Quemar zapatillas de New Balance, nuevo símbolo de protesta ‘antitrump’
Un breve comentario de la empresa ha sido interpretado como un espaldarazo al nuevo presidente que ha enfadado a muchos clientes
Sandro Pozzi
Nueva York, El País
New Balance se enfrenta a un serio problema de imagen. Quemar sus zapatillas empieza a convertirse en un pequeño signo de protesta antitrump en Estados Unidos. Y todo, por un comentario de cuatro palabras que han encendido literalmente la mecha.
Estados Unidos vive un momento extraño. Los principales ejecutivos de las grandes corporaciones no están teniendo más remedio que expresar públicamente su compromiso a trabajar con la futura Administración que presidirá Donald Trump. Más que a la persona, es una muestra de respecto obligado al cargo. Unos, como el patrón de la cadena comercial JC Penny, dicen que debe apoyar y trabajar con su equipo para adaptarse a su política.
"Apoyo a cualquier presidente de Estados Unidos", añade resigando el inversor Warren Buffett, "es muy importante que tenga el respaldo de todos los estadounidenses". Y aunque apunta que eso no significa que no se le pueda criticar, cree que el magnate "se merece respeto". En términos generales, añade el consejero delegado de Liberty Media, tener un presidente y un Congreso republicano es bueno para los negocios.
Hay compañías que celebran con algo más de entusiasmos el ascenso de Donald Trump. Es un paso, según la firma de indumentaria deportiva New Balance, "en la buena dirección". Este comentario, sin embargo, acaba de colocar a la sociedad en un peligroso fuego cruzado, hasta el punto de convertir sus zapatillas en un el símbolo de las protestas que por las grandes ciudades están expresando su rechazo y rabia por la elección del empresario.
"No voy a comprarlas nunca más", se puede leer en los comentarios colgados en las redes sociales. Otros suben vídeos tirándolas a la basura o incluso quemándolas, esperando que otras personas descontentas con la elección de Trump se sumen al boicot contra una de las marcas más representativas del made in USA. La compañía responde a esta revuelta diciendo que se está demonizando su logo de manera injusta.
El origen de esta escalada, que refleja hasta que punto llega la tensión tras la inesperada victoria de Donald Trump, está en un tuit de una periodista del Wall Street Journal, en el que cita a un portavoz de New Balance lamentando que la Administración de Barack Obama haya hecho oídos sordos a sus intereses. La firma deportiva es contraria al controvertido acuerdo comercial del transpacífico. "Solo queremos producir más zapatillas en EE UU", insiste.
La propia candidata demócrata Hillary Clinton también puso en duda el pacto comercial, por el impacto que tendría en el empleo. New Balance emitió un comunicado recordando que es la única gran compañía del negocio que sigue produciendo zapatillas de deporte en EE UU y que tiene una perspectiva "única" sobre este tipo de cuestiones. "Nada más que eso", afirma.
Zapatilla 'made in USA'
La marca produce más de cuatro millones de zapatillas al año en las cinco plantas que opera en Massachusetts y Maine. "Públicamente hemos apoyado la posición de Hillary Clinton, Bernie Sanders y Donald Trump en materia de comercio antes del día de las elecciones", insiste, al tiempo que asegura que esta protesta no impedirá que sigan apoyando la creación del empleo en el país.
Como admite el consejero delegado de Starbucks, Howard Shultz, los beneficios del comercio están ahí. Pero el resultado electoral, añade, también refleja que hubo un gran número de ciudadanos a los que no se escuchó, durante mucho tiempo. Jeffrey Immelt, máximo ejecutivo de General Electric, mandó una circular a sus empleados expresando su compromiso con la diversidad racial, cultural y de género en el seno del conglomerado.
Estás reacciones reflejan la angustia y la ansiedad que domina tras las elecciones, más allá de las protestas espontáneas en las calles de las grandes ciudades y las redes sociales. También hay quien celebra la victoria. Apple, United Continental o PricewaterhouseCoopers están animando a sus empleados a expresar sus sentimientos y aseguran que reforzarán las políticas internas para que haya más mujeres y minorías en puesto de dirección.
