China limita más Internet para castigar los ataques al régimen y la especulación
Aprobada una nueva ley de ciberseguridad que restringe aún más la censurada navegación
Macarena Vidal Liy
Pekín. El País
China ha aprobado este lunes su polémica ley sobre ciberseguridad, que aumenta aún más el control sobre Internet y que ha recibido numerosas críticas en el exterior. Las organizaciones pro derechos humanos consideran que limitará aún más la libertad de expresión y las empresas extranjeras temen que limite su acceso al mercado chino.
El Internet chino es el de mayor número de usuarios del mundo, en torno a 710 millones de personas según los datos oficiales. Pero también se encuentra entre los más censurados del mundo y sitios de uso común en el resto del planeta, como Facebook o YouTube, son inaccesibles sin herramientas especiales para circunvalar la censura. Aunque las autoridades incentivan el uso de la red para lograr el objetivo de convertir a China en una potencia tecnológica en la próxima década, reprimen cualquier posible difusión de ideas que el régimen considere nocivas. La soberanía del espacio cibernético nacional es uno de los objetivos estratégicos declarados por el Gobierno.
La nueva ley, aprobada este lunes por la Asamblea Nacional Popular (el quivalente a un Legislativo), entrará en vigor en junio de 2017. Aunque su versión definitiva aún no se ha divulgado de manera oficial, sí circula por ese Internet que aspira a controlar. Entre otras cosas, prohíbe el uso del ciberespacio para “derribar el sistema socialista”, “inventar o diseminar información falsa con el fin de alterar el orden económico” o “incitar al separatismo o perjudicar la unidad nacional”.
Con el fin de evitar cualquiera de estos males, los operadores en sectores de “infraestructura crítica para la información” -sectores como el energético, tecnológico o de transporte- deberán almacenar dentro del territorio nacional los datos de sus operaciones en China. Si quieren transferir esos datos al extranjero, tendrán que solicitarlo a las autoridades de seguridad.
Estas mismas empresas tendrán que censurar la información que se considere inapropiada e identificar a sus usuarios con su nombre y apellido real. Igualmente, tendrán que proporcionar “apoyo técnico” a los servicios de seguridad interna china en sus investigaciones.
La Ley sobre Ciberseguridad “es una necesidad objetiva”, aseguraba este lunes Yang Heqing, funcionario de la Asamblea, en una rueda de prensa. “China es una potencia en Internet, y uno de los países que encara mayores riesgos para su seguridad en el ciberespacio. Necesita establecer y mejorar de manera urgente sus sistemas legales de seguridad en la red”.
Los elementos de la ley no son nuevos; muchos, como la posibilidad de cancelar temporalmente el servicio de Internet en alguna zona del país por motivos de seguridad nacional ya se han aplicado en regiones como Xinjiang. Las empresas de tecnología chinas ya deben censurar sus contenidos de acuerdo a las exigencias del Gobierno y supervisar los comentarios de sus usuarios. Las grandes empresas del sector tienen asignado un importante papel de recolección de datos dentro del futuro Sistema de Crédito Social que el Ejecutivo tiene previsto para evaluar a sus ciudadanos y castigarlos o premiarlos.
Pero las organizaciones empresariales extranjeras presentes en China han criticado la vaguedad de la ley, que temen que perjudique la inversión externa y las operaciones de sus empresas. Una de las provisiones prevé que la tecnología sea “segura y controlable”, algo que creen que puede afectar a la privacidad de los datos y obligarles a revelar a las autoridades chinas información confidencial sobre el funcionamiento de sus productos.
“La falta de transparencia en general a lo largo del último año en torno a esta importante y amplia medida legislativa ha generado un alto grado de incertidumbre y negatividad en el ambiente empresarial”, advierte la Cámara de Comercio Europea en Pekín. Por su parte, su equivalente estadounidense señala que “es un paso atrás para la innovación en China que no conseguirá mejorar mucho la seguridad”.
La norma es la última de una serie aprobada a lo largo de este año que concede nuevos poderes al Gobierno para centralizar y aumentar el control sobre el ciberespacio y la sociedad civil. Antes de ella, la Asamblea Nacional había aprobado la ley antiterrorista, la ley sobre Seguridad Nacional y la ley sobre las Organizaciones No Gubernamentales Extranjeras, todas ellas muy criticadas por los defensores de los derechos humanos.
La nueva ley de ciberseguridad “requiere que las compañías de Internet sean cómplices en la censura y compartan información personal de las autoridades sin ninguna garantía. Aumentará el control de las autoridades sobre Internet y restringirá aún más la libertad de expresión y la privacidad”, opina por su parte Patrick Poon, investigador para China de Amnistía Internacional.
