La bipolaridad del Leicester
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El Leicester de Ranieri camina con paso mucho más firme con los zapatos de gala que con las babuchas de andar por casa: sale a Europa en modo arrollador, liderando su grupo de Champions con tres victorias de tres posibles, y divaga por Inglaterra, ocupando un hasta preocupante 13º puesto en la tabla de la Premier, sintiendo las llamas de los puestos peligrosos.
En la Champions es donde desentierra su mejor versión, la más fiel a la que se llevó hace unos meses la Premier. Lo ha ganado todo (Brujas, Oporto, Copenhague), sumando nueve puntos, algo que únicamente han hecho Barcelona y Atlético. Además, sólo Leicester, los de Simeone, Juventus y Sevilla mantienen su portería infranqueable.
Pero llega la Premier, la competición que le catapultó a la historia, la que le dio pasaporte para codearse con los gigantes del continente, y pincha. En ocho partidos, nada más que conseguido dos victorias y dos empates: ocho puntos, en total, que le dejan a sólo dos del descenso y a ocho de la Europa League. La temporada pasada sumaba 15 puntos, con una sola derrota, a estas alturas. Estos datos, muy significativos, lo son más aún en la comparación, odiosa como tantas otras, con los de la Champions: acumula un punto más en la competición europea respecto a la liga inglesa pese a haber disputado cinco partidos menos.
Ranieri presume de 'viejoven'
Este jueves, Ranieri, que cumple 65 años, no ha mostrado flaqueza alguna por la situación liguera, sino más bien lo contrario: "Soy viejo, pero sigo. Me siento bien. Para mí, mi trabajo es mi vida. Quiero seguir. Cuando empecé, con 35 años, dije 'vale, a los 50 acabo'. Cuando llegué a los 50, dije '¿por qué no a los 55?'. Cinco a cinco, paso a paso, 65, 70...".
