Trump y Peña Nieto conversan para aplacar la tensión bilateral
Según México, los presidentes acuerdan no discutir públicamente el muro fronterizo y su pago
Silvia Ayuso
Washington, El País
Donald Trump y Enrique Peña Nieto han retomado el diálogo, en un intento de aplacar la tensión bilateral tras una semana en que EE UU y México parecieron estar por momentos al borde de la ruptura. Está por ver si la hora de conversación telefónica que ambos mantuvieron este viernes, 24 horas después de que Peña Nieto cancelara su visita a Washington del próximo martes, permite recomponer una relación maltratada por el presidente republicano. México dijo haber arrancado un compromiso mínimo —que la Casa Blanca no confirmó—: no volver a discutir en público sobre quién pagará el muro fronterizo.
“Con respecto al pago del muro fronterizo, ambos presidentes reconocieron sus claras y muy públicas diferencias de posición en este tema tan sensible, y acordaron resolver estas diferencias como parte de una discusión integral de todos los aspectos de la relación bilateral”, coinciden los comunicados oficiales emitidos desde Washington y Ciudad de México. Pero el de la Casa Blanca no incluye un agregado clave que sí destaca el mexicano: “Los presidentes también convinieron por ahora no hablar públicamente de este controvertido tema”. No se ha revelado quién inició la conversación telefónica “acordada por los equipos de trabajo” de las dos partes.
Aun así, los comunicados dan a entender, al menos hasta que un nuevo mensaje de Trump en las redes sociales vuelva a poner patas arriba la relación bilateral, que la senda de la reconciliación parece trazada. En su primera comparecencia pública desde la llamada con Peña Nieto, en una rueda de prensa desde la Casa Blanca con la primera ministra británica, Theresa May, Trump pareció cumplir el pacto con el presidente mexicano, ya que no hizo mención alguna a su controvertida demanda de que México pague el no menos polémico muro. También reiteró lo mucho que “respeta” a México y “ama” a los mexicanos, así como su total disposición a trabajar en favor de una “relación justa”. Dicho lo cual, dejó claro que la nueva Administración estadounidense mantiene su intención de revisar de arriba abajo esa relación, empezando por el Tratado de Libre Comercio con México y Canadá y la seguridad fronteriza, dos cuestiones que han ocupado buena parte de sus primeros días de Gobierno.
Las negociaciones comerciales de México con los últimos líderes estadounidenses “nos han hecho parecer estúpidos”, sostuvo Trump, que volvió a agitar la cifra de 60.000 millones de dólares (56.088 millones de euros) de déficit comercial con el país vecino para reclamar de nuevo una “renegociación” inmediata. “No voy a permitir eso”, subrayó, a la par que prometió seguir poniendo sobre la mesa “otros aspectos de nuestra relación” con México.
Pero aunque criticó la “debilidad” de la frontera, de la palabra “muro”, o de su reclamo de que el país vecino “reembolse” su costo, no hubo ni rastro. Algo notable teniendo en cuenta que Trump firmó esta misma semana un decreto presidencial ordenando la construcción del muro y que, solo 24 horas antes, la Casa Blanca había propuesto imponer una tasa del 20% a todos los productos mexicanos importados para sufragar la controvertida construcción fronteriza que México ha rechazado en todo momento costear. Tras las críticas a una medida que, según expertos y no tan expertos, solo dañaría al consumidor estadounidense, la Administración de Trump matizó que solo se trata de “una opción más” a estudiar.
Cuestiones sin resolver
De lo que no se ha retractado en ningún momento es de su demanda de que México “reembolse” de alguna manera a EE UU el coste del muro, insistencia que llevó en último término a Peña Nieto a cancelar la visita que tenía programada para el próximo martes a Washington, lo que le habría convertido en el segundo mandatario en ser recibido en la nueva Casa Blanca, tras May.
En esa visita habían estado trabajando los dos altos emisarios de Peña Nieto a Washington esta semana, los secretarios de Relaciones Exteriores, Luis Videgaray, y de Economía, Ildefonso Guajardo. Ambos se encontraban en algún despacho de la Casa Blanca cuando Trump ordenó construir el muro y cuando, el jueves, prácticamente desinvitó a Peña Nieto al decir que no tenía sentido que viajara a Washington si insistía en no pagar la valla fronteriza. Pese al restablecimiento del diálogo, ninguna parte habla por ahora de un nuevo intento de celebrar un cara a cara presidencial.
