La comunidad internacional presiona a Trump para que no abandone la lucha climática
Hollande recuerda al presidente de EE UU que el Acuerdo de París "es irreversible"
Manuel Planelles
Marrakech, El País
Tras la euforia de hace casi un año en París, la lucha global contra el cambio climático se sume en la incertidumbre. La victoria de Donald Trump, escéptico sobre la influencia del hombre en el calentamiento, movilizó el martes a la comunidad internacional en la Cumbre del Clima de Marrakech. Ban Ki-moon, secretario general de la ONU, previó que Trump entenderá al final “la urgencia” de esa lucha. Y François Hollande instó a EE UU a cumplir el Acuerdo de París, que Obama ya ha ratificado.
Tras el acuerdo alcanzado hace casi un año en la capital francesa por casi 200 países, la reunión de Marrakech no estaba pensada como una cumbre de grandes avances. La cita, que se cerrará el viernes, servirá para sentar las bases para el desarrollo de los reglamentos que permitan poner en marcha el Acuerdo de París, que prevé que los recortes de emisiones de gases de efecto invernadero comprometidos por los países firmantes se empiecen a acometer a partir de 2020. Pero la victoria de Trump —que durante la campaña aseguró que intentaría sacar a su país de este pacto internacional— ha puesto el foco sobre la ciudad marroquí.
Ban Ki-moon, secretario general de la ONU, ofreció el martes una conferencia de prensa, que estuvo casi monopolizada por las referencias a Trump. Ki-moon, bajo cuyo mandato casi terminado se cerró el Acuerdo de París, confió en que el republicano termine por entender “la urgencia” y la “gravedad” del cambio climático y de la lucha contra este fenómeno. Dijo ser “optimista” ya que el pacto de París es ya “imparable”.
Trump, que ha llegado a calificar de cuento el cambio climático, ha prometido sacar a su país de ese acuerdo climático, que la Administración de Barack Obama ratificó en septiembre junto a China. La alianza y el liderazgo de EE UU y China —las dos naciones que más gases de efecto invernadero emiten a la atmósfera— ha sido fundamental en los últimos años para cerrar en París el histórico pacto, que obliga a todos los firmantes a presentar planes de reducción de emisiones.
La amenaza de salir de la convención de la ONU
Si Donald Trump quiere cumplir con su amenaza de salir del Acuerdo de París necesitaría al menos cuatro años para que fuera efectiva la denuncia del pacto, según establece el texto del tratado. Pero existe otra vía rápida, que EE UU abandonara la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, que entró en vigor en 1994. Solo se puede estar dentro del Acuerdo de París si se está dentro de la Convención.
Si finalmente EE UU saliera del pacto mundial contra el calentamiento, entre los más perjudicados figuran los países en desarrollo. “África no representa más que el 4% de las emisiones de gases de efecto invernadero”, recordó ayer Ismail Omar Guelleh, presidente de Yibuti. “Los países desarrollados tienen que asumir su responsabilidad histórica”, añadió.
Trump anunció en la campaña que tenía intención de acabar con las aportaciones de EE UU a los fondos climáticos de la ONU. El compromiso de Obama era aportar 3.000 millones de dólares en 2020, de los que 500 ya han sido depositados.
Respetar los compromisos
Entre los países desarrollados presentes en las conversaciones de Marrakech hay temor a la falta de liderazgo si EE UU da un paso atrás. Entre los menos desarrollados se teme que se reduzca la financiación —100.000 millones de dólares anuales a partir de 2020— para que puedan adaptarse a los efectos del calentamiento y a la transición hacia las energías limpias.
El presidente francés, François Hollande, que intervino ayer en la apertura de la reunión de alto nivel de la Cumbre de Marrakech, recordó a Trump que el Acuerdo de París es ya “irreversible”. “Es irreversible de derecho” ya que más de un centenar de países lo han ratificado y está en vigor ya. Y también “es irreversible de hecho” porque los Gobiernos, las empresas, las ONG y los ciudadanos están ya caminando hacia una transición energética.
En esa misma línea se pronunció Ban Ki-moon al recordar que la lucha contra el calentamiento global en EE UU no es algo que solo dependa de Trump, sino que también hay Estados —como California— y ciudades que están convencidos de su importancia y actúan. El Acuerdo de París “es obra de todos y depende de todos”, sostuvo Hollande. “Y a todos le conviene”, añadió. También, a las “empresas que invirtieron en la transición” en EE UU, añadió.
El presidente francés se refirió al papel clave que, junto a China, desarrolló Obama para que se pudiese firmar el pacto de París el 12 de diciembre de 2015. “EE UU es la primera potencia económica y el segundo país en emisiones de gases de efecto invernadero”, recordó. “Tiene que respetar los compromisos adquiridos” a través del acuerdo, advirtió Hollande, que fue interrumpido por los aplausos de los asistentes a la Cumbre de Marrakech cuando se refirió a esa obligación de EE UU.
Hollande aseguró que Francia entablará un “diálogo” con Trump. Y se ofreció a hacerlo en nombre de los más de cien países que ya han ratificado el Acuerdo de París.
Pese a la victoria de Trump, los negociadores y líderes reunidos en Marrakech han lanzado desde la semana pasada mensajes sobre la vigencia del pacto. Los representantes de China y la Unión Europea, por ejemplo, se han mostrado convencidos de que no tiene marcha atrás. “Soy optimista sobre los esfuerzos contra el cambio climático”, resumió el secretario general de la ONU. Ban Ki-moon vaticinó que Trump sabrá escuchar también los mensajes que desde los mercados y las empresas instan a actuar contra el calentamiento y a caminar hacia una economía descarbonizada.