Macarena Vidal Liy
Pekín. El País
China ha aprobado este lunes su polémica ley sobre ciberseguridad, que aumenta aún más el control sobre Internet y que ha recibido numerosas críticas en el exterior. Las organizaciones pro derechos humanos consideran que limitará aún más la libertad de expresión y las empresas extranjeras temen que limite su acceso al mercado chino.
El Internet chino es el de mayor número de usuarios del mundo, en torno a 710 millones de personas según los datos oficiales. Pero también se encuentra entre los más censurados del mundo y sitios de uso común en el resto del planeta, como Facebook o YouTube, son inaccesibles sin herramientas especiales para circunvalar la censura. Aunque las autoridades incentivan el uso de la red para lograr el objetivo de convertir a China en una potencia tecnológica en la próxima década, reprimen cualquier posible difusión de ideas que el régimen considere nocivas. La soberanía del espacio cibernético nacional es uno de los objetivos estratégicos declarados por el Gobierno.
La nueva ley, aprobada este lunes por la Asamblea Nacional Popular (el quivalente a un Legislativo), entrará en vigor en junio de 2017. Aunque su versión definitiva aún no se ha divulgado de manera oficial, sí circula por ese Internet que aspira a controlar. Entre otras cosas, prohíbe el uso del ciberespacio para “derribar el sistema socialista”, “inventar o diseminar información falsa con el fin de alterar el orden económico” o “incitar al separatismo o perjudicar la unidad nacional”.
Con el fin de evitar cualquiera de estos males, los operadores en sectores de “infraestructura crítica para la información” -sectores como el energético, tecnológico o de transporte- deberán almacenar dentro del territorio nacional los datos de sus operaciones en China. Si quieren transferir esos datos al extranjero, tendrán que solicitarlo a las autoridades de seguridad.
Estas mismas empresas tendrán que censurar la información que se considere inapropiada e identificar a sus usuarios con su nombre y apellido real. Igualmente, tendrán que proporcionar “apoyo técnico” a los servicios de seguridad interna china en sus investigaciones.
La Ley sobre Ciberseguridad “es una necesidad objetiva”, aseguraba este lunes Yang Heqing, funcionario de la Asamblea, en una rueda de prensa. “China es una potencia en Internet, y uno de los países que encara mayores riesgos para su seguridad en el ciberespacio. Necesita establecer y mejorar de manera urgente sus sistemas legales de seguridad en la red”.
Los elementos de la ley no son nuevos; muchos, como la posibilidad de cancelar temporalmente el servicio de Internet en alguna zona del país por motivos de seguridad nacional ya se han aplicado en regiones como Xinjiang. Las empresas de tecnología chinas ya deben censurar sus contenidos de acuerdo a las exigencias del Gobierno y supervisar los comentarios de sus usuarios. Las grandes empresas del sector tienen asignado un importante papel de recolección de datos dentro del futuro Sistema de Crédito Social que el Ejecutivo tiene previsto para evaluar a sus ciudadanos y castigarlos o premiarlos.
Pero las organizaciones empresariales extranjeras presentes en China han criticado la vaguedad de la ley, que temen que perjudique la inversión externa y las operaciones de sus empresas. Una de las provisiones prevé que la tecnología sea “segura y controlable”, algo que creen que puede afectar a la privacidad de los datos y obligarles a revelar a las autoridades chinas información confidencial sobre el funcionamiento de sus productos.
“La falta de transparencia en general a lo largo del último año en torno a esta importante y amplia medida legislativa ha generado un alto grado de incertidumbre y negatividad en el ambiente empresarial”, advierte la Cámara de Comercio Europea en Pekín. Por su parte, su equivalente estadounidense señala que “es un paso atrás para la innovación en China que no conseguirá mejorar mucho la seguridad”.
La norma es la última de una serie aprobada a lo largo de este año que concede nuevos poderes al Gobierno para centralizar y aumentar el control sobre el ciberespacio y la sociedad civil. Antes de ella, la Asamblea Nacional había aprobado la ley antiterrorista, la ley sobre Seguridad Nacional y la ley sobre las Organizaciones No Gubernamentales Extranjeras, todas ellas muy criticadas por los defensores de los derechos humanos.
La nueva ley de ciberseguridad “requiere que las compañías de Internet sean cómplices en la censura y compartan información personal de las autoridades sin ninguna garantía. Aumentará el control de las autoridades sobre Internet y restringirá aún más la libertad de expresión y la privacidad”, opina por su parte Patrick Poon, investigador para China de Amnistía Internacional.