Los dopajes más recordados de la historia de los Juegos Olímpicos
Los principales atletas rusos fueron vetados de Río 2016 por haber utilizado sustancias prohibidas en otras competencias. Sin embargo, esta no es la primera vez que las drogas se entrometen en el mayor evento deportivo del planeta
Infobae
El maratonista estadounidense corrió por 3 horas, 28 minutos y 59 segundos y al cruzar la meta se desplomó. Al despertar, los médicos advirtieron que el atleta se había desvanecido no sólo producto del cansancio, sino también de un cóctel de drogas y alcohol que había ingerido antes de iniciar la prueba.
Hicks había consumido sulfato de estricnina, una sustancia tóxica que produce rigidez muscular, y un poco de coñac antes de empezar la travesía. Sin embargo, en aquel entonces no había ninguna reglamentación que impidiera el uso de drogas, por lo que finalmente ganó el maratón.
Lo insólito fue que el primero en cruzar la meta había sido su compatriota Frederick Lorz, quien tras varias acusaciones reconoció que había recorrido parte del trayecto en carro y fue descalificado.
El atleta sueco quedó en la historia por haber sido el primero en ser eliminado por dar positivo en una prueba antidoping.
En la modalidad pentatlón moderno, Liljenwall se subió al podio y se colgó la medalla de bronce. Luego, reconoció que había bebido "algunas cervezas" antes de la competencia. A pesar de que esta bebida alcohólica no provoca que un deportista tenga mejor rendimiento, el Comité Olímpico Internacional actuó.
El sueco se vio obligado a devolver la presea, luego de que el análisis develara que había corrido con 0,81 g/l de alcohol en sangre. Más tarde, participó en los Juegos de Tokio 64 y Múnich 72, pero sus actuaciones no estuvieron a la altura.
El nadador estadounidense fue el primero en dar positivo en doping por efedrina en la historia de los Juegos.
Con apenas 17 años, el californiano ganó la medalla de oro en los 400 metros estilo libre, pero horas después el COI reveló que había sido consecuencia de la droga.
Según explicó el deportista, la sustancia era parte de la medicina que tomaba para el asma, pero los organizadores lo obligaron a devolver la presea y le prohibieron continuar participando en la cita olímpica. Al día de hoy, el Comité Olímpico Estadounidense continúa reclamando al COI que revea su decisión.
El corredor canadiense levantaba el brazo derecho en señal de victoria antes de cruzar la meta de la final de los 100 metros, al haber sacado una importante distancia a sus competidores y establecer un nuevo récord 9,79 segundos.
Dos días después de que el atleta se colgara la medalla de oro, el Comité Olímpico Internacional (COI) anunciaba que había dado positivo en estanozolol, un esteroide que le permitió ganar la carrera.
Johnson perdió la presea, el récord, el título que había conseguido un año antes en el Mundial de Roma y fue castigado con 2 años fuera de las pistas. Además, su imagen quedó marcada para siempre en la historia negra del deporte.
Siete años después de haber ganado las pruebas de 100 m, 200 m y 4×400 m y haber sido considerada la mujer más rápida del planeta, la estadounidense confesó haber consumido sustancias prohibidas entre septiembre de 2000 y julio de 2001.
Aquella revelación, consecuencia de una fuerte investigación conocida popularmente como el escándalo BALCO (nombre de los laboratorios que fabricaban THG), derivó en que Jones tuviese que pasar 6 meses en prisión.
Además, la estadounidense tuvo que devolver todos los títulos que había conseguido a partir del año 2000 y a los 31 años se retiró de la actividad.
Infobae
El maratonista estadounidense corrió por 3 horas, 28 minutos y 59 segundos y al cruzar la meta se desplomó. Al despertar, los médicos advirtieron que el atleta se había desvanecido no sólo producto del cansancio, sino también de un cóctel de drogas y alcohol que había ingerido antes de iniciar la prueba.
Hicks había consumido sulfato de estricnina, una sustancia tóxica que produce rigidez muscular, y un poco de coñac antes de empezar la travesía. Sin embargo, en aquel entonces no había ninguna reglamentación que impidiera el uso de drogas, por lo que finalmente ganó el maratón.
Lo insólito fue que el primero en cruzar la meta había sido su compatriota Frederick Lorz, quien tras varias acusaciones reconoció que había recorrido parte del trayecto en carro y fue descalificado.
El atleta sueco quedó en la historia por haber sido el primero en ser eliminado por dar positivo en una prueba antidoping.
En la modalidad pentatlón moderno, Liljenwall se subió al podio y se colgó la medalla de bronce. Luego, reconoció que había bebido "algunas cervezas" antes de la competencia. A pesar de que esta bebida alcohólica no provoca que un deportista tenga mejor rendimiento, el Comité Olímpico Internacional actuó.
El sueco se vio obligado a devolver la presea, luego de que el análisis develara que había corrido con 0,81 g/l de alcohol en sangre. Más tarde, participó en los Juegos de Tokio 64 y Múnich 72, pero sus actuaciones no estuvieron a la altura.
El nadador estadounidense fue el primero en dar positivo en doping por efedrina en la historia de los Juegos.
Con apenas 17 años, el californiano ganó la medalla de oro en los 400 metros estilo libre, pero horas después el COI reveló que había sido consecuencia de la droga.
Según explicó el deportista, la sustancia era parte de la medicina que tomaba para el asma, pero los organizadores lo obligaron a devolver la presea y le prohibieron continuar participando en la cita olímpica. Al día de hoy, el Comité Olímpico Estadounidense continúa reclamando al COI que revea su decisión.
El corredor canadiense levantaba el brazo derecho en señal de victoria antes de cruzar la meta de la final de los 100 metros, al haber sacado una importante distancia a sus competidores y establecer un nuevo récord 9,79 segundos.
Dos días después de que el atleta se colgara la medalla de oro, el Comité Olímpico Internacional (COI) anunciaba que había dado positivo en estanozolol, un esteroide que le permitió ganar la carrera.
Johnson perdió la presea, el récord, el título que había conseguido un año antes en el Mundial de Roma y fue castigado con 2 años fuera de las pistas. Además, su imagen quedó marcada para siempre en la historia negra del deporte.
Siete años después de haber ganado las pruebas de 100 m, 200 m y 4×400 m y haber sido considerada la mujer más rápida del planeta, la estadounidense confesó haber consumido sustancias prohibidas entre septiembre de 2000 y julio de 2001.
Aquella revelación, consecuencia de una fuerte investigación conocida popularmente como el escándalo BALCO (nombre de los laboratorios que fabricaban THG), derivó en que Jones tuviese que pasar 6 meses en prisión.
Además, la estadounidense tuvo que devolver todos los títulos que había conseguido a partir del año 2000 y a los 31 años se retiró de la actividad.