Bruselas responde al ‘Brexit’ con más integración militar en la UE
La alta representante pide a los países que conviertan en norma la cooperación en defensa
Lucía Abellán
Bruselas, El País
La UE responde al Brexit con más integración contra el terrorismo y los desafíos exteriores. La alta representante para la Política Exterior Europea, Federica Mogherini, ha enviado a los jefes de Estado y de Gobierno una propuesta para estrechar la coordinación militar entre países. El texto llevaba semanas guardado en un cajón, a la espera de que concluyera el referéndum británico. “Vivimos tiempos de crisis existencial, dentro de la UE y más allá. Nuestra Unión está bajo amenaza”, alerta.
La jefa de la diplomacia europea lleva un año trabajando para integrar más dos políticas muy ligadas al ámbito nacional: la exterior y sobre todo la de defensa. Sabedora del rechazo que la idea de coordinar a los ejércitos despierta en Reino Unido, Mogherini evitó airear la propuesta durante la campaña británica. El documento, al que ha tenido acceso EL PAÍS, insta a lograr una “sincronización gradual y una adaptación mutua” de los planes nacionales de defensa para ampliar la “convergencia estratégica” entre Estados.
Los gobernantes deberán debatirlo en la cumbre europea que arranca este martes en Bruselas, aunque las consecuencias del referéndum británico dejarán poco espacio a otras discusiones.
Aunque la propuesta no incluye medidas específicas, sí dibuja un horizonte más integrado de la acción militar en la UE. Londres nunca ha visto con buenos ojos ese compromiso, esbozado en el último tratado europeo, con el argumento de que la defensa común ya se gestiona en el seno de la OTAN, a la que pertenecen casi todos los socios comunitarios. La iniciativa de Mogherini también contempla una mayor colaboración con la Alianza.
Amenaza terrorista
Pese al revés británico, la alta representante ha decidido poner sobre la mesa la propuesta tal como la había concebido inicialmente. Con el terrorismo golpeando en Europa y la anexión que hizo Rusia de la península ucrania de Crimea hace dos años, la alta representante insta a los Estados a unir sus fuerzas defensivas. “Aunