Rusia no será excluida de los Juegos Olímpicos de Río 2016
Alejandro Delmás
As
La Comisión Ejecutiva de Lausana en la que el Comité Olímpico Internacional (COI) no excluyó a Rusia de los Juegos Olímpicos podría presentarse como el duelo entre Thomas Bach y Alexander Zhukov: presidentes respectivos del Comité Olímpico Internacional (COI) y del Comité Olímpico Ruso (ROC)... y sendos grandes maestros de dos deportes tan analíticos como la esgrima y el ajedrez.
De entrada, y por teleconferencia, el ajedrecista Zhukov abrió la defensa de Rusia, garantizando la “completa cooperación y reestructuración del sistema antidopaje en Rusia”. “Todos nuestros atletas elegidos para los Juegos de Río han sido controlados por agencias y laboratorios extranjeros en los últimos seis meses, con más de 3.000 muestras y una inmensa mayoría de resultados negativos. Nadie ha podido culpar de nada al ROC”. Ahí, Zhukov dejó la escena. O el tablero.
Y a continuación, Bach (a quien une una buena relación de amistad con el oligarca ruso Vladimir Putin desde los Juegos invernales de Sochi), expuso sus argumentos a la Ejecutiva. El noveno presidente del COI insistió en “equilibrar la responsabilidad colectiva como concepto y la justicia individual que se le debe a cada deportista y a cada ser humano". ¿Podría hablarse del sentido monacal que cada alemán lleva en su vida?
Al fin, tras las negociaciones externas y el fuerte debate interno, Bach impuso lo que sería una solución transaccional, marcada por una urgencia absoluta: la inauguración de los Juegos de Río queda a semana y media... cuando Australia declara ‘inhabitable’ la Villa Olímpica. El COI establece unos “criterios estrictos de calificación”, a cumplir por cada uno de los 320 deportistas rusos seleccionados para los Juegos.
Siguiendo (pero sin vetos) la línea de la Federación Internacional de Atletismo (IAAF), ya respaldada por el Tribunal de Arbitraje (TAS), el COI le da la vuelta (‘reversión’) a la presunción de inocencia en lo que a los rusos toca. Pero el esgrimista Bach hizo valer su plan o idea de base. “La justicia requiere que cada individuo debe tener su oportunidad para refutar las acusaciones y esta reversión de la presunción de inocencia”, opina Bach. También cabría decir ‘inversión’, parece.
Así, y sin veto al Comité Olímpico Ruso, la Ejecutiva del COI y de Bach desvía a 27 federaciones internacionales la tarea de supervisar, caso por caso, la suerte de los 320 atletas rusos elegidos para Río. Una Comisión especial (ICAS) dictará sentencia, sellada por un juez o experto del propio TAS. ¿Fin de la partida? No quedará ahí.
As
La Comisión Ejecutiva de Lausana en la que el Comité Olímpico Internacional (COI) no excluyó a Rusia de los Juegos Olímpicos podría presentarse como el duelo entre Thomas Bach y Alexander Zhukov: presidentes respectivos del Comité Olímpico Internacional (COI) y del Comité Olímpico Ruso (ROC)... y sendos grandes maestros de dos deportes tan analíticos como la esgrima y el ajedrez.
De entrada, y por teleconferencia, el ajedrecista Zhukov abrió la defensa de Rusia, garantizando la “completa cooperación y reestructuración del sistema antidopaje en Rusia”. “Todos nuestros atletas elegidos para los Juegos de Río han sido controlados por agencias y laboratorios extranjeros en los últimos seis meses, con más de 3.000 muestras y una inmensa mayoría de resultados negativos. Nadie ha podido culpar de nada al ROC”. Ahí, Zhukov dejó la escena. O el tablero.
Y a continuación, Bach (a quien une una buena relación de amistad con el oligarca ruso Vladimir Putin desde los Juegos invernales de Sochi), expuso sus argumentos a la Ejecutiva. El noveno presidente del COI insistió en “equilibrar la responsabilidad colectiva como concepto y la justicia individual que se le debe a cada deportista y a cada ser humano". ¿Podría hablarse del sentido monacal que cada alemán lleva en su vida?
Al fin, tras las negociaciones externas y el fuerte debate interno, Bach impuso lo que sería una solución transaccional, marcada por una urgencia absoluta: la inauguración de los Juegos de Río queda a semana y media... cuando Australia declara ‘inhabitable’ la Villa Olímpica. El COI establece unos “criterios estrictos de calificación”, a cumplir por cada uno de los 320 deportistas rusos seleccionados para los Juegos.
Siguiendo (pero sin vetos) la línea de la Federación Internacional de Atletismo (IAAF), ya respaldada por el Tribunal de Arbitraje (TAS), el COI le da la vuelta (‘reversión’) a la presunción de inocencia en lo que a los rusos toca. Pero el esgrimista Bach hizo valer su plan o idea de base. “La justicia requiere que cada individuo debe tener su oportunidad para refutar las acusaciones y esta reversión de la presunción de inocencia”, opina Bach. También cabría decir ‘inversión’, parece.
Así, y sin veto al Comité Olímpico Ruso, la Ejecutiva del COI y de Bach desvía a 27 federaciones internacionales la tarea de supervisar, caso por caso, la suerte de los 320 atletas rusos elegidos para Río. Una Comisión especial (ICAS) dictará sentencia, sellada por un juez o experto del propio TAS. ¿Fin de la partida? No quedará ahí.