Brian Cullinan, el auditor culpable del ‘Oscargate’
El directivo de PwC entregó el sobre equivocado a Warren Beatty
Rocío Ayuso
Los Ángeles, El País
En pocas horas, ya se han sabido todos los detalles del Oscargate. Y el culpable del desaguisado fue Brian Cullinan, jefe del equipo de colaboración con la Academia y del área de California del Sur de la consultora PricewaterhouseCoopers (PwC), encargada de tabular los votos y entregar los sobres con los nombres de los ganadores durante la ceremonia. Él dio el sobre equivocado a Warren Beatty. Su compañera de cometido, Martha Ruiz, había entregado a Leonardo DiCaprio minutos antes la tarjeta de mejor actriz, que Emma Stone no soltó desde que recibió el Oscar. Cada uno de los dos auditores de PwC tenía un juego de sobres, ya que se sitúan en los extremos opuestos del escenario: no saben qué presentadores salen por qué lado. Aunque puede que no tenga relación directa con el fallo, Cullinan fue colgando en las redes sociales mensajes y fotos durante la ceremonia, aprovechando el lugar privilegiado que ocupó toda la velada. En su último tuit adjuntó una foto de Stone con la estatuilla. Al acabar la gala, el contable eliminó de Twitter cualquier rastro de sus mensajes en los Oscar, pero Los Ángeles Times logró recuperarlos.
PwC asumió horas después de la gala la responsabilidad del cambio de sobre, que calificaron de “error humano” y anunció que abrirá una investigación. También ofreció “sus sinceras disculpas” al equipo de Moonlight y de La La Land, además de a los espectadores, a Faye Dunaway y a Warren Beatty. Aunque este martes hubo muchos rumores sobre la posibilidad de que PwC despidiera a Cullinan, la empresa declinó hacer comentarios, y tampoco ha especificado cuándo dará a conocer los resultados de su investigación.
Tampoco parece fácil que el Oscargate acabe con la relación entre PwC y la Academia, que comenzó hace 83 años. Según varios expertos, el reparto de sobres es el menor de los trabajos de la consultora. Es mucho más compleja la labor de recuento y tabulación de votos, además de otros servicios. Y poca gente conoce un contrato entre ambas empresas que a priori puede que sea complejo y exhaustivo.
La web The Wrap cuenta lo que pasó entre bambalinas minutos antes del Oscargate. “Guiar a Beatty y a Dunaway es como pastorear gatos”, declaró una fuente anónima. La información asegura que Beatty decidió ir al baño minutos antes de su actuación y escogió unos servicios que estaban algo lejos.
La Academia de Hollywood lanzó, casi 24 horas después de la mayor pifia de la historia de los Oscar, un comunicado en Twitter el que pide disculpas a todos los afectados y anuncia una investigación. “Lamentamos profundamente los errores cometidos durante la presentación de la categoría de Mejor Película en la ceremonia de los Oscar. Pedimos disculpas a todo el elenco y equipo de La La Land y Moonlight, cuya experiencia quedó profundamente alterada por este error”, dice. “Agradecemos la buena disposición que exhibieron bajo estas circunstancias. Pedimos perdón a todos los involucrados —incluidos nuestros presentadores Warren Beatty y Faye Dunaway, los cineastas y nuestros fans que ven en todo el mundo—”. Desde dentro de la Academia aseguran que durante varias horas la institución llamó y esperó que PwC diera la cara y asumiera el error antes de lanzar ellos mismos su comunicado. “Determinaremos las acciones apropiadas en el futuro”.
Caída de audiencia
Sin embargo, según han confirmado fuentes de Lionsgate, el estudio detrás de La La Land, ni los principales ejecutivos de esta empresa, ni los productores del filme (Jordan Horowitz, Marc Platt y Fred Berger), han recibido llamada alguna de disculpa desde la Academia. Un portavoz de la productora solo ha indicado lo orgullosos que se sienten de los seis oscars de La La Land. “Y de la educación y corrección demostrada durante la velada”, añadió la nota.
Jimmy Kimmel, maestro de ceremonias, también se echó parte de la culpa, asegurando desde el escenario con humor que ya sabía que no le volverían a llamar para presentar la gala. Es probable que su broma sea realidad, dado que la 89ª edición de los Oscar volvió a perder audiencia. Según los índices de consumo televisivo, su caída fue de un 13%, con 32,9 millones de espectadores en Estados Unidos, la cifra más baja desde 2008, cuando Jon Stewart la presentó.
De todo esto debatirá el Consejo de la Academia que analiza la gala, que antes del Oscargate tenía previsto reunirse el 28 de marzo. Puede que ahora se reúnan en los próximos días.
