Sanderistas: traicionar su revolución o jugársela con Donald Trump

Solo el rechazo al candidato republicano concilia posturas entre partidarios y Clinton y partidarios de Bernie Sanders en la convención

Silvia Ayuso
Filadelfia, El País
Los hay clintonistas acérrimos y sanderistas pata negra; los hay que abuchearon a la candidata y quienes la votarán el noviembre con la alegría de quien cree que está cambiando y mejorando la historia. Los delegados reunidos en Filadelfia esta semana concentran todas las dudas del votante progresista estadounidense en 2016.


“Estas son las elecciones más importantes de nuestra vida”

La imagen de Bernard Jennings cargando por toda la convención demócrata a su hijo de un año, Ethan, era tan cariñosa que hasta Hillary Clinton la tuiteó con un mensaje de esperanza. Algo que encantó a este jamaicano-americano, delegado por Clinton de Miami. “Estamos aquí porque esta es una elección crucial, la más importante de nuestra vida. El rival de Clinton ha prometido revertir por orden ejecutiva 50 años de avances”, advirtió mientras acunaba a su hijo Ethan, un “medio hispano”, porque su madre es argentina-nicaragüense, explicó orgulloso Jennings. Aunque el bebé estaba cansado tras un largo día de idas y venidas, su padre seguía llevándolo de un lado para otro. “Tiene que ver la democracia en pleno”, justificó Jennings. Además, calculó, “en 2042 podrá presentarse él a la presidencia”.

“Soy Hillary y estoy con Sanders”, decía Hillary Keyes, delegada por Florida del senador de Vermont. La tocaya de la candidata demócrata aseguraba que los abucheos escuchados durante la convención no eran “contra Hillary”, sino por las cosas que creían “justas”, ya que critica que el programa aprobado finalmente por los demócratas no frene el tratado de comercio con el Pacífico (TPP) ni el fracking (extracción de gas por fractura hidráulica, una técnica muy controvertida). “Quizá en noviembre me tape la nariz y la vote porque no quiero a Trump de presidente”, decía, pero advertía: “Espero que en el futuro enseguida haya otra opción, después de los demócratas vendrán los berniócratas”.

Stephanie Goslen, delegada por Sanders de Louisburg, Carolina del Norte, también trabajó duro para conseguir que el senador de Vermont se convirtiera en el candidato demócrata. No pudo ser, pero el esfuerzo valió la pena, afirmó. “Creo que Bernie Sanders hizo mucho para que Hillary Clinton sea una mejor candidata. Ha hecho que Hillary se mueva mucho a la izquierda”. Pero ahora toca votar por la exsecretaria de Estado, afirmó. Cualquier cosa con tal de frenar al republicano Donald Trump. “Estoy 100% de acuerdo en que ahora hay que votar por Clinton, porque la alternativa es impensable, no solo por nosotros, en este país, sino para todo el mundo. Ese tipo podría tener el dedo sobre el botón que destruya el mundo”, advirtió. Por eso, dijo tener claro lo que debe suceder en los próximos días de convención en Filadelfia y hasta la cita en las urnas en noviembre: “Lo que tiene que pasar ahora es que todo el Partido Demócrata se fusione y se presente unido tras Hillary Clinton”.

Ben Carpenter, ataviado con un gorro de Robin Hood, participaba en la convención como delegado de Bernie Sanders por Wisconsin. “Aún no he decidido si voy a votar por Hillary Clinton, quizá lo que ocurra con el Supremo, si se nombra a un juez conservador, me haga estar en la línea del partido”, decía este treintañero. Los veredictos del Alto Tribunal tienen en Estados Unidos un peso capital en el éxito o fracaso de muchas políticas, como la reforma migratoria o el matrimonio gay. Se confesaba frustrado con el sistema, enfadado con el establishment, pero admitía también que “Trump puede ser muy malo” para el país.

Anthony Downer estaba muy emocionado por la oportunidad de estar en la arena de la convención demócrata justo cuando hablaba uno de sus ídolos, el senador afroamericano Cory Booker. Este joven negro de 21 años oriundo de Georgia estudia Ciencias Políticas en Chicago y dice que son políticos como Booker o el propio Barack Obama los que le han “inspirado” para intentar algún día entrar en política. “Alguien que se parece a mí y que representa mis intereses es realmente inspirador”, suspiraba admirado. Mientras construye sus propios proyectos políticos, Downer dijo tener claro a quién votará en las próximas presidenciales: “Voy a votar por Hillary, aunque soy minoría entre mis amigos”.

Las de 2016 son las primeras elecciones en las que Terrell King, un neoyorquino afroamericano de 18 años, puede votar. Será a Clinton. “Creo que es ella la que pueden hacer que cambien las cosas”, explicaba. Lamentaba los abucheos por parte los de los seguidores de Bernie Sanders, que se han hecho notar en el primer día de convención demócrata. “Es algo muy infantil”, zanjaba el joven que este verano empieza sus estudios universitarios.

Paul Sasso, delegado por Bernie Sanders de San Diego, California, es de esos participantes en la convención demócrata que están convencidos de que el senador por Vermont puede convertirse aún en el candidato a la Casa Blanca que salga de Filadelfia. Y no piensa tirar la toalla, aseguró este arquitecto tan fan del senador de Vermont que hasta cubrió el coche eléctrico Tesla con el que ha atravesado el país con el logo de Sanders. “Estoy aquí para luchar por él hasta el final”, prometió. No importa que el propio Sanders pidiera la noche del lunes el voto para su antigua rival. Para Sasso, “es muy posible que Clinton coloque a Trump en la Casa Blanca”. Todavía no sabe a quién votará el 8 de noviembre. Pero sí a quién no apoyará. “Estoy seguro de que jamás votaré a Trump, pero no estoy seguro de que apoyaré a Hillary. No lo he decidido aún”.

Entradas populares