Estados Unidos bombardea posiciones del Estado Islámico en Libia
El ataque en Sirte fue solicitado por el Gobierno libio. Washington dice que no será el último
Silvia Ayuso
Washington, El País
Estados Unidos realizó por primera vez este lunes ataques aéreos contra posiciones del autodenominado Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés) en su bastión libio de Sirte. Los bombardeos, que tuvieron como objetivos al menos un tanque y otros dos vehículos del ISIS, fueron ejecutados a petición expresa del Gobierno de unidad libio y contaron con la aprobación del presidente Barack Obama. Esta operación supone un paso más en la presión militar norteamericana en apoyo a fuerzas locales que combaten al ISIS en Irak, Siria y, ahora, Libia.
“A petición del Gobierno libio de acuerdo nacional, las fuerzas armadas estadounidenses realizaron hoy ataques aéreos de precisión contra objetivos del ISIS en Sirte”, anunció el portavoz del Departamento de Defensa, Peter Cook. El bombardeo tenía como objetivo apoyar a las fuerzas armadas libias que intentan derrotar al ISIS en su “principal bastión en Libia”.
Los ataques “fueron autorizados por el presidente” Obama en los “pasados días” siguiendo la recomendación del secretario de Defensa, Ash Carter, y del jefe del Estado Mayor Conjunto, general Joseph Dunford, agregó el portavoz. En enero, Dunford ya había anunciado la intención de EE UU de realizar una “acción militar decisiva” contra el Estado Islámico en Siria, para lo cual fuerzas especiales norteamericanas y británicas han estado realizando misiones clandestinas de reconocimiento sobre el terreno, recordó The New York Times.
El último ataque aéreo estadounidense en territorio libio conocido fue el perpetrado en febrero contra un campamento de entrenamiento del ISIS en la occidental de Sabratha. Pero los bombardeos iniciados ahora suponen un salto cualitativo en la lucha contra el Estado Islámico en este país, en tanto que han sido coordinados entre Trípoli y Washington. De hecho, las autoridades libias proporcionaron la lista de objetivos para este primer ataque “de precisión”, aseguraron las dos partes. Entre los alcanzados este lunes figuran al menos un tanque y dos vehículos del ISIS que “suponían una amenaza específica contra fuerzas locales sobre el terreno que están tratando de recuperar un barrio específico en Sirte”, explicó Cook en rueda de prensa en el Pentágono.
El portavoz aseguró que EE UU “continuará realizando ataques aéreos adicionales” contra posiciones del ISIS en Sirte que faciliten un “avance decisivo, estratégico de las fuerzas gubernamentales” en esta ciudad clave para el combate del Estado Islámico en Libia. Esto forma parte de la estrategia de Washington de “combatir al ISIS con aliados locales motivados y capaces”, según el Pentágono.
La campaña militar no tiene por ahora una fecha de caducidad concreta y se limita a un apoyo aéreo. Aunque en los últimos meses se han enviado “exitosas” misiones militares de reconocimiento a Libia que han permitido “hacerse con una imagen” de la situación, EE UU descarta por el momento implicarse militarmente sobre el terreno en la lucha contra ISIS. “No hay un papel específico para las fuerzas estadounidenses como parte de esta operación específica” en Sirte, insistió Cook, que sin embargo no cerró la puerta a futuras colaboraciones locales. Por el momento tampoco se prevé el envío de armamento militar para equipar a las tropas leales al gobierno libio, agregó.
Las fuerzas libias lanzaron en mayo una operación para recuperar Sirte. La ciudad natal del fallecido dictador Muamar el Gadafi, situada a 450 kilómetros al este de Trípoli, es el principal bastión del ISIS en Libia. Los extremistas controlan esta ciudad desde junio de 2015.
El primer ministro libio, Faiez Serraj, anunció en la televisión nacional que el ataque del lunes provocó “fuertes pérdidas” a los yihadistas, extremo no confirmado por Washington. Según la agencia Reuters, en la batalla por Sirte han muerto ya unos 280 combatientes gubernamentales y han resultado heridos más de 1.500. Hace unos meses, EE UU calculaba que en Libia combatían hasta 6.000 yihadistas, pero el Pentágono aseguró este lunes que el ISIS ha visto mermadas sus fuerzas locales y que actualmente rondan el millar los combatientes extremistas en Sirte, principal localización de los afectos al Estado Islámico.
Estados Unidos ha ido aumentando la presión contra el ISIS en Irak y Siria, principales bastiones del grupo extremista en la región. La caída de Sirte supondría un golpe más al cada vez más acorralado Estado Islámico, que en las últimas semanas se ha adjudicado varios ataques terroristas en Europa, especialmente en Alemania y Francia.
