Erdogan acusa a Occidente de apoyar a los golpistas turcos
El presidente de Turquía reclama a Washington que, pese a ser su aliado, no extradite a Gülen
Marga Zambrana
Estambul, El País
En su más incendiaria reacción desde el fallido golpe de Estado del 15 de julio, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ha acusado este martes a Occidente de “apoyar al terrorismo y a los golpistas”. El mandatario turco cargó explícitamente, con diferentes argumentos, contra países como Estados Unidos, Alemania o Italia. La escalada retórica de Erdogan lleva a un nivel de máxima tensión una relación con un alto contenido estratégico. Turquía, miembro de la OTAN y actor clave en el conflicto sirio, es la pieza fundamental en la estrategia europea de contención del flujo migratorio.
En un discurso pronunciado en el palacio presidencial de Ankara, Erdogan sostuvo que “el golpe tuvo actores turcos, pero su guion fue escrito en el exterior”.“En el pasado”, dijo el presidente, “dejasteis a los líderes de la organización terrorista PKK [Partido de los Trabajadores del Kurdistán] hablar a través de una videoconferencia en Alemania. Ahora yo pregunto: ¿está Occidente apoyando el terrorismo aquí o no? ¿Está Occidente del lado de la democracia o de los golpes y el terrorismo? Desgraciadamente, Occidente está apoyando el terrorismo y apoyando a los golpistas”, señaló Erdogan durante un acto con inversores extranjeros televisado por las cadenas locales.
El mandatario cargó contra Estados Unidos por no extraditar al clérigo Fetulá Gülen, autoexiliado en Pensilvania desde 1999, a quien considera instigador de la intentona. “¿Qué clase de socios estratégicos somos si todavía acogéis a alguien cuya extradición he pedido?”, dijo Erdogan, quien también atacó a Italia por las investigaciones de la justicia sobre las actividades de su hijo mayor, Bilal.
Entre los países occidentales acusados de apoyar el terrorismo y el golpe, Erdogan se cebó especialmente con Alemania, al haber prohibido sus autoridades que el mandatario se dirigiera a través de videoconferencia el pasado fin de semana a decenas de miles de turcos que salieron a la calle en Colonia en apoyo al presidente.
“¡Bravo! ¡Los tribunales en Alemania trabajan muy deprisa!”, señaló Erdogan con clara ironía al comparar esta prohibición con la videoconferencia que el líder del PKK Murat Karay protagonizó en 2011 en un festival kurdo en Colonia. El PKK está considerado un grupo terrorista por la UE, EE UU y Turquía.
Erdogan añadió que ha entregado a Alemania una lista de 4.000 militantes en busca y captura y que no ha obtenido respuesta hasta ahora.
La tensión amenaza con afectar el pacto migratorio entre UE y Turquía. En una entrevista el lunes con el diario alemán Frankfurter Allgemeine Zeitung, el ministro turco de Exteriores, Mevlut Cavusoglu, señaló que si Europa no concede la exención de visado a los ciudadanos turcos para viajar a Europa, Ankara no garantizará la aplicación del acuerdo por el cual retiene en su territorio a casi tres millones de refugiados, en su mayoría sirios, ni aceptará la deportación de todos aquellos que hayan llegado a Grecia.
El propio Erdogan señaló: “Europa no ha mantenido sus promesas. Cuando decimos esto en voz alta, los señores [de la UE] se ponen nerviosos. Pero disculpen, este no es un país de esclavos”.
La purga continúa
Mientras tanto, las autoridades turcas prosiguen la gran purga emprendida tras la asonada y que ya afecta a más de 65.000 personas entre destituidos y detenidos. Este martes se añadieron otras 98 órdenes de arresto entre el personal del Hospital Militar de Ankara. Según el diario Hürriyet, el Gobierno tiene planeado un cambio drástico en la agencia de inteligencia, el MIT, tras su fracaso en prever el golpe, y será dividido en servicios internos y exteriores siguiendo el modelo británico. El Hürriyet añade, citando fuentes gubernamentales, que el fallido golpe podría costar 100.000 millones de dólares a la economía turca, ya bastante dañada por una caída del turismo del 40% en junio tras un año de ataques terroristas e inestabilidad.
Las destituciones para limpiar a todas las instituciones de Turquía de supuestos infiltrados han llegado este martes hasta el fútbol. La Federación Turca de Fútbol (TFF) ha anunciado el despido de 94 funcionarios, incluyendo árbitros nacionales y regionales, árbitros asistentes, observadores y miembros del comité regional de arbitraje.
Según el diario Hurriyet, está incluido un funcionario de la máxima categoría futbolística del país. Todos los funcionarios del TFF habían renunciado el fin de semana para "permitir una inspección de seguridad" que comprobara si había vínculos de sus miembros con Fetulá Gülen, señalado como autor intelectual del fallido golpe.