Sandro Pozzi
Nueva York, El País
New Balance se enfrenta a un serio problema de imagen. Quemar sus zapatillas empieza a convertirse en un pequeño signo de protesta antitrump en Estados Unidos. Y todo, por un comentario de cuatro palabras que han encendido literalmente la mecha.
Estados Unidos vive un momento extraño. Los principales ejecutivos de las grandes corporaciones no están teniendo más remedio que expresar públicamente su compromiso a trabajar con la futura Administración que presidirá Donald Trump. Más que a la persona, es una muestra de respecto obligado al cargo. Unos, como el patrón de la cadena comercial JC Penny, dicen que debe apoyar y trabajar con su equipo para adaptarse a su política.
"Apoyo a cualquier presidente de Estados Unidos", añade resigando el inversor Warren Buffett, "es muy importante que tenga el respaldo de todos los estadounidenses". Y aunque apunta que eso no significa que no se le pueda criticar, cree que el magnate "se merece respeto". En términos generales, añade el consejero delegado de Liberty Media, tener un presidente y un Congreso republicano es bueno para los negocios.
Hay compañías que celebran con algo más de entusiasmos el ascenso de Donald Trump. Es un paso, según la firma de indumentaria deportiva New Balance, "en la buena dirección". Este comentario, sin embargo, acaba de colocar a la sociedad en un peligroso fuego cruzado, hasta el punto de convertir sus zapatillas en un el símbolo de las protestas que por las grandes ciudades están expresando su rechazo y rabia por la elección del empresario.
"No voy a comprarlas nunca más", se puede leer en los comentarios colgados en las redes sociales. Otros suben vídeos tirándolas a la basura o incluso quemándolas, esperando que otras personas descontentas con la elección de Trump se sumen al boicot contra una de las marcas más representativas del made in USA. La compañía responde a esta revuelta diciendo que se está demonizando su logo de manera injusta.
El origen de esta escalada, que refleja hasta que punto llega la tensión tras la inesperada victoria de Donald Trump, está en un tuit de una periodista del Wall Street Journal, en el que cita a un portavoz de New Balance lamentando que la Administración de Barack Obama haya hecho oídos sordos a sus intereses. La firma deportiva es contraria al controvertido acuerdo comercial del transpacífico. "Solo queremos producir más zapatillas en EE UU", insiste.
La propia candidata demócrata Hillary Clinton también puso en duda el pacto comercial, por el impacto que tendría en el empleo. New Balance emitió un comunicado recordando que es la única gran compañía del negocio que sigue produciendo zapatillas de deporte en EE UU y que tiene una perspectiva "única" sobre este tipo de cuestiones. "Nada más que eso", afirma.
Zapatilla 'made in USA'
La marca produce más de cuatro millones de zapatillas al año en las cinco plantas que opera en Massachusetts y Maine. "Públicamente hemos apoyado la posición de Hillary Clinton, Bernie Sanders y Donald Trump en materia de comercio antes del día de las elecciones", insiste, al tiempo que asegura que esta protesta no impedirá que sigan apoyando la creación del empleo en el país.
Como admite el consejero delegado de Starbucks, Howard Shultz, los beneficios del comercio están ahí. Pero el resultado electoral, añade, también refleja que hubo un gran número de ciudadanos a los que no se escuchó, durante mucho tiempo. Jeffrey Immelt, máximo ejecutivo de General Electric, mandó una circular a sus empleados expresando su compromiso con la diversidad racial, cultural y de género en el seno del conglomerado.
Estás reacciones reflejan la angustia y la ansiedad que domina tras las elecciones, más allá de las protestas espontáneas en las calles de las grandes ciudades y las redes sociales. También hay quien celebra la victoria. Apple, United Continental o PricewaterhouseCoopers están animando a sus empleados a expresar sus sentimientos y aseguran que reforzarán las políticas internas para que haya más mujeres y minorías en puesto de dirección.