El líder de los republicanos en el Congreso abandona a Donald Trump
Paul Ryan dejará de hacer campaña por el candidato republicano, pero no le retira su voto
Silvia Ayuso
Washington, El País
La oleada de desafectos del Partido Republicano con su candidato a ocupar el Despacho Oval no para de crecer. El último ha sido el presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, que ha anunciado este lunes, horas después del segundo debate presidencial, su decisión de dejar de hacer campaña por Donald Trump.
Significativo es que Ryan no ha dicho que vaya a retirar, al menos por el momento, su voto a Trump. No obstante, su distanciamiento supone un duro golpe tanto por su influencia —es el republicano más poderoso de Washington en este momento— como por el mensaje implícito que conlleva: cada vez queda más claro que el Partido Republicano está intentando contener daños y que su estrategia se centra ahora, más que en conquistar la Casa Blanca, en no perder las dos cámaras del Congreso.
Muestra del golpe que supone la decisión de Ryan es la airada respuesta de Trump, que le instó a “dedicarle más tiempo a equilibrar el presupuesto, los empleos y la inmigración ilegal” en vez de “perder el tiempo luchando contra el candidato republicano”, según dijo en un tuit.
Ryan comunicó su decisión durante en una conferencia telefónica con congresistas republicanos, según medios estadounidenses que citan a fuentes que escucharon la llamada. El speaker de la cámara baja no revocó formalmente su voto a Trump —algo que de inmediato recordó la campaña demócrata— pero dejó claro que su prioridad ahora es no perder el Congreso.
“Tenéis que hacer lo que sea mejor para vuestro distrito”, dijo Ryan a los congresistas, según reportes coincidentes en los medios estadounidenses. “El speaker va a pasar el resto del mes centrado totalmente en proteger nuestras mayorías en el Congreso”, confirmó después una portavoz de Ryan, AshLee Strong. También el líder de la mayoría republicana en la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, dijo a sus colegas que “respiren hondo y se centren en su propia carrera” electoral, informa Politico.
La relación entre Ryan y Trump nunca fue fácil. El presidente de la Cámara de Representantes se tomó su tiempo antes de anunciar su apoyo al candidato republicano, en junio, y nunca ha ocultado que mantiene profundas “diferencias” con Trump. La primera señal clara de que Ryan se disponía a darle un portazo al magnate llegó este sábado, cuando el speaker canceló un acto conjunto en su Estado, Wisconsin, tras filtrarse la grabación de una conversación altamente sexista de Trump de hace una década. Esta ha provocado la peor crisis en la campaña de Trump, que acumula una avalancha de críticas de los propios republicanos contra el magnate, incluidos llamamientos a que se retire de la carrera presidencial, algo que él ya ha rechazado de plano.
Una hemorragia contenida
La hemorragia de apoyos a Trump podría haber sido mucho más fuerte este lunes de no haberle puesto el propio Partido Republicano un torniquete. El presidente del Comité Nacional Republicano, Reince Priebus, aseguró una conferencia telefónica posterior con los 168 miembros del secretariado de la formación conservadora que esta respalda “completamente” la candidatura de Trump.
“En las últimas 24 a 48 horas ha habido muchos rumores falsos en los que no hemos querido entrar”, dijo Priebus en referencia a las afirmaciones de que el Partido Republicano habría dado la orden de detener la maquinaria de propaganda a favor de Trump y que incluso podría estar buscando cómo deshacerse de su candidato.
“Nada ha cambiado en lo que respecta a nuestro apoyo al nominado”, agregó Priebus, según Politico, que cita a una persona que participó en la llamada.
Silvia Ayuso
Washington, El País
La oleada de desafectos del Partido Republicano con su candidato a ocupar el Despacho Oval no para de crecer. El último ha sido el presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, que ha anunciado este lunes, horas después del segundo debate presidencial, su decisión de dejar de hacer campaña por Donald Trump.
Significativo es que Ryan no ha dicho que vaya a retirar, al menos por el momento, su voto a Trump. No obstante, su distanciamiento supone un duro golpe tanto por su influencia —es el republicano más poderoso de Washington en este momento— como por el mensaje implícito que conlleva: cada vez queda más claro que el Partido Republicano está intentando contener daños y que su estrategia se centra ahora, más que en conquistar la Casa Blanca, en no perder las dos cámaras del Congreso.
Muestra del golpe que supone la decisión de Ryan es la airada respuesta de Trump, que le instó a “dedicarle más tiempo a equilibrar el presupuesto, los empleos y la inmigración ilegal” en vez de “perder el tiempo luchando contra el candidato republicano”, según dijo en un tuit.
Ryan comunicó su decisión durante en una conferencia telefónica con congresistas republicanos, según medios estadounidenses que citan a fuentes que escucharon la llamada. El speaker de la cámara baja no revocó formalmente su voto a Trump —algo que de inmediato recordó la campaña demócrata— pero dejó claro que su prioridad ahora es no perder el Congreso.
“Tenéis que hacer lo que sea mejor para vuestro distrito”, dijo Ryan a los congresistas, según reportes coincidentes en los medios estadounidenses. “El speaker va a pasar el resto del mes centrado totalmente en proteger nuestras mayorías en el Congreso”, confirmó después una portavoz de Ryan, AshLee Strong. También el líder de la mayoría republicana en la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, dijo a sus colegas que “respiren hondo y se centren en su propia carrera” electoral, informa Politico.
La relación entre Ryan y Trump nunca fue fácil. El presidente de la Cámara de Representantes se tomó su tiempo antes de anunciar su apoyo al candidato republicano, en junio, y nunca ha ocultado que mantiene profundas “diferencias” con Trump. La primera señal clara de que Ryan se disponía a darle un portazo al magnate llegó este sábado, cuando el speaker canceló un acto conjunto en su Estado, Wisconsin, tras filtrarse la grabación de una conversación altamente sexista de Trump de hace una década. Esta ha provocado la peor crisis en la campaña de Trump, que acumula una avalancha de críticas de los propios republicanos contra el magnate, incluidos llamamientos a que se retire de la carrera presidencial, algo que él ya ha rechazado de plano.
Una hemorragia contenida
La hemorragia de apoyos a Trump podría haber sido mucho más fuerte este lunes de no haberle puesto el propio Partido Republicano un torniquete. El presidente del Comité Nacional Republicano, Reince Priebus, aseguró una conferencia telefónica posterior con los 168 miembros del secretariado de la formación conservadora que esta respalda “completamente” la candidatura de Trump.
“En las últimas 24 a 48 horas ha habido muchos rumores falsos en los que no hemos querido entrar”, dijo Priebus en referencia a las afirmaciones de que el Partido Republicano habría dado la orden de detener la maquinaria de propaganda a favor de Trump y que incluso podría estar buscando cómo deshacerse de su candidato.
“Nada ha cambiado en lo que respecta a nuestro apoyo al nominado”, agregó Priebus, según Politico, que cita a una persona que participó en la llamada.