Italia destapa una red internacional de tráfico de migrantes
Los refugiados viajaban hacinados en furgonetas desde el sur de Italia hasta el norte de Europa
María Salas Oraá
Roma, El País
La policía italiana destapó este lunes una red internacional de tráfico de migrantes que se lucraba haciendo pasar de forma clandestina, y a cambio de grandes cantidades de dinero, a cientos de personas desde los puertos del sur de Italia hasta países del norte de Europa.
La red operaba a nivel internacional pero la operación policial se ha llevado a cabo en la región de Lombardía, al norte del país, según informó la policía en un comunicado. Han sido detenidas 18 personas y se han emitido órdenes internacionales de detención para otras 16, localizadas en Francia y Alemania. Los detenidos son de distintas nacionalidades, aunque mayoritariamente procedentes de Egipto, Marruecos, Afganistán, Sudán, Albania, Rumanía e Italia.
Estaban en contacto con las mafias de traficantes de personas que llevan a los migrantes desde los distintos países africanos de origen hasta Libia, el país donde embarcan rumbo a las costas italianas. Tras cruzar el Mediterráneo, una vez en Italia, la red criminal utilizaba camiones, furgonetas y coches para recorrer el país de sur a norte a través de una “amplia y ramificada conspiración para transportar migrantes” que pasaba por 11 regiones italianas.
Los migrantes, procedentes de Siria, Egipto, Eritrea y Sudán, pagaban grandes cantidades de dinero —sumas de miles de euros— para llegar a Milán y, desde ahí, alcanzar Ventimiglia, en la frontera de Italia con Francia. El siguiente paso era llegar a Niza y, posteriormente, a otros países del norte de Europa. Todo esto lo hacían, según la policía, con una jerarquía muy bien definida y con una división clara de las funciones de cada uno de los miembros.
La alternativa de los corredores humanitarios
La desarticulación de esta red ilegal y la imagen de los migrantes agolpados dentro de la furgoneta contrasta con la llegada, también este lunes, de 40 refugiados sirios —muchos de ellos, niños— al aeropuerto romano de Fiumicino gracias a los corredores humanitarios de la asociación católica Comunidad de San Egidio. Con ellos, procedentes de Homs, Alepo y Damasco, son ya 540 los refugiados que han llegado a Italia por esta vía. La Comunidad de San Egidio defiende que los corredores humanitarios son una alternativa para evitar que los migrantes mueran cruzando el Mediterráneo o caigan en redes de tráfico de seres humanos. Por este motivo, sostiene la necesidad de crear nuevos corredores humanitarios en otros países, como en España.
Además de facilitar los trámites administrativos en colaboración con las autoridades italianas y organizar el trayecto, la comunidad católica se encarga de financiar durante varios años la integración de los refugiados, a quienes ofrece alojamiento, educación, servicios sanitarios y empleo. Hacen una selección de personas particularmente vulnerables (familias con niños, ancianos, enfermos) y facilitan su llegada segura y legal a Italia. “Es un modelo que funciona, porque combina humanidad y seguridad”, defiende la comunidad.
En un vídeo difundido por la policía se aprecian las pésimas condiciones en las que eran transportados los migrantes. Se puede ver cómo salen de una furgoneta alrededor de una veintena de personas que viajaban hacinadas, de pie, sin ventilación ni luz. Se trataba de trayectos muy largos, que se prolongaban durante varios días, y en los que la vida de las personas corría peligro.
“Los migrantes eran cargados en furgones, camiones y coches, en todo tipo de vehículos, y en unas condiciones pésimas, tanto de higiene como de seguridad. El objetivo de los criminales era el de maximizar los beneficios y llenaban los vehículos hasta el límite de su capacidad”, explicó a este periódico el responsable de brigada móvil de la jefatura de policía de Cremona, Nicola Lelario. “No tenemos un número exacto de las personas que pueden haber pasado por esta red, pero sabemos que han sido cientos de migrantes extracomunitarios los que han pasado por ella. Han sido muchísimos viajes ilegales. Hemos interceptado un total de 62 viajes, pero somos conscientes de que han sido muchos más”, añadió. Aunque, al igual que el ministro del Interior, Lelario reconoce el éxito de la operación, lamenta que “es solo una pequeña parte del tráfico ilegal de personas que hay en Italia. Es solo una gota dentro del mar”.
El ministro, Marco Minitti, que desde su nombramiento como ministro el pasado mes de diciembre se ha propuesto endurecer la lucha contra la inmigración ilegal, afirmó que la operación “golpea duramente el tráfico de seres humanos y a los criminales sin escrúpulos que explotan, por unos sucios beneficios, a personas con grandes dificultades y con vidas en peligro”.
