La OCDE avala el plan de Trump de invertir más en infraestructuras
La institución augura un crecimiento del PIB mundial del 2,9% este año y del 3,3% en 2017
Antonio Maqueda
Madrid, El País
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ha reclamado a las economías con margen fiscal que aprovechen el entorno de bajos tipos para generar déficits públicos con los que invertir más y salir de la trampa de bajos crecimientos. Según los cálculos presentados por el organismo, uno de cada tres países podría embarcarse en un estímulo fiscal del 0,5% del PIB durante 3 ó 4 años de media que aumentaría el crecimiento entre un 0,4% y un 0,6%.
De hacerse de forma efectiva, este impulso fiscal no tendría efecto en la sostenibilidad a medio plazo de la deuda al subir el denominador de la deuda sobre PIB. Sin embargo, permitiría sacar del desempleo de larga duración a muchos trabajadores. Además, estos estímulos han de combinarse con reformas del marco regulatorio y de los sistemas fiscales, sanitarios y de prestaciones para aumentar todavía más el margen fiscal y el crecimiento.
Después de cinco años de austeridad, la institución presidida por Angel Gurría ha dado un giro de 180 grados a sus recomendaciones y pide que países como Reino Unido, Alemania, Francia, Bélgica o Rusia inviertan más para elevar su capacidad de crecimiento. "La caída del crecimiento potencial podría hacer que en el futuro los gobiernos no sean capaces de cumplir con sus promesas de gasto", ha advertido la economista jefe del club de los países más ricos del mundo, Catharine Mann. De esta forma, la OCDE se apunta a las tesis del exsecretario del Tesoro estadounidense Larry Summers, quien lleva tiempo animando a los gobiernos a aprovechar los bajos tipos para endeudarse e invertir.
La OCDE avala el plan de Trump de invertir más en infraestructuras
La idea se resume en que el crecimiento está siendo muy bajo por la falta de inversión y la ausencia de formación entre los trabajadores parados. Pero con unos tipos muy bajos compensa endeudarse porque los retornos serían mayores y engordarían la capacidad de crecimiento. "La ventana de oportunidad de los tipos bajos no va a estar siempre ahí. Y esa política monetaria están brindando margen fiscal, acceso a mercado y sostenibilidad de la deuda", argumentó Catherine Mann.
La OCDE ha avalado el plan de inversiones y recortes de impuestos de Trump sosteniendo que elevará el crecimiento en 0,4 puntos en 2017 y en 0,8 puntos en 2018. Según el organismo, el estímulo fiscal podría corregir la marcada caída de la inversión de años anteriores, mejorar la formación y recolocación de parados, dedicarse al cuidado de niños o facilitar el paso a una economía más sostenible medioambientalmente, apunta el organismo. Y añade que la reforma fiscal incluso podría reforzar la eficiencia bajando los tipos medios pero tapando agujeros por los que se escapa recaudación.
Sin embargo, alerta de que los riesgos son considerables. Durante un tiempo no se sabe qué medidas se podrán adoptar porque precisarán el respaldo del Congreso. Así que el estímulo fiscal puede ser mayor o menor de lo previsto. En cualquier caso, "un ajuste fiscal de algún tipo hará falta para asegurar la sostenibilidad de las finanzas de EE UU", indica sobre las perspectivas a medio plazo de la economía estadounidense. Además, los salarios podrían dispararse elevando las presiones inflacionistas y por tanto exigiendo a la Reserva Federal que suba tipos con más fuerza, lo que a su vez podría ocasionar grandes turbulencias en los mercados, máxime cuando el resto de países mantiene unas políticas monetarias mucho más laxas.
Por el contrario, una demanda extranjera débil y un dólar fuerte podrían lastrar las exportaciones y deprimir la inflación, creando unas presiones deflacionarias que necesiten una política de la Reserva Federal más relajada. Por último, la OCDE también señala los riesgos de que las restricciones al comercio de la Administración Trump dañen el crecimiento.