Silvia Ayuso
Washington, El País
Estados Unidos realizó por primera vez este lunes ataques aéreos contra posiciones del autodenominado Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés) en su bastión libio de Sirte. Los bombardeos, que tuvieron como objetivos al menos un tanque y otros dos vehículos del ISIS, fueron ejecutados a petición expresa del Gobierno de unidad libio y contaron con la aprobación del presidente Barack Obama. Esta operación supone un paso más en la presión militar norteamericana en apoyo a fuerzas locales que combaten al ISIS en Irak, Siria y, ahora, Libia.
“A petición del Gobierno libio de acuerdo nacional, las fuerzas armadas estadounidenses realizaron hoy ataques aéreos de precisión contra objetivos del ISIS en Sirte”, anunció el portavoz del Departamento de Defensa, Peter Cook. El bombardeo tenía como objetivo apoyar a las fuerzas armadas libias que intentan derrotar al ISIS en su “principal bastión en Libia”.
Los ataques “fueron autorizados por el presidente” Obama en los “pasados días” siguiendo la recomendación del secretario de Defensa, Ash Carter, y del jefe del Estado Mayor Conjunto, general Joseph Dunford, agregó el portavoz. En enero, Dunford ya había anunciado la intención de EE UU de realizar una “acción militar decisiva” contra el Estado Islámico en Siria, para lo cual fuerzas especiales norteamericanas y británicas han estado realizando misiones clandestinas de reconocimiento sobre el terreno, recordó The New York Times.
El último ataque aéreo estadounidense en territorio libio conocido fue el perpetrado en febrero contra un campamento de entrenamiento del ISIS en la occidental de Sabratha. Pero los bombardeos iniciados ahora suponen un salto cualitativo en la lucha contra el Estado Islámico en este país, en tanto que han sido coordinados entre Trípoli y Washington. De hecho, las autoridades libias proporcionaron la lista de objetivos para este primer ataque “de precisión”, aseguraron las dos partes. Entre los alcanzados este lunes figuran al menos un tanque y dos vehículos del ISIS que “suponían una amenaza específica contra fuerzas locales sobre el terreno que están tratando de recuperar un barrio específico en Sirte”, explicó Cook en rueda de prensa en el Pentágono.
El portavoz aseguró que EE UU “continuará realizando ataques aéreos adicionales” contra posiciones del ISIS en Sirte que faciliten un “avance decisivo, estratégico de las fuerzas gubernamentales” en esta ciudad clave para el combate del Estado Islámico en Libia. Esto forma parte de la estrategia de Washington de “combatir al ISIS con aliados locales motivados y capaces”, según el Pentágono.
La campaña militar no tiene por ahora una fecha de caducidad concreta y se limita a un apoyo aéreo. Aunque en los últimos meses se han enviado “exitosas” misiones militares de reconocimiento a Libia que han permitido “hacerse con una imagen” de la situación, EE UU descarta por el momento implicarse militarmente sobre el terreno en la lucha contra ISIS. “No hay un papel específico para las fuerzas estadounidenses como parte de esta operación específica” en Sirte, insistió Cook, que sin embargo no cerró la puerta a futuras colaboraciones locales. Por el momento tampoco se prevé el envío de armamento militar para equipar a las tropas leales al gobierno libio, agregó.
Las fuerzas libias lanzaron en mayo una operación para recuperar Sirte. La ciudad natal del fallecido dictador Muamar el Gadafi, situada a 450 kilómetros al este de Trípoli, es el principal bastión del ISIS en Libia. Los extremistas controlan esta ciudad desde junio de 2015.
El primer ministro libio, Faiez Serraj, anunció en la televisión nacional que el ataque del lunes provocó “fuertes pérdidas” a los yihadistas, extremo no confirmado por Washington. Según la agencia Reuters, en la batalla por Sirte han muerto ya unos 280 combatientes gubernamentales y han resultado heridos más de 1.500. Hace unos meses, EE UU calculaba que en Libia combatían hasta 6.000 yihadistas, pero el Pentágono aseguró este lunes que el ISIS ha visto mermadas sus fuerzas locales y que actualmente rondan el millar los combatientes extremistas en Sirte, principal localización de los afectos al Estado Islámico.
Estados Unidos ha ido aumentando la presión contra el ISIS en Irak y Siria, principales bastiones del grupo extremista en la región. La caída de Sirte supondría un golpe más al cada vez más acorralado Estado Islámico, que en las últimas semanas se ha adjudicado varios ataques terroristas en Europa, especialmente en Alemania y Francia.