Emiratos Árabes da por acabada su participación en la guerra de Yemen
El ministro de Estado de Exteriores matiza que seguirán en la coalición hasta que esta anuncie el fin
Ángeles Espinosa
Dubái, El País
Emiratos Árabes Unidos (EAU) da por terminada su participación en la guerra de Yemen. Así se desprende de un tuit que el jeque Mohamed Bin Zayed al Nahyan, príncipe heredero de Abu Dhabi y vicejefe de las Fuerzas Armadas de Emiratos Árabes Unidos (EAU) publicó el miércoles por la noche. Quien los observadores consideran el hombre fuerte de Emiratos citaba en ese sentido a uno de sus ministros. La rica monarquía árabe ha sufrido importantes bajas en esa operación que encabeza Arabia Saudí.
"Nuestra posición hoy está clara: la guerra ha terminado para nuestras tropas; estamos siguiendo los arreglos políticos, empoderando a los yemeníes en las zonas liberadas", tuiteó en inglés el gobernador de facto de EAU.
El jeque Mohamed transcribía las palabras que acababa de pronunciar en su residencia el ministro de Estado de Asuntos Exteriores, Anwar Gargash. Sin embargo, la versión del tuit en árabe, que incluye después de “ha terminado” el adverbio “prácticamente”, ha despertado dudas sobre el alcance de la decisión. El propio alto funcionario ha aclarado este jueves que Emiratos mantiene su compromiso hasta que la coalición árabe concluya sus operaciones en Yemen.
“Nuestras fuerzas armadas (…) han combatido con valor y profesionalismo. Su papel continúa al lado de Arabia Saudí hasta que la coalición anuncie el fin de la guerra”, ha escrito Gargash en su Twitter. A lo largo de una decena de mensajes, el responsable ha destacado los puntos principales de la disertación que bajo el título EAU, la coalición y la crisis de Yemen: la decisión necesaria hizo ayer en la recepción de Ramadán del jeque Mohamed.
De acuerdo con el resumen que ha aparecido en la prensa local, Gargash afirmó que EAU ha hecho todo lo posible y que Yemen necesita ahora una solución política para encontrar una paz duradera. La controvertida campaña encabezada por Arabia Saudí se inició en marzo de 2015 con el objetivo de restaurar al presidente Abdrabbo Mansur Hadi a quien los rebeldes Huthi empujaron al exilio. No obstante, el ministro también reconoció que uno de los objetivos de la intervención había sido "contrarrestar la influencia iraní en la región".
Es la primera vez que Emiratos ha desplegado tropas de combate fuera de sus fronteras. El coste humano ha sido significativo. En torno a 80 soldados han muerto en Yemen durante estos meses, 52 de ellos de golpe por el impacto de un misil enemigo el pasado septiembre. Fue una noticia difícil de digerir para una nación de apenas un millón de habitantes autóctonos.
"La guerra nunca fue la elección sino la única salida después de haber agotado todas las demás", justificó Gargash.
Las monarquías de la península Arábiga responsabilizan del ascenso de los Huthi a Teherán, un vecino del que recelan y cuya influencia regional han visto aumentar en los últimos años. Los rebeldes yemeníes, que llevan desde principios de este siglo luchando contra el Gobierno central, siempre han negado recibir apoyo iraní.
"No es la responsabilidad de EAU ni la de Arabia Saudí construir el Yemen moderno. Es una tarea totalmente yemení", subrayó Gargash.
Ninguna fuente emiratí ha explicado qué ha llevado a tomar la decisión en este momento, ni Riad ha hecho comentario alguno al respecto. Desde hace unos meses, se especula con que han surgido diferencias entre ambos socios en la coalición y con que esta busca una salida a la campaña militar, que sus críticos tachan de desastrosa. A pesar de que Gargash defendió el desempeño de las fuerzas emiratíes, la operación no ha logrado ni reinstalar a Hadi en el Gobierno, ni unificar el país.
Tampoco está claro cómo va a afectar en lo inmediato a Yemen, donde un año de combates ha profundizado las divisiones internas y, según la ONU, el 82 % de sus 21 millones de habitantes requiere asistencia humanitaria. El propio Gargash reconoció en su conferencia que “después de 50 días desalentadores de conversaciones de paz sobre Yemen en Kuwait, no hay una visión unificada sobre el futuro. Hay alarmantes signos de que el Sur quiere separarse y de que el radicalismo está en ascenso”.