Silvia Ayuso
Washington, El País
Donald Trump y Enrique Peña Nieto han retomado el diálogo, en un intento de aplacar la tensión bilateral tras una semana en que EE UU y México parecieron estar por momentos al borde de la ruptura. Está por ver si la hora de conversación telefónica que ambos mantuvieron este viernes, 24 horas después de que Peña Nieto cancelara su visita a Washington del próximo martes, permite recomponer una relación maltratada por el presidente republicano. México dijo haber arrancado un compromiso mínimo —que la Casa Blanca no confirmó—: no volver a discutir en público sobre quién pagará el muro fronterizo.
“Con respecto al pago del muro fronterizo, ambos presidentes reconocieron sus claras y muy públicas diferencias de posición en este tema tan sensible, y acordaron resolver estas diferencias como parte de una discusión integral de todos los aspectos de la relación bilateral”, coinciden los comunicados oficiales emitidos desde Washington y Ciudad de México. Pero el de la Casa Blanca no incluye un agregado clave que sí destaca el mexicano: “Los presidentes también convinieron por ahora no hablar públicamente de este controvertido tema”. No se ha revelado quién inició la conversación telefónica “acordada por los equipos de trabajo” de las dos partes.
Aun así, los comunicados dan a entender, al menos hasta que un nuevo mensaje de Trump en las redes sociales vuelva a poner patas arriba la relación bilateral, que la senda de la reconciliación parece trazada. En su primera comparecencia pública desde la llamada con Peña Nieto, en una rueda de prensa desde la Casa Blanca con la primera ministra británica, Theresa May, Trump pareció cumplir el pacto con el presidente mexicano, ya que no hizo mención alguna a su controvertida demanda de que México pague el no menos polémico muro. También reiteró lo mucho que “respeta” a México y “ama” a los mexicanos, así como su total disposición a trabajar en favor de una “relación justa”. Dicho lo cual, dejó claro que la nueva Administración estadounidense mantiene su intención de revisar de arriba abajo esa relación, empezando por el Tratado de Libre Comercio con México y Canadá y la seguridad fronteriza, dos cuestiones que han ocupado buena parte de sus primeros días de Gobierno.
Las negociaciones comerciales de México con los últimos líderes estadounidenses “nos han hecho parecer estúpidos”, sostuvo Trump, que volvió a agitar la cifra de 60.000 millones de dólares (56.088 millones de euros) de déficit comercial con el país vecino para reclamar de nuevo una “renegociación” inmediata. “No voy a permitir eso”, subrayó, a la par que prometió seguir poniendo sobre la mesa “otros aspectos de nuestra relación” con México.
Pero aunque criticó la “debilidad” de la frontera, de la palabra “muro”, o de su reclamo de que el país vecino “reembolse” su costo, no hubo ni rastro. Algo notable teniendo en cuenta que Trump firmó esta misma semana un decreto presidencial ordenando la construcción del muro y que, solo 24 horas antes, la Casa Blanca había propuesto imponer una tasa del 20% a todos los productos mexicanos importados para sufragar la controvertida construcción fronteriza que México ha rechazado en todo momento costear. Tras las críticas a una medida que, según expertos y no tan expertos, solo dañaría al consumidor estadounidense, la Administración de Trump matizó que solo se trata de “una opción más” a estudiar.
Cuestiones sin resolver
De lo que no se ha retractado en ningún momento es de su demanda de que México “reembolse” de alguna manera a EE UU el coste del muro, insistencia que llevó en último término a Peña Nieto a cancelar la visita que tenía programada para el próximo martes a Washington, lo que le habría convertido en el segundo mandatario en ser recibido en la nueva Casa Blanca, tras May.
En esa visita habían estado trabajando los dos altos emisarios de Peña Nieto a Washington esta semana, los secretarios de Relaciones Exteriores, Luis Videgaray, y de Economía, Ildefonso Guajardo. Ambos se encontraban en algún despacho de la Casa Blanca cuando Trump ordenó construir el muro y cuando, el jueves, prácticamente desinvitó a Peña Nieto al decir que no tenía sentido que viajara a Washington si insistía en no pagar la valla fronteriza. Pese al restablecimiento del diálogo, ninguna parte habla por ahora de un nuevo intento de celebrar un cara a cara presidencial.