FMI advierte a China del incremento de su deduda
La institución considera que el crecimiento impulsado por el crédito es uno de los principales riesgos de la segunda economía mundial
Xavier Fontdeglòria
Shanghai, El País
El Fondo Monetario Internacional (FMI) emitió este viernes la enésima alerta sobre el rápido ascenso de la deuda en China, especialmente la corporativa. La institución financiera ha advertido a la segunda economía mundial de las consecuencias a medio y largo plazo de un crecimiento económico dependiente del crédito que califica de "insostenible" y urge a Pekín a tomar "acciones decisivas" para despejar un horizonte nublado por la falta de concreción en la puesta en marcha de reformas vitales.
En su informe anual sobre el país, el FMI reconoce que las perspectivas de crecimiento de China a corto plazo han mejorado gracias a las políticas de estímulo, tanto en materia fiscal como monetaria, que han aprobado las autoridades. Y aunque los economistas del Fondo reconocen los esfuerzos de Pekín en el avance a la hora de implementar reformas estructurales para alcanzar un crecimiento sostenido, consideran que falta más empeño en áreas claves como la reducción de la deuda o la revisión de las empresas estatales.
"Sin reformas, el crecimiento se mantendrá alto en el corto plazo, pero probablemente se debilitará aún más a medio plazo y aumentarán las probabilidades de una fuerte desaceleración de la economía", reza el documento. China creció un 6,7% en el primer semestre del año, una tasa en línea de lo que se han marcado las autoridades. En su último informe de perspectivas económicas mundiales, el organismo mantuvo las previsiones para el gigante asiático en el 6,2% para el año que viene.
China está inmersa en una transición estructural de su economía basada en tres pilares: aumentar el peso del sector servicios en detrimento de la industria, reducir la importancia de la inversión pública para dar más protagonismo al consumo interno y bajar la dependencia del crecimiento basado en el crédito. El avance en estos tres frentes es, según el FMI, desigual: considera que hay "grandes progresos" en lo primero, un avance "razonable" en lo segundo, pero "muy poco" en lo tercero.
A finales de 2015, la deuda total china se situó en el 254,8% del PIB, según datos del Banco de Pagos Internacionales. Gran parte de esta, un 170,8%, está en manos de las empresas. El FMI asegura que el endeudamiento está aun en un rango "manejable", pero urge a actuar: "animamos a las autoridades a endurecer las restricciones presupuestarias a las compañías estatales, a reestructurar o liquidar empresas endeudadas en exceso y a reconocer las pérdidas y asumirlas entre las partes pertinentes, incluyendo el Gobierno si es necesario".
China ha promovido algunas iniciativas para reducir la cantidad de crédito en los balances de las empresas, como el canje de deuda por acciones, pero sus resultados han sido limitados. El problema se concentra especialmente en las compañías estatales, que según el FMI algutinan el 55% de la deuda corporativa y aportan un 22% de la actividad económica.
El organismo aboga por que China ponga en práctica políticas macroeconómicas dirigidas a reducir estas vulnerabilidades, aunque esto se traduzca en un menor crecimiento económico a corto plazo. De abordar estas reformas de forma inmediata, el aumento del PIB chino caería a una tasa de entre el 5,5% y el 6% para aumentar después a un ritmo aproximado del 6,5%. Pero las autoridades no han dado señales de querer sacrificar el presente en aras de un mejor futuro e insisten en la necesidad de alcanzar un crecimiento de como mínimo el 6,5% cada año hasta 2020, según establece el último plan quinquenal.
Xavier Fontdeglòria
Shanghai, El País
El Fondo Monetario Internacional (FMI) emitió este viernes la enésima alerta sobre el rápido ascenso de la deuda en China, especialmente la corporativa. La institución financiera ha advertido a la segunda economía mundial de las consecuencias a medio y largo plazo de un crecimiento económico dependiente del crédito que califica de "insostenible" y urge a Pekín a tomar "acciones decisivas" para despejar un horizonte nublado por la falta de concreción en la puesta en marcha de reformas vitales.
En su informe anual sobre el país, el FMI reconoce que las perspectivas de crecimiento de China a corto plazo han mejorado gracias a las políticas de estímulo, tanto en materia fiscal como monetaria, que han aprobado las autoridades. Y aunque los economistas del Fondo reconocen los esfuerzos de Pekín en el avance a la hora de implementar reformas estructurales para alcanzar un crecimiento sostenido, consideran que falta más empeño en áreas claves como la reducción de la deuda o la revisión de las empresas estatales.
"Sin reformas, el crecimiento se mantendrá alto en el corto plazo, pero probablemente se debilitará aún más a medio plazo y aumentarán las probabilidades de una fuerte desaceleración de la economía", reza el documento. China creció un 6,7% en el primer semestre del año, una tasa en línea de lo que se han marcado las autoridades. En su último informe de perspectivas económicas mundiales, el organismo mantuvo las previsiones para el gigante asiático en el 6,2% para el año que viene.
China está inmersa en una transición estructural de su economía basada en tres pilares: aumentar el peso del sector servicios en detrimento de la industria, reducir la importancia de la inversión pública para dar más protagonismo al consumo interno y bajar la dependencia del crecimiento basado en el crédito. El avance en estos tres frentes es, según el FMI, desigual: considera que hay "grandes progresos" en lo primero, un avance "razonable" en lo segundo, pero "muy poco" en lo tercero.
A finales de 2015, la deuda total china se situó en el 254,8% del PIB, según datos del Banco de Pagos Internacionales. Gran parte de esta, un 170,8%, está en manos de las empresas. El FMI asegura que el endeudamiento está aun en un rango "manejable", pero urge a actuar: "animamos a las autoridades a endurecer las restricciones presupuestarias a las compañías estatales, a reestructurar o liquidar empresas endeudadas en exceso y a reconocer las pérdidas y asumirlas entre las partes pertinentes, incluyendo el Gobierno si es necesario".
China ha promovido algunas iniciativas para reducir la cantidad de crédito en los balances de las empresas, como el canje de deuda por acciones, pero sus resultados han sido limitados. El problema se concentra especialmente en las compañías estatales, que según el FMI algutinan el 55% de la deuda corporativa y aportan un 22% de la actividad económica.
El organismo aboga por que China ponga en práctica políticas macroeconómicas dirigidas a reducir estas vulnerabilidades, aunque esto se traduzca en un menor crecimiento económico a corto plazo. De abordar estas reformas de forma inmediata, el aumento del PIB chino caería a una tasa de entre el 5,5% y el 6% para aumentar después a un ritmo aproximado del 6,5%. Pero las autoridades no han dado señales de querer sacrificar el presente en aras de un mejor futuro e insisten en la necesidad de alcanzar un crecimiento de como mínimo el 6,5% cada año hasta 2020, según establece el último plan quinquenal.