Ángeles Espinosa
Dubái, El País
Emiratos Árabes Unidos (EAU) da por terminada su participación en la guerra de Yemen. Así se desprende de un tuit que el jeque Mohamed Bin Zayed al Nahyan, príncipe heredero de Abu Dhabi y vicejefe de las Fuerzas Armadas de Emiratos Árabes Unidos (EAU) publicó el miércoles por la noche. Quien los observadores consideran el hombre fuerte de Emiratos citaba en ese sentido a uno de sus ministros. La rica monarquía árabe ha sufrido importantes bajas en esa operación que encabeza Arabia Saudí.
"Nuestra posición hoy está clara: la guerra ha terminado para nuestras tropas; estamos siguiendo los arreglos políticos, empoderando a los yemeníes en las zonas liberadas", tuiteó en inglés el gobernador de facto de EAU.
El jeque Mohamed transcribía las palabras que acababa de pronunciar en su residencia el ministro de Estado de Asuntos Exteriores, Anwar Gargash. Sin embargo, la versión del tuit en árabe, que incluye después de “ha terminado” el adverbio “prácticamente”, ha despertado dudas sobre el alcance de la decisión. El propio alto funcionario ha aclarado este jueves que Emiratos mantiene su compromiso hasta que la coalición árabe concluya sus operaciones en Yemen.
“Nuestras fuerzas armadas (…) han combatido con valor y profesionalismo. Su papel continúa al lado de Arabia Saudí hasta que la coalición anuncie el fin de la guerra”, ha escrito Gargash en su Twitter. A lo largo de una decena de mensajes, el responsable ha destacado los puntos principales de la disertación que bajo el título EAU, la coalición y la crisis de Yemen: la decisión necesaria hizo ayer en la recepción de Ramadán del jeque Mohamed.
De acuerdo con el resumen que ha aparecido en la prensa local, Gargash afirmó que EAU ha hecho todo lo posible y que Yemen necesita ahora una solución política para encontrar una paz duradera. La controvertida campaña encabezada por Arabia Saudí se inició en marzo de 2015 con el objetivo de restaurar al presidente Abdrabbo Mansur Hadi a quien los rebeldes Huthi empujaron al exilio. No obstante, el ministro también reconoció que uno de los objetivos de la intervención había sido "contrarrestar la influencia iraní en la región".
Es la primera vez que Emiratos ha desplegado tropas de combate fuera de sus fronteras. El coste humano ha sido significativo. En torno a 80 soldados han muerto en Yemen durante estos meses, 52 de ellos de golpe por el impacto de un misil enemigo el pasado septiembre. Fue una noticia difícil de digerir para una nación de apenas un millón de habitantes autóctonos.
"La guerra nunca fue la elección sino la única salida después de haber agotado todas las demás", justificó Gargash.
Las monarquías de la península Arábiga responsabilizan del ascenso de los Huthi a Teherán, un vecino del que recelan y cuya influencia regional han visto aumentar en los últimos años. Los rebeldes yemeníes, que llevan desde principios de este siglo luchando contra el Gobierno central, siempre han negado recibir apoyo iraní.
"No es la responsabilidad de EAU ni la de Arabia Saudí construir el Yemen moderno. Es una tarea totalmente yemení", subrayó Gargash.
Ninguna fuente emiratí ha explicado qué ha llevado a tomar la decisión en este momento, ni Riad ha hecho comentario alguno al respecto. Desde hace unos meses, se especula con que han surgido diferencias entre ambos socios en la coalición y con que esta busca una salida a la campaña militar, que sus críticos tachan de desastrosa. A pesar de que Gargash defendió el desempeño de las fuerzas emiratíes, la operación no ha logrado ni reinstalar a Hadi en el Gobierno, ni unificar el país.
Tampoco está claro cómo va a afectar en lo inmediato a Yemen, donde un año de combates ha profundizado las divisiones internas y, según la ONU, el 82 % de sus 21 millones de habitantes requiere asistencia humanitaria. El propio Gargash reconoció en su conferencia que “después de 50 días desalentadores de conversaciones de paz sobre Yemen en Kuwait, no hay una visión unificada sobre el futuro. Hay alarmantes signos de que el Sur quiere separarse y de que el radicalismo está en ascenso”.