Rocío Ayuso
Los Ángeles, El País
En pocas horas, ya se han sabido todos los detalles del Oscargate. Y el culpable del desaguisado fue Brian Cullinan, jefe del equipo de colaboración con la Academia y del área de California del Sur de la consultora PricewaterhouseCoopers (PwC), encargada de tabular los votos y entregar los sobres con los nombres de los ganadores durante la ceremonia. Él dio el sobre equivocado a Warren Beatty. Su compañera de cometido, Martha Ruiz, había entregado a Leonardo DiCaprio minutos antes la tarjeta de mejor actriz, que Emma Stone no soltó desde que recibió el Oscar. Cada uno de los dos auditores de PwC tenía un juego de sobres, ya que se sitúan en los extremos opuestos del escenario: no saben qué presentadores salen por qué lado. Aunque puede que no tenga relación directa con el fallo, Cullinan fue colgando en las redes sociales mensajes y fotos durante la ceremonia, aprovechando el lugar privilegiado que ocupó toda la velada. En su último tuit adjuntó una foto de Stone con la estatuilla. Al acabar la gala, el contable eliminó de Twitter cualquier rastro de sus mensajes en los Oscar, pero Los Ángeles Times logró recuperarlos.
PwC asumió horas después de la gala la responsabilidad del cambio de sobre, que calificaron de “error humano” y anunció que abrirá una investigación. También ofreció “sus sinceras disculpas” al equipo de Moonlight y de La La Land, además de a los espectadores, a Faye Dunaway y a Warren Beatty. Aunque este martes hubo muchos rumores sobre la posibilidad de que PwC despidiera a Cullinan, la empresa declinó hacer comentarios, y tampoco ha especificado cuándo dará a conocer los resultados de su investigación.
Tampoco parece fácil que el Oscargate acabe con la relación entre PwC y la Academia, que comenzó hace 83 años. Según varios expertos, el reparto de sobres es el menor de los trabajos de la consultora. Es mucho más compleja la labor de recuento y tabulación de votos, además de otros servicios. Y poca gente conoce un contrato entre ambas empresas que a priori puede que sea complejo y exhaustivo.
La web The Wrap cuenta lo que pasó entre bambalinas minutos antes del Oscargate. “Guiar a Beatty y a Dunaway es como pastorear gatos”, declaró una fuente anónima. La información asegura que Beatty decidió ir al baño minutos antes de su actuación y escogió unos servicios que estaban algo lejos.
La Academia de Hollywood lanzó, casi 24 horas después de la mayor pifia de la historia de los Oscar, un comunicado en Twitter el que pide disculpas a todos los afectados y anuncia una investigación. “Lamentamos profundamente los errores cometidos durante la presentación de la categoría de Mejor Película en la ceremonia de los Oscar. Pedimos disculpas a todo el elenco y equipo de La La Land y Moonlight, cuya experiencia quedó profundamente alterada por este error”, dice. “Agradecemos la buena disposición que exhibieron bajo estas circunstancias. Pedimos perdón a todos los involucrados —incluidos nuestros presentadores Warren Beatty y Faye Dunaway, los cineastas y nuestros fans que ven en todo el mundo—”. Desde dentro de la Academia aseguran que durante varias horas la institución llamó y esperó que PwC diera la cara y asumiera el error antes de lanzar ellos mismos su comunicado. “Determinaremos las acciones apropiadas en el futuro”.
Caída de audiencia
Sin embargo, según han confirmado fuentes de Lionsgate, el estudio detrás de La La Land, ni los principales ejecutivos de esta empresa, ni los productores del filme (Jordan Horowitz, Marc Platt y Fred Berger), han recibido llamada alguna de disculpa desde la Academia. Un portavoz de la productora solo ha indicado lo orgullosos que se sienten de los seis oscars de La La Land. “Y de la educación y corrección demostrada durante la velada”, añadió la nota.
Jimmy Kimmel, maestro de ceremonias, también se echó parte de la culpa, asegurando desde el escenario con humor que ya sabía que no le volverían a llamar para presentar la gala. Es probable que su broma sea realidad, dado que la 89ª edición de los Oscar volvió a perder audiencia. Según los índices de consumo televisivo, su caída fue de un 13%, con 32,9 millones de espectadores en Estados Unidos, la cifra más baja desde 2008, cuando Jon Stewart la presentó.
De todo esto debatirá el Consejo de la Academia que analiza la gala, que antes del Oscargate tenía previsto reunirse el 28 de marzo. Puede que ahora se reúnan en los próximos días.