La OCDE avala el plan de Trump de invertir más en infraestructuras
El club de los países más ricos del mundo respalda así el plan del nuevo presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, que ha expresado su intención de poner en marcha un ambicioso plan de infraestructuras por todo el país. La OCDE se suma a la acogida favorable que los mercados financieros han tenido de las primeras intenciones en política económica de Trump y estima que sus planes de una acción masiva de inversión en infraestructuras unida a una rebaja fiscal favorecerán la actividad. La OCDE quiere que este impulso no se limite a EE UU y se haga de forma coordinada en China y con los países europeos "con margen", es decir, sobre todo Alemania.
"Durante los últimos cinco años, la economía mundial ha estado sumida en una trampa de bajo crecimiento caracterizada por una evolución decepcionantemente baja estancada en torno al 3%", afirma el informe de la OCDE. Sin embargo, el crecimiento mundial podría crecer hasta 0,1 punto porcentual en 2017 y 0,3 puntos porcentuales en 2018 de aplicarse los estímulos propuestos por el presidente Trump. "El efecto de la política fiscal de Estados Unidos es una parte importante de la proyección y empezará a tener efectos en la renta nacional en la segunda parte de 2017", explicó Catherine Mann. Si China continúa respaldando la demanda como lo está haciendo, eso podría añadir 0,2 puntos al año entre 2017 y 2018, si bien esta economía tiene según el organismo menos margen. Donde sí que hay capacidad para hacer más con tal de escapar de la trampa de baja productividad y crecimiento es en la Unión Europea, subraya la OCDE.
Una vez contemplado el impacto de las nuevos planes de inversión en Estados Unidos, la economía mundial crecerá un 3,3% en 2017, una décima más de lo esperado en las anteriores previsiones y cuatro por encima del crecimiento vaticinado para este año.
Eso sí, la OCDE reclama que esos estímulos se coordinen entre los países y se acompañen de reformas. Bajo estos supuestos, el PIB global podría avanzar en 2018 a tasas del entorno del 3,5%. Los economistas de la institución ponen mucho énfasis en que las reformas estructurales son incluso más importantes con la vista puesta en el medio y largo plazo. "Hay que generar la confianza para que el sector empresarial también invierta. Los Gobiernos no pueden tirar del crecimiento solos", insistió Mann.
Antonio Maqueda
Madrid, El País
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ha reclamado a las economías con margen fiscal que aprovechen el entorno de bajos tipos para generar déficits públicos con los que invertir más y salir de la trampa de bajos crecimientos. Según los cálculos presentados por el organismo, uno de cada tres países podría embarcarse en un estímulo fiscal del 0,5% del PIB durante 3 ó 4 años de media que aumentaría el crecimiento entre un 0,4% y un 0,6%.
De hacerse de forma efectiva, este impulso fiscal no tendría efecto en la sostenibilidad a medio plazo de la deuda al subir el denominador de la deuda sobre PIB. Sin embargo, permitiría sacar del desempleo de larga duración a muchos trabajadores. Además, estos estímulos han de combinarse con reformas del marco regulatorio y de los sistemas fiscales, sanitarios y de prestaciones para aumentar todavía más el margen fiscal y el crecimiento.
Después de cinco años de austeridad, la institución presidida por Angel Gurría ha dado un giro de 180 grados a sus recomendaciones y pide que países como Reino Unido, Alemania, Francia, Bélgica o Rusia inviertan más para elevar su capacidad de crecimiento. "La caída del crecimiento potencial podría hacer que en el futuro los gobiernos no sean capaces de cumplir con sus promesas de gasto", ha advertido la economista jefe del club de los países más ricos del mundo, Catharine Mann. De esta forma, la OCDE se apunta a las tesis del exsecretario del Tesoro estadounidense Larry Summers, quien lleva tiempo animando a los gobiernos a aprovechar los bajos tipos para endeudarse e invertir.
La OCDE avala el plan de Trump de invertir más en infraestructuras
La idea se resume en que el crecimiento está siendo muy bajo por la falta de inversión y la ausencia de formación entre los trabajadores parados. Pero con unos tipos muy bajos compensa endeudarse porque los retornos serían mayores y engordarían la capacidad de crecimiento. "La ventana de oportunidad de los tipos bajos no va a estar siempre ahí. Y esa política monetaria están brindando margen fiscal, acceso a mercado y sostenibilidad de la deuda", argumentó Catherine Mann.
