“Atacaré de noche. Tras aniquilar a 260 discapacitados, me entregaré”
El atacante de Japón avisó a las autoridades en una carta hace cinco meses de su macabro plan
Xavier Fontdeglòria
Pekín, El País
Satoshi Uematsu, el japonés que mató a 19 personas con discapacidad e hirió a una veintena más durante la madrugada del martes, había planificado la masacre y avisado de que la llevaría a cabo. En febrero, el joven hizo llegar una carta manuscrita al presidente de la Cámara Baja japonesa en la cual afirmaba que las personas con discapacidad "sólo pueden crear miseria" y detallaba cómo podía deshacerse de decenas de ellas, un plan que ejecutó prácticamente al pie de la letra.
"(El ataque) se llevará a cabo durante el turno de noche, cuando hay menos personal. El objetivo serán dos centros en los que residen muchas personas con discapacidad
. Los trabajadores de guardia serán atados con un cable, por lo que no podrán moverse ni contactar con nadie fuera. El acto se llevará a cabo con rapidez y, definitivamente, sin herir a los empleados. Después de aniquilar a las 260 personas de estas dos instalaciones, me entregaré", reza el texto.
El contenido de la carta fue difundida por varios medios locales y la oficina del parlamento nipón confirmó su existencia. No ha trascendido cuál era el otro centro al que Uematsu quería atacar, pero se cree que se trata de otra residencia similar a la de Sagamihara, la ciudad donde ocurrió el suceso.
El joven vivía a escasos 500 metros de la residencia Tsukui Yamayuri, donde había trabajado como cuidador durante más de tres años. El martes entró al centro en torno a las 2.10 hora local tras romper una de las ventanas con un martillo. Ató a dos de los trabajadores y empezó a acuchillar a decenas de personas durante 40 minutos. Volvió a salir y a las 3 de la madrugada se presentó a la comisaría de policía de la ciudad para confesar el crimen. Durante el trayecto, publicó un mensaje a las redes sociales: "Que haya paz en el mundo. ¡Japón es hermoso!", según han informado los medios locales.
Muchos se preguntan si la tragedia podía haberse evitado. Uematsu empieza la carta asegurando que puede deshacerse de hasta 470 con discapacidad y explica su particular forma de ver la vida: "Imagino un mundo en el que las personas con discapacidades severas puedan solicitar la eutanasia, con el consentimiento de sus tutores, en los casos en los que el enfermo sea incapaz de vivir en una casa y de participar activamente en la sociedad". Después animaba al político –al que pedía discutir el asunto con el primer ministro japonés, Shinzo Abe– a tomar esta "dura pero inevitable decisión por el bien de toda la humanidad".
La carta llegó a manos de la policía, que le arrestó. El joven fue internado en un hospital psiquiátrico –las pruebas que le hicieron detectaron en su orina restos de haber consumido marihuana–, pero doce días después los doctores le dieron de alta al considerar que ya no suponía un peligro. Meses después, Uematsu está detenido por ser el presunto autor de la mayor matanza que ha sufrido Japón desde el fin de la Segunda Guerra Mundial.
El acusado aseguró este miércoles a la policía que cometió los crímenes porque quería "salvar" a las víctimas y no mostró ningún tipo de arrepentimiento, según informaron fuentes de la investigación a la agencia Kyodo. Uematsu fue transferido desde la comisaría de Sagamihara, donde llegó la madrugada del martes conduciendo su propio vehículo, hasta la oficina de la Fiscalía japonesa en Yokohama. Las cámaras le captaron sonriendo.
Xavier Fontdeglòria
Pekín, El País
Satoshi Uematsu, el japonés que mató a 19 personas con discapacidad e hirió a una veintena más durante la madrugada del martes, había planificado la masacre y avisado de que la llevaría a cabo. En febrero, el joven hizo llegar una carta manuscrita al presidente de la Cámara Baja japonesa en la cual afirmaba que las personas con discapacidad "sólo pueden crear miseria" y detallaba cómo podía deshacerse de decenas de ellas, un plan que ejecutó prácticamente al pie de la letra.
"(El ataque) se llevará a cabo durante el turno de noche, cuando hay menos personal. El objetivo serán dos centros en los que residen muchas personas con discapacidad
. Los trabajadores de guardia serán atados con un cable, por lo que no podrán moverse ni contactar con nadie fuera. El acto se llevará a cabo con rapidez y, definitivamente, sin herir a los empleados. Después de aniquilar a las 260 personas de estas dos instalaciones, me entregaré", reza el texto.
El contenido de la carta fue difundida por varios medios locales y la oficina del parlamento nipón confirmó su existencia. No ha trascendido cuál era el otro centro al que Uematsu quería atacar, pero se cree que se trata de otra residencia similar a la de Sagamihara, la ciudad donde ocurrió el suceso.
El joven vivía a escasos 500 metros de la residencia Tsukui Yamayuri, donde había trabajado como cuidador durante más de tres años. El martes entró al centro en torno a las 2.10 hora local tras romper una de las ventanas con un martillo. Ató a dos de los trabajadores y empezó a acuchillar a decenas de personas durante 40 minutos. Volvió a salir y a las 3 de la madrugada se presentó a la comisaría de policía de la ciudad para confesar el crimen. Durante el trayecto, publicó un mensaje a las redes sociales: "Que haya paz en el mundo. ¡Japón es hermoso!", según han informado los medios locales.
Muchos se preguntan si la tragedia podía haberse evitado. Uematsu empieza la carta asegurando que puede deshacerse de hasta 470 con discapacidad y explica su particular forma de ver la vida: "Imagino un mundo en el que las personas con discapacidades severas puedan solicitar la eutanasia, con el consentimiento de sus tutores, en los casos en los que el enfermo sea incapaz de vivir en una casa y de participar activamente en la sociedad". Después animaba al político –al que pedía discutir el asunto con el primer ministro japonés, Shinzo Abe– a tomar esta "dura pero inevitable decisión por el bien de toda la humanidad".
La carta llegó a manos de la policía, que le arrestó. El joven fue internado en un hospital psiquiátrico –las pruebas que le hicieron detectaron en su orina restos de haber consumido marihuana–, pero doce días después los doctores le dieron de alta al considerar que ya no suponía un peligro. Meses después, Uematsu está detenido por ser el presunto autor de la mayor matanza que ha sufrido Japón desde el fin de la Segunda Guerra Mundial.
El acusado aseguró este miércoles a la policía que cometió los crímenes porque quería "salvar" a las víctimas y no mostró ningún tipo de arrepentimiento, según informaron fuentes de la investigación a la agencia Kyodo. Uematsu fue transferido desde la comisaría de Sagamihara, donde llegó la madrugada del martes conduciendo su propio vehículo, hasta la oficina de la Fiscalía japonesa en Yokohama. Las cámaras le captaron sonriendo.