La posibilidad de un golpe de Estado preocupaba a Erdogan desde hacía meses
Un artículo del Wall Street Journal del 15 de mayo advertía sobre la creciente influencia de las Fuerzas Armadas como contrapeso del Ejecutivo
Infobae
El 15 de junio de 2016, un artículo de The Wall Street Journal reflejaba la creciente preocupación del gobierno de Recep Tayyip Erdogan por la creciente influencia del Ejército.
El viernes, la tensión llegó a su pico máximo cuando los reportes empezaron a dar cuenta de un levantamiento militar contra el régimen en las principales ciudades del país.
El mencionado artículo describía cómo después de 13 años de haber sido sistemáticamente marginado por el presidente, el Ejército estaba reemergiendo en los altos círculos de poder turcos como un adversario potencialmente peligroso para Erdogan.
Se trata de una institución que ha sido clave en los últimos 50 años de historia turca; en efecto, el Ejército ha derrocado a cuatro gobiernos civiles desde 1960.
Los movimientos de Erdogan para desplazar a sus adversarios internos lo han obligado a apoyarse en el Ejército, sobre todo en lo relacionado con sus aspiraciones internacionales. Han sido las Fuerzas Armadas las que han presionado al Ejecutivo para el envío de tropas a Siria –no exento de polémicas por los ataques contra la minoría kurda– y han sido sus generales los que empujaron a Erdogan a proteger la alianza con los líderes occidentales, aunque éstos lo miran con desconfianza.
"El Ejército turco es el único agente que quiere poner un freno al Gobierno y generar 'frenos y contrapesos' a Erdogan", dijo Metin Gurcan, un ex oficial del Ejército turco que ahora trabaja como analista de seguridad con sede en Estambul, citado meses atrás por el Wall Street Journal.
"Las especulaciones sobre un golpe militar alcanzaron un punto álgido a finales de marzo (de 2016), cuando los informes de los medios de comunicación turcos sugirieron que la administración de Barack Obama estaba tratando de derrocar a Erdogan. Los rumores llevaron a un intercambio tenso con el Departamento de Estado de EEUU, donde un periodista turco preguntó al vocero John Kirby si los EEUU estaban trabajando para derrocar al presidente Erdogan", describe el citado artículo.
"¿Si estamos tratando de derrocar al Gobierno de Turquía? ¿Es esa su pregunta?" , exclamó Kirby entonces. Y continuó: "Es una afirmación y una acusación tan ridícula que no merecer ni respuesta". Pero las sospechas, como puede analizarse hoy, aunque equivocadas en los actores en cuestión, no eran del todo infundadas.
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El 15 de junio de 2016, un artículo de The Wall Street Journal reflejaba la creciente preocupación del gobierno de Recep Tayyip Erdogan por la creciente influencia del Ejército.
El viernes, la tensión llegó a su pico máximo cuando los reportes empezaron a dar cuenta de un levantamiento militar contra el régimen en las principales ciudades del país.
El mencionado artículo describía cómo después de 13 años de haber sido sistemáticamente marginado por el presidente, el Ejército estaba reemergiendo en los altos círculos de poder turcos como un adversario potencialmente peligroso para Erdogan.
Se trata de una institución que ha sido clave en los últimos 50 años de historia turca; en efecto, el Ejército ha derrocado a cuatro gobiernos civiles desde 1960.
Los movimientos de Erdogan para desplazar a sus adversarios internos lo han obligado a apoyarse en el Ejército, sobre todo en lo relacionado con sus aspiraciones internacionales. Han sido las Fuerzas Armadas las que han presionado al Ejecutivo para el envío de tropas a Siria –no exento de polémicas por los ataques contra la minoría kurda– y han sido sus generales los que empujaron a Erdogan a proteger la alianza con los líderes occidentales, aunque éstos lo miran con desconfianza.
"El Ejército turco es el único agente que quiere poner un freno al Gobierno y generar 'frenos y contrapesos' a Erdogan", dijo Metin Gurcan, un ex oficial del Ejército turco que ahora trabaja como analista de seguridad con sede en Estambul, citado meses atrás por el Wall Street Journal.
"Las especulaciones sobre un golpe militar alcanzaron un punto álgido a finales de marzo (de 2016), cuando los informes de los medios de comunicación turcos sugirieron que la administración de Barack Obama estaba tratando de derrocar a Erdogan. Los rumores llevaron a un intercambio tenso con el Departamento de Estado de EEUU, donde un periodista turco preguntó al vocero John Kirby si los EEUU estaban trabajando para derrocar al presidente Erdogan", describe el citado artículo.
"¿Si estamos tratando de derrocar al Gobierno de Turquía? ¿Es esa su pregunta?" , exclamó Kirby entonces. Y continuó: "Es una afirmación y una acusación tan ridícula que no merecer ni respuesta". Pero las sospechas, como puede analizarse hoy, aunque equivocadas en los actores en cuestión, no eran del todo infundadas.