Manuel Planelles
Marrakech, El País
Tras la euforia de hace casi un año en París, la lucha global contra el cambio climático se sume en la incertidumbre. La victoria de Donald Trump, escéptico sobre la influencia del hombre en el calentamiento, movilizó el martes a la comunidad internacional en la Cumbre del Clima de Marrakech. Ban Ki-moon, secretario general de la ONU, previó que Trump entenderá al final “la urgencia” de esa lucha. Y François Hollande instó a EE UU a cumplir el Acuerdo de París, que Obama ya ha ratificado.
Tras el acuerdo alcanzado hace casi un año en la capital francesa por casi 200 países, la reunión de Marrakech no estaba pensada como una cumbre de grandes avances. La cita, que se cerrará el viernes, servirá para sentar las bases para el desarrollo de los reglamentos que permitan poner en marcha el Acuerdo de París, que prevé que los recortes de emisiones de gases de efecto invernadero comprometidos por los países firmantes se empiecen a acometer a partir de 2020. Pero la victoria de Trump —que durante la campaña aseguró que intentaría sacar a su país de este pacto internacional— ha puesto el foco sobre la ciudad marroquí.
Ban Ki-moon, secretario general de la ONU, ofreció el martes una conferencia de prensa, que estuvo casi monopolizada por las referencias a Trump. Ki-moon, bajo cuyo mandato casi terminado se cerró el Acuerdo de París, confió en que el republicano termine por entender “la urgencia” y la “gravedad” del cambio climático y de la lucha contra este fenómeno. Dijo ser “optimista” ya que el pacto de París es ya “imparable”.
Trump, que ha llegado a calificar de cuento el cambio climático, ha prometido sacar a su país de ese acuerdo climático, que la Administración de Barack Obama ratificó en septiembre junto a China. La alianza y el liderazgo de EE UU y China —las dos naciones que más gases de efecto invernadero emiten a la atmósfera— ha sido fundamental en los últimos años para cerrar en París el histórico pacto, que obliga a todos los firmantes a presentar planes de reducción de emisiones.
La amenaza de salir de la convención de la ONU
Si Donald Trump quiere cumplir con su amenaza de salir del Acuerdo de París necesitaría al menos cuatro años para que fuera efectiva la denuncia del pacto, según establece el texto del tratado. Pero existe otra vía rápida, que EE UU abandonara la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, que entró en vigor en 1994. Solo se puede estar dentro del Acuerdo de París si se está dentro de la Convención.
Si finalmente EE UU saliera del pacto mundial contra el calentamiento, entre los más perjudicados figuran los países en desarrollo. “África no representa más que el 4% de las emisiones de gases de efecto invernadero”, recordó ayer Ismail Omar Guelleh, presidente de Yibuti. “Los países desarrollados tienen que asumir su responsabilidad histórica”, añadió.
Trump anunció en la campaña que tenía intención de acabar con las aportaciones de EE UU a los fondos climáticos de la ONU. El compromiso de Obama era aportar 3.000 millones de dólares en 2020, de los que 500 ya han sido depositados.
Respetar los compromisos
Entre los países desarrollados presentes en las conversaciones de Marrakech hay temor a la falta de liderazgo si EE UU da un paso atrás. Entre los menos desarrollados se teme que se reduzca la financiación —100.000 millones de dólares anuales a partir de 2020— para que puedan adaptarse a los efectos del calentamiento y a la transición hacia las energías limpias.
El presidente francés, François Hollande, que intervino ayer en la apertura de la reunión de alto nivel de la Cumbre de Marrakech, recordó a Trump que el Acuerdo de París es ya “irreversible”. “Es irreversible de derecho” ya que más de un centenar de países lo han ratificado y está en vigor ya. Y también “es irreversible de hecho” porque los Gobiernos, las empresas, las ONG y los ciudadanos están ya caminando hacia una transición energética.
En esa misma línea se pronunció Ban Ki-moon al recordar que la lucha contra el calentamiento global en EE UU no es algo que solo dependa de Trump, sino que también hay Estados —como California— y ciudades que están convencidos de su importancia y actúan. El Acuerdo de París “es obra de todos y depende de todos”, sostuvo Hollande. “Y a todos le conviene”, añadió. También, a las “empresas que invirtieron en la transición” en EE UU, añadió.
El presidente francés se refirió al papel clave que, junto a China, desarrolló Obama para que se pudiese firmar el pacto de París el 12 de diciembre de 2015. “EE UU es la primera potencia económica y el segundo país en emisiones de gases de efecto invernadero”, recordó. “Tiene que respetar los compromisos adquiridos” a través del acuerdo, advirtió Hollande, que fue interrumpido por los aplausos de los asistentes a la Cumbre de Marrakech cuando se refirió a esa obligación de EE UU.
Hollande aseguró que Francia entablará un “diálogo” con Trump. Y se ofreció a hacerlo en nombre de los más de cien países que ya han ratificado el Acuerdo de París.
Pese a la victoria de Trump, los negociadores y líderes reunidos en Marrakech han lanzado desde la semana pasada mensajes sobre la vigencia del pacto. Los representantes de China y la Unión Europea, por ejemplo, se han mostrado convencidos de que no tiene marcha atrás. “Soy optimista sobre los esfuerzos contra el cambio climático”, resumió el secretario general de la ONU. Ban Ki-moon vaticinó que Trump sabrá escuchar también los mensajes que desde los mercados y las empresas instan a actuar contra el calentamiento y a caminar hacia una economía descarbonizada.