María Salas Oraá
Roma, El País
La policía italiana destapó este lunes una red internacional de tráfico de migrantes que se lucraba haciendo pasar de forma clandestina, y a cambio de grandes cantidades de dinero, a cientos de personas desde los puertos del sur de Italia hasta países del norte de Europa.
La red operaba a nivel internacional pero la operación policial se ha llevado a cabo en la región de Lombardía, al norte del país, según informó la policía en un comunicado. Han sido detenidas 18 personas y se han emitido órdenes internacionales de detención para otras 16, localizadas en Francia y Alemania. Los detenidos son de distintas nacionalidades, aunque mayoritariamente procedentes de Egipto, Marruecos, Afganistán, Sudán, Albania, Rumanía e Italia.
Estaban en contacto con las mafias de traficantes de personas que llevan a los migrantes desde los distintos países africanos de origen hasta Libia, el país donde embarcan rumbo a las costas italianas. Tras cruzar el Mediterráneo, una vez en Italia, la red criminal utilizaba camiones, furgonetas y coches para recorrer el país de sur a norte a través de una “amplia y ramificada conspiración para transportar migrantes” que pasaba por 11 regiones italianas.
Los migrantes, procedentes de Siria, Egipto, Eritrea y Sudán, pagaban grandes cantidades de dinero —sumas de miles de euros— para llegar a Milán y, desde ahí, alcanzar Ventimiglia, en la frontera de Italia con Francia. El siguiente paso era llegar a Niza y, posteriormente, a otros países del norte de Europa. Todo esto lo hacían, según la policía, con una jerarquía muy bien definida y con una división clara de las funciones de cada uno de los miembros.
La alternativa de los corredores humanitarios
La desarticulación de esta red ilegal y la imagen de los migrantes agolpados dentro de la furgoneta contrasta con la llegada, también este lunes, de 40 refugiados sirios —muchos de ellos, niños— al aeropuerto romano de Fiumicino gracias a los corredores humanitarios de la asociación católica Comunidad de San Egidio. Con ellos, procedentes de Homs, Alepo y Damasco, son ya 540 los refugiados que han llegado a Italia por esta vía. La Comunidad de San Egidio defiende que los corredores humanitarios son una alternativa para evitar que los migrantes mueran cruzando el Mediterráneo o caigan en redes de tráfico de seres humanos. Por este motivo, sostiene la necesidad de crear nuevos corredores humanitarios en otros países, como en España.
Además de facilitar los trámites administrativos en colaboración con las autoridades italianas y organizar el trayecto, la comunidad católica se encarga de financiar durante varios años la integración de los refugiados, a quienes ofrece alojamiento, educación, servicios sanitarios y empleo. Hacen una selección de personas particularmente vulnerables (familias con niños, ancianos, enfermos) y facilitan su llegada segura y legal a Italia. “Es un modelo que funciona, porque combina humanidad y seguridad”, defiende la comunidad.
En un vídeo difundido por la policía se aprecian las pésimas condiciones en las que eran transportados los migrantes. Se puede ver cómo salen de una furgoneta alrededor de una veintena de personas que viajaban hacinadas, de pie, sin ventilación ni luz. Se trataba de trayectos muy largos, que se prolongaban durante varios días, y en los que la vida de las personas corría peligro.
“Los migrantes eran cargados en furgones, camiones y coches, en todo tipo de vehículos, y en unas condiciones pésimas, tanto de higiene como de seguridad. El objetivo de los criminales era el de maximizar los beneficios y llenaban los vehículos hasta el límite de su capacidad”, explicó a este periódico el responsable de brigada móvil de la jefatura de policía de Cremona, Nicola Lelario. “No tenemos un número exacto de las personas que pueden haber pasado por esta red, pero sabemos que han sido cientos de migrantes extracomunitarios los que han pasado por ella. Han sido muchísimos viajes ilegales. Hemos interceptado un total de 62 viajes, pero somos conscientes de que han sido muchos más”, añadió. Aunque, al igual que el ministro del Interior, Lelario reconoce el éxito de la operación, lamenta que “es solo una pequeña parte del tráfico ilegal de personas que hay en Italia. Es solo una gota dentro del mar”.
El ministro, Marco Minitti, que desde su nombramiento como ministro el pasado mes de diciembre se ha propuesto endurecer la lucha contra la inmigración ilegal, afirmó que la operación “golpea duramente el tráfico de seres humanos y a los criminales sin escrúpulos que explotan, por unos sucios beneficios, a personas con grandes dificultades y con vidas en peligro”.