La OCDE ha avalado el plan de inversiones y recortes de impuestos de Trump sosteniendo que elevará el crecimiento en 0,4 puntos en 2017 y en 0,8 puntos en 2018. Según el organismo, el estímulo fiscal podría corregir la marcada caída de la inversión de años anteriores, mejorar la formación y recolocación de parados, dedicarse al cuidado de niños o facilitar el paso a una economía más sostenible medioambientalmente, apunta el organismo. Y añade que la reforma fiscal incluso podría reforzar la eficiencia bajando los tipos medios pero tapando agujeros por los que se escapa recaudación.
Sin embargo, alerta de que los riesgos son considerables. Durante un tiempo no se sabe qué medidas se podrán adoptar porque precisarán el respaldo del Congreso. Así que el estímulo fiscal puede ser mayor o menor de lo previsto. En cualquier caso, "un ajuste fiscal de algún tipo hará falta para asegurar la sostenibilidad de las finanzas de EE UU", indica sobre las perspectivas a medio plazo de la economía estadounidense. Además, los salarios podrían dispararse elevando las presiones inflacionistas y por tanto exigiendo a la Reserva Federal que suba tipos con más fuerza, lo que a su vez podría ocasionar grandes turbulencias en los mercados, máxime cuando el resto de países mantiene unas políticas monetarias mucho más laxas.
Por el contrario, una demanda extranjera débil y un dólar fuerte podrían lastrar las exportaciones y deprimir la inflación, creando unas presiones deflacionarias que necesiten una política de la Reserva Federal más relajada. Por último, la OCDE también señala los riesgos de que las restricciones al comercio de la Administración Trump dañen el crecimiento.
La OCDE avala el plan de Trump de invertir más en infraestructuras
El club de los países más ricos del mundo respalda así el plan del nuevo presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, que ha expresado su intención de poner en marcha un ambicioso plan de infraestructuras por todo el país. La OCDE se suma a la acogida favorable que los mercados financieros han tenido de las primeras intenciones en política económica de Trump y estima que sus planes de una acción masiva de inversión en infraestructuras unida a una rebaja fiscal favorecerán la actividad. La OCDE quiere que este impulso no se limite a EE UU y se haga de forma coordinada en China y con los países europeos "con margen", es decir, sobre todo Alemania.
"Durante los últimos cinco años, la economía mundial ha estado sumida en una trampa de bajo crecimiento caracterizada por una evolución decepcionantemente baja estancada en torno al 3%", afirma el informe de la OCDE. Sin embargo, el crecimiento mundial podría crecer hasta 0,1 punto porcentual en 2017 y 0,3 puntos porcentuales en 2018 de aplicarse los estímulos propuestos por el presidente Trump. "El efecto de la política fiscal de Estados Unidos es una parte importante de la proyección y empezará a tener efectos en la renta nacional en la segunda parte de 2017", explicó Catherine Mann. Si China continúa respaldando la demanda como lo está haciendo, eso podría añadir 0,2 puntos al año entre 2017 y 2018, si bien esta economía tiene según el organismo menos margen. Donde sí que hay capacidad para hacer más con tal de escapar de la trampa de baja productividad y crecimiento es en la Unión Europea, subraya la OCDE.
Una vez contemplado el impacto de las nuevos planes de inversión en Estados Unidos, la economía mundial crecerá un 3,3% en 2017, una décima más de lo esperado en las anteriores previsiones y cuatro por encima del crecimiento vaticinado para este año.
Eso sí, la OCDE reclama que esos estímulos se coordinen entre los países y se acompañen de reformas. Bajo estos supuestos, el PIB global podría avanzar en 2018 a tasas del entorno del 3,5%. Los economistas de la institución ponen mucho énfasis en que las reformas estructurales son incluso más importantes con la vista puesta en el medio y largo plazo. "Hay que generar la confianza para que el sector empresarial también invierta. Los Gobiernos no pueden tirar del crecimiento solos", insistió Mann.