Hamilton-Rosberg, guerra de nervios en el desierto

El británico no da opción a su compañero en los primeros ensayos en el circuito de Abu Dabi, donde se juegan el título

Oriol Puigdemont
Barcelona, El País
Lewis Hamilton y Nico Rosberg se citan en Abu Dabi, de donde uno de ellos saldrá este domingo como campeón del Mundial más apretado de los últimos años. Será la primera corona para el alemán o la cuarta para el británico, que de llevarse el título completaría el más difícil todavía y, a la vez, dejaría a su compañero de equipo prácticamente hundido en la miseria.


En un gran premio al uso, el margen de 12 puntos a favor de Rosberg haría que el piloto de Wiesbaden saliera a correr de lo más tranquilo. Sin embargo, habrá que ver cómo maneja los nervios en una situación inédita para él, en la que el balance entre lo que puede ganar y lo que puede perder está prácticamente a la par. Hamilton, por su parte, no puede hacer otra cosa que enfocarse en llevarse la victoria y, una vez la obtenga, esperar que su vecino se quede fuera del podio, algo que a priori no parece probable dados los últimos precedentes.

Rosberg no se ha bajado del cajón en las últimas ocho citas del calendario, un dato que debería ser suficiente como para que no atacara más de la cuenta. No obstante, a pesar de que el panorama le favorece de forma evidente, la casuística que haría campeón a su amigo de la infancia se ha repetido esta temporada hasta en cuatro ocasiones (Mónaco, Alemania, Austria y Canadá), circunstancia que le insufla al corredor de Tewin un plus de energía que seguramente le hará ir todavía más rápido. Este curso se ha trenzado a base de rachas y quien llega embalado al duelo definitivo es Hamilton, que acumula tres triunfos consecutivos (Estados Unidos, México y Brasil).

En un fin de semana tan trascendental como este, el más mínimo detalle adquiere una importancia tremenda. Cada entrenamiento es un asalto, y a las puertas de la cronometrada de este sábado (14:00 horas, Movistar Fórmula 1) el actual campeón domina el tanteo por dos a cero después de ser el más rápido en las dos primeras sesiones de ensayos libres. En ambos entrenamientos, la segunda plaza fue para el líder del certamen, piropeado nada más bajarse del coche por su jefe. “Nico ha manejado muy bien la presión durante todo el año, parece que no le afecta nada”, convino Toto Wolff, máximo responsable de Mercedes en la F-1. “Mi intención es tomarme esta prueba como si fuera cualquier otra, como si no fuera más especial. Me siento bien, y a partir de ahora me centraré en intentar encontrar esa décima que me faltó hoy”, dijo Rosberg, que por la mañana se quedó a tres décimas de su colega y por la tarde a solo 80 milésimas de él.

Hamilton, por su parte, ya ha dejado claro que su estrategia de cara a la carrera será la más sencilla de todas: en el caso de colocarse al frente del pelotón tirará al máximo con la intención de escaparse, aunque eso le haga la vida más fácil a su único rival. “Me encontré muy a gusto y creo que lo hice todo bien. Habrá que seguir así porque, como no puede ser de otra manera, mi primer objetivo es llevarme la pole”, convino el perseguidor.

La superioridad de las Flechas de Plata les coloca la mayor parte del tiempo en un plano distinto al del resto. Solo Red Bull, en según qué pistas demuestra tener músculo suficiente como para incordiar, aunque el circuito de Yas Marina tiene el perfil ideal para que así sea. El recuerdo del desenlace del campeonato de 2010, con la incontenible alegría de unos (Vettel) y el desconsuelo de otros (Alonso) parece planear de nuevo sobre el desierto de Abu Dabi, que paga un dineral (alrededor de 45 millones de euros) a Bernie Ecclestone para poder albergar citas tan trepidantes como esta.

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