Obama: “Restablecer relaciones con Cuba ha tenido un efecto transformador”
El presidente de EE UU reivindica los beneficios para los cubanos de su acercamiento a La Habana
M. BASSETS
Varsovia, El País
Barack Obama reivindica una de sus apuestas más trascendentales en política exterior, el proceso de deshielo con Cuba, subrayando la ineficacia del modelo de confrontación de sus predecesores. "Nuestra decisión de poner fin a medio siglo de políticas fallidas de Estados Unidos, restablecer las relaciones diplomáticas con Cuba e iniciar una nueva era de diálogo con el pueblo cubano ha tenido ya un efecto transformador", afirma en su entrevista con EL PAÍS.
El presidente de Estados Unidos defiende su enfoque de respeto diplomático y contacto económico y cultural como medio para alentar el progreso y las condiciones de vida en la isla. "Lo más importante es que unos lazos más estrechos entre los dos países, más relaciones comerciales y más viajes de estadounidenses a Cuba en intercambios educativos y culturales significarán más oportunidades económicas para los cubanos. Cuba no va a cambiar de la noche a la mañana, pero, como vi durante mi visita a La Habana, los cubanos tienen nuevas esperanzas para el futuro, y estamos decididos a colaborar con ellos para crear más oportunidades y más prosperidad en toda la isla".
Entre los empeños bilaterales en desarrollo destaca "nuestra cooperación para prevenir la propagación de enfermedades, proteger las aguas del Caribe y perseguir a los narcotraficantes", y reconoce la importancia de Cuba como anfitrión de los diálogos de paz entre Colombia y la guerrilla de las FARC: "El gobierno cubano acogió en La Habana las negociaciones, a las que se unió Estados Unidos –algo que habría sido impensable hace unos años–, y hoy Colombia está a punto de lograr una paz histórica".
Un año y medio después del reinicio de las relaciones diplomáticas con Cuba, Obama destaca la influencia que ha tenido ese giro histórico en la reconfiguración de la imagen de Estados Unidos en Latinoamérica. "Me gustaría señalar que nuestra nueva estrategia respecto a Cuba ha eliminado un escollo en nuestras relaciones con otros países de la región. Los gobiernos de toda América han recibido con entusiasmo nuestro cambio de política. Hoy, Estados Unidos está mucho más involucrado en la región de lo que estaba desde hace muchas décadas, y la relación con nuestros vecinos es mejor que nunca".
Tratando de dejar atrás el recuerdo del intervencionismo de Washington en el continente americano, el presidente demócrata apuesta por pasar página y recalca su visión de compenetración hemisférica: "En lugar de quedarnos estancados en los conflictos del pasado, miramos al futuro", y destaca el papel trasatlántico de España en este proceso: "Forma parte de este nuevo momento tan prometedor en América Latina, y le agradecemos que sea un socio sólido, dispuesto a trabajar con nosotros por la seguridad, la prosperidad y la dignidad que los latinoamericanos merecen".
En ese marco de reconciliación americana, Venezuela es el elemento más espinoso para la Casa Blanca, como indica la prudente referencia de Obama a este punto con respecto a su encuentro con el mandatario cubano y aliado de Caracas Raúl Castro: "Aunque no hablé mucho sobre Venezuela con el presidente Castro cuando estuve en la isla, todos los países de la región están interesados en que los venezolanos resuelvan sus problemas económicos".
M. BASSETS
Varsovia, El País
Barack Obama reivindica una de sus apuestas más trascendentales en política exterior, el proceso de deshielo con Cuba, subrayando la ineficacia del modelo de confrontación de sus predecesores. "Nuestra decisión de poner fin a medio siglo de políticas fallidas de Estados Unidos, restablecer las relaciones diplomáticas con Cuba e iniciar una nueva era de diálogo con el pueblo cubano ha tenido ya un efecto transformador", afirma en su entrevista con EL PAÍS.
El presidente de Estados Unidos defiende su enfoque de respeto diplomático y contacto económico y cultural como medio para alentar el progreso y las condiciones de vida en la isla. "Lo más importante es que unos lazos más estrechos entre los dos países, más relaciones comerciales y más viajes de estadounidenses a Cuba en intercambios educativos y culturales significarán más oportunidades económicas para los cubanos. Cuba no va a cambiar de la noche a la mañana, pero, como vi durante mi visita a La Habana, los cubanos tienen nuevas esperanzas para el futuro, y estamos decididos a colaborar con ellos para crear más oportunidades y más prosperidad en toda la isla".
Entre los empeños bilaterales en desarrollo destaca "nuestra cooperación para prevenir la propagación de enfermedades, proteger las aguas del Caribe y perseguir a los narcotraficantes", y reconoce la importancia de Cuba como anfitrión de los diálogos de paz entre Colombia y la guerrilla de las FARC: "El gobierno cubano acogió en La Habana las negociaciones, a las que se unió Estados Unidos –algo que habría sido impensable hace unos años–, y hoy Colombia está a punto de lograr una paz histórica".
Un año y medio después del reinicio de las relaciones diplomáticas con Cuba, Obama destaca la influencia que ha tenido ese giro histórico en la reconfiguración de la imagen de Estados Unidos en Latinoamérica. "Me gustaría señalar que nuestra nueva estrategia respecto a Cuba ha eliminado un escollo en nuestras relaciones con otros países de la región. Los gobiernos de toda América han recibido con entusiasmo nuestro cambio de política. Hoy, Estados Unidos está mucho más involucrado en la región de lo que estaba desde hace muchas décadas, y la relación con nuestros vecinos es mejor que nunca".
Tratando de dejar atrás el recuerdo del intervencionismo de Washington en el continente americano, el presidente demócrata apuesta por pasar página y recalca su visión de compenetración hemisférica: "En lugar de quedarnos estancados en los conflictos del pasado, miramos al futuro", y destaca el papel trasatlántico de España en este proceso: "Forma parte de este nuevo momento tan prometedor en América Latina, y le agradecemos que sea un socio sólido, dispuesto a trabajar con nosotros por la seguridad, la prosperidad y la dignidad que los latinoamericanos merecen".
En ese marco de reconciliación americana, Venezuela es el elemento más espinoso para la Casa Blanca, como indica la prudente referencia de Obama a este punto con respecto a su encuentro con el mandatario cubano y aliado de Caracas Raúl Castro: "Aunque no hablé mucho sobre Venezuela con el presidente Castro cuando estuve en la isla, todos los países de la región están interesados en que los venezolanos resuelvan sus problemas económicos".