Netanyahu culpa al terrorismo de la catástrofe de los incendios forestales

España se suma con cuatro hidroaviones a los países que envían ayuda contra el fuego en Israel

Juan Carlos Sanz
Jerusalén, El País
Las autoridades israelíes dieron por controlados en la mañana de este viernes los principales incendios que obligaron a evacuar el jueves a decenas de miles de vecinos de la ciudad de Haifa, donde unas 700 viviendas resultaron dañadas. Impulsadas por el fuerte viento, las llamas amenazaban mientras tanto zonas rurales de los alrededores de Jerusalén, como Beit Meir, donde apenas ha llovido desde el pasado invierno. Con más de 200 focos de fuego en todo el país, el primer ministro, Benjamín Netanyahu, afirma que algunos de los incendios han sido intencionados y acusa al terrorismo –sin dar mayores precisiones– de haber causado estos siniestros. En el Estado judío, donde la noción de terror nacionalista se suele equipar con la violencia palestina, las palabras de Netanyahu desataron la ira de los árabes israelíes, que representan casi una quinta parte de la población y que en gran parte residen cerca de zonas que han quedado calcinadas.


La policía israelí ha detenido a 12 supuestos pirómanos en las últimas horas. Algunos fueron sorprendidos mientras prendían quemar matorrales y otros cuando huían de bosques que se encontraban en llamas. El Ejército también arrestó a un palestino cuando intentaba encender un fuego cerca del asentamiento de colonos judíos de Kochav Yaakov, en el territorio de Cisjordania ocupado por Israel desde 1967.

El ministro de Seguridad Interior, Gilad Erdan, había asegurado la víspera que la mitad de los incendios habían sido intencionados. Erdan también se refirió a “minorías con base nacionalista” como probables responsables de los hechos. El titular de Educación, Naftalí Bennett, también culpó al “terrorismo nacionalista” de la ola de incendios: “No ha sido una coincidencia, su objetivo es matar civiles y sembrar el pánico”.

Expertos en terrorismo consultados por The Jerusalem Post consideran que hablar de una “Intifada del fuego” carece de fundamento. “Aunque una parte de los incendios haya sido causada de forma intencionada, no se trata de un campaña organizada, y ningún grupo terrorista se ha atribuido la responsabilidad”, precisó Boaz Ganor, director del Instituto Internacional de Antiterrorismo.

“Espero que se deje de echar leña al fuego. La situación no está tan clara como afirman”, advirtió por su parte el líder de la oposición israelí, el laborista Isaac Herzog. El diputado Ayman Odeh, jefe de filas de la Lista Árabe Conjunta, que cuenta un 10% de los escaños en la Knesset, acusó a su vez al Gobierno de intentar sacar partido de la catástrofe natural para incitar al odio contra la minoría árabe del país. Netanyahu matizó sus anteriores declaraciones este viernes: “Los responsables de este terrorismo incendiario, protagonizado por individuos con gran hostilidad hacia Isarel, pagarán el precio de sus acciones. Aún no podemos afirmar que se trate de un movimiento organizado, pero podemos ver que hay varios grupos operando”.

Tras la evacuación de casi una tercera parte de los 250.000 habitantes de la ciudad portuaria a Haifa (incluidos los estudiantes del campus tecnológico Technion y los reclusos de dos cárceles amenazadas por las llamas), los vecinos regresaban en la tarde del viernes a sus casas. Los incendios se han producido seis años después de los devastadores siniestros forestales que causaron 44 muertos y arrasaron la reserva natural del monte Carmelo. Netanyahu, culpó entonces a los anteriores gobiernos de la falta de recursos en la lucha contra el fuego y prometió un plan de medidas antiincendios.

El diario Haaretz recordaba que un proyecto –con un presupuesto de 50 millones de euros– para trazar cortafuegos en las áreas habitadas próximas a los bosques —inspirado en la normativa española– se haya pendiente de aprobación desde hace dos años por el Ministerio del Interior. El mismo diario se interrogaba también en un artículo de análisis sobre el plan anunciado en 2010 por el Gobierno para dotar de nuevos medios aéreos a los servicios de extinción de incendios. “Netanyahu permanece ahora como un mendigo pidiendo ayuda a nuestro vecinos”, denunciaba el texto firmado por Amir Oren.

Netanyahu solicitó en la noche del miércoles ayuda internacional para luchar contra la amenaza de las llamas. Una decena de países han respondido hasta ahora a su llamamiento, que incluye el envío de algunas de las mayores aeronaves antiincendios del mundo desde Rusia y Estados Unidos, y la colaboración de Estados como Chipre o Azerbaiyán. España va a aportar cuatro hidroaviones Canadair a las tareas de extinción del fuego. Egipto y Jordania, los únicos países árabes con los que Israel ha firmado un tratado de paz, han comprometido el envío de medios aéreos y terrestres. La Autoridad Palestina también ha desplegado con autorización israelí cuatro de sus brigadas en las zonas de Haifa y Jerusalén. Los 41 bomberos palestinos trabajan codo con codo con los servicios de emergencia y las fuerzas de seguridad de Israel.

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