que lo primero con lo que se toparon fue un viejo chaleco salvavidas.
“Así que no sólo sabíamos que estábamos en el lugar correcto, sino que nos recordaron instantáneamente que aquí hubo una tragedia para 29 familias”, narró Futrell a Outside.
Una vez en el área, comenzaron a explorar por distintos parajes y desenterraron un fémur humano entre los escombros. “Nos tomamos un momento, intentamos decir algunas palabras, pero no conseguimos nada”, relató Stoner.
El hallazgo refutó la teoría de un afamado expiloto estadounidense, quien planteaba que al no encontrarse restos humanos en las primeras búsquedas deducía que una bomba había despresurizado la cabina y había expulsado a los pasajeros del avión. Al final, el grupo encontró seis partes de cuerpos humanos en distintos lugares.
Foto: Futrell y Stoner publicadas en BBC Mundo
Además localizaron varios restos de la aeronave como cubiertos, piezas metálicas y otros elementos de los pasajeros como ropa y pedazos de maletines. Tras tres días de búsqueda en la parte inferior del lugar, decidieron subir hasta la zona más alta, en el camino se encontraron con más problemas.
En el último día, Stoner encontró un segmento de metal que podría ser la grabadora de voz de la cabina, el descubrimiento los llenó de esperanza y con una sensación del deber cumplido regresaron. En La Paz empaquetaron todos los trozos de metal hallados, cintas de grabación y cables para llevarlos a Boston, EEUU.
Foto: Futrell y Stoner publicadas en BBC Mundo
“Sabíamos que en Estados Unidos había un laboratorio especializado en el gobierno que nos daría la mejor respuesta para saber la razón de por qué el avión cayó. Además era un avión de Estados Unidos y no había bolivianos a bordo”, afirmó Stoner.
El 7 de febrero de 2017, un comunicado oficial de la Junta Nacional de Seguridad del Transporte (NTSB) los trasladó a la realidad. Futrell y Stoner no habían encontrado el grabador de vuelo de la cabina, sino el bastidor que lo había fijado al avión.
El contenido de la grabación no era más que un pasaje de una serie de televisión.
Los dos jóvenes esperan que otras personas sigan sus pasos y logren dar con pruebas mucho más fehacientes sobre el accidente aéreo, pero a la vez quedaron conformes con su labor en tan difícil expedición.
"Hemos demostrado que el 'terreno inaccesible' es una razón inaceptable para no cerrar esta investigación", añade Futrell.
La Razón Digital / Rodolfo Aliaga / La Paz
Escalaron el nevado Illimani motivados por el deseo de encontrar la caja negra y conocer las causas que provocaron el siniestro aéreo de hace 31 años, que acabó con la vida de 29 personas. Dos ciudadanos estadounidenses se embarcaron en la aventura y lograron en parte su cometido, según un reportaje publicado en la página web de la BBC Mundo.
El 17 de mayo de 2016, Dan Futrell de 32 años y su compañero Isaac Stoner de 31 llegaron a La Paz para escalar el Illimani y buscar los restos del vuelo 980 de Eastern Airlines que se estrelló en 1985 cuando faltaban escasos minutos para aterrizar en el aeropuerto de El Alto. Sus 29 ocupantes perecieron.
Futrell, un exsoldado de EEUU, y Stoner, un biotecnólogo, contactaron al guía Robert Rauch y emprendieron su viaje hasta La Paz. Luego de varios días de aclimatación y un exigente entrenamiento, se lanzaron a la expedición junto al cocinero boliviano José Lazo y Peter Frick-Wright, periodista que narró la historia para la revista Outside.
La travesía hacia su destino estuvo llena de percances como avalanchas, senderos anegados y complicaciones climáticas. Tras dos días de caminata dieron con el lugar donde el Boeing 727 había caído. Relataron que lo primero con lo que se toparon fue un viejo chaleco salvavidas.
“Así que no sólo sabíamos que estábamos en el lugar correcto, sino que nos recordaron instantáneamente que aquí hubo una tragedia para 29 familias”, narró Futrell a Outside.
Una vez en el área, comenzaron a explorar por distintos parajes y desenterraron un fémur humano entre los escombros. “Nos tomamos un momento, intentamos decir algunas palabras, pero no conseguimos nada”, relató Stoner.
El hallazgo refutó la teoría de un afamado expiloto estadounidense, quien planteaba que al no encontrarse restos humanos en las primeras búsquedas deducía que una bomba había despresurizado la cabina y había expulsado a los pasajeros del avión. Al final, el grupo encontró seis partes de cuerpos humanos en distintos lugares.
Foto: Futrell y Stoner publicadas en BBC Mundo
Además localizaron varios restos de la aeronave como cubiertos, piezas metálicas y otros elementos de los pasajeros como ropa y pedazos de maletines. Tras tres días de búsqueda en la parte inferior del lugar, decidieron subir hasta la zona más alta, en el camino se encontraron con más problemas.
En el último día, Stoner encontró un segmento de metal que podría ser la grabadora de voz de la cabina, el descubrimiento los llenó de esperanza y con una sensación del deber cumplido regresaron. En La Paz empaquetaron todos los trozos de metal hallados, cintas de grabación y cables para llevarlos a Boston, EEUU.
Foto: Futrell y Stoner publicadas en BBC Mundo
“Sabíamos que en Estados Unidos había un laboratorio especializado en el gobierno que nos daría la mejor respuesta para saber la razón de por qué el avión cayó. Además era un avión de Estados Unidos y no había bolivianos a bordo”, afirmó Stoner.
El 7 de febrero de 2017, un comunicado oficial de la Junta Nacional de Seguridad del Transporte (NTSB) los trasladó a la realidad. Futrell y Stoner no habían encontrado el grabador de vuelo de la cabina, sino el bastidor que lo había fijado al avión.
El contenido de la grabación no era más que un pasaje de una serie de televisión.
Los dos jóvenes esperan que otras personas sigan sus pasos y logren dar con pruebas mucho más fehacientes sobre el accidente aéreo, pero a la vez quedaron conformes con su labor en tan difícil expedición.
"Hemos demostrado que el 'terreno inaccesible' es una razón inaceptable para no cerrar esta investigación", añade Futrell.