Marga Zambrana
Estambul, El País
En su más incendiaria reacción desde el fallido golpe de Estado del 15 de julio, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ha acusado este martes a Occidente de “apoyar al terrorismo y a los golpistas”. El mandatario turco cargó explícitamente, con diferentes argumentos, contra países como Estados Unidos, Alemania o Italia. La escalada retórica de Erdogan lleva a un nivel de máxima tensión una relación con un alto contenido estratégico. Turquía, miembro de la OTAN y actor clave en el conflicto sirio, es la pieza fundamental en la estrategia europea de contención del flujo migratorio.
En un discurso pronunciado en el palacio presidencial de Ankara, Erdogan sostuvo que “el golpe tuvo actores turcos, pero su guion fue escrito en el exterior”.“En el pasado”, dijo el presidente, “dejasteis a los líderes de la organización terrorista PKK [Partido de los Trabajadores del Kurdistán] hablar a través de una videoconferencia en Alemania. Ahora yo pregunto: ¿está Occidente apoyando el terrorismo aquí o no? ¿Está Occidente del lado de la democracia o de los golpes y el terrorismo? Desgraciadamente, Occidente está apoyando el terrorismo y apoyando a los golpistas”, señaló Erdogan durante un acto con inversores extranjeros televisado por las cadenas locales.
El mandatario cargó contra Estados Unidos por no extraditar al clérigo Fetulá Gülen, autoexiliado en Pensilvania desde 1999, a quien considera instigador de la intentona. “¿Qué clase de socios estratégicos somos si todavía acogéis a alguien cuya extradición he pedido?”, dijo Erdogan, quien también atacó a Italia por las investigaciones de la justicia sobre las actividades de su hijo mayor, Bilal.
Entre los países occidentales acusados de apoyar el terrorismo y el golpe, Erdogan se cebó especialmente con Alemania, al haber prohibido sus autoridades que el mandatario se dirigiera a través de videoconferencia el pasado fin de semana a decenas de miles de turcos que salieron a la calle en Colonia en apoyo al presidente.
“¡Bravo! ¡Los tribunales en Alemania trabajan muy deprisa!”, señaló Erdogan con clara ironía al comparar esta prohibición con la videoconferencia que el líder del PKK Murat Karay protagonizó en 2011 en un festival kurdo en Colonia. El PKK está considerado un grupo terrorista por la UE, EE UU y Turquía.
Erdogan añadió que ha entregado a Alemania una lista de 4.000 militantes en busca y captura y que no ha obtenido respuesta hasta ahora.
La tensión amenaza con afectar el pacto migratorio entre UE y Turquía. En una entrevista el lunes con el diario alemán Frankfurter Allgemeine Zeitung, el ministro turco de Exteriores, Mevlut Cavusoglu, señaló que si Europa no concede la exención de visado a los ciudadanos turcos para viajar a Europa, Ankara no garantizará la aplicación del acuerdo por el cual retiene en su territorio a casi tres millones de refugiados, en su mayoría sirios, ni aceptará la deportación de todos aquellos que hayan llegado a Grecia.
El propio Erdogan señaló: “Europa no ha mantenido sus promesas. Cuando decimos esto en voz alta, los señores [de la UE] se ponen nerviosos. Pero disculpen, este no es un país de esclavos”.
La purga continúa
Mientras tanto, las autoridades turcas prosiguen la gran purga emprendida tras la asonada y que ya afecta a más de 65.000 personas entre destituidos y detenidos. Este martes se añadieron otras 98 órdenes de arresto entre el personal del Hospital Militar de Ankara. Según el diario Hürriyet, el Gobierno tiene planeado un cambio drástico en la agencia de inteligencia, el MIT, tras su fracaso en prever el golpe, y será dividido en servicios internos y exteriores siguiendo el modelo británico. El Hürriyet añade, citando fuentes gubernamentales, que el fallido golpe podría costar 100.000 millones de dólares a la economía turca, ya bastante dañada por una caída del turismo del 40% en junio tras un año de ataques terroristas e inestabilidad.
Las destituciones para limpiar a todas las instituciones de Turquía de supuestos infiltrados han llegado este martes hasta el fútbol. La Federación Turca de Fútbol (TFF) ha anunciado el despido de 94 funcionarios, incluyendo árbitros nacionales y regionales, árbitros asistentes, observadores y miembros del comité regional de arbitraje.
Según el diario Hurriyet, está incluido un funcionario de la máxima categoría futbolística del país. Todos los funcionarios del TFF habían renunciado el fin de semana para "permitir una inspección de seguridad" que comprobara si había vínculos de sus miembros con Fetulá Gülen, señalado como autor intelectual del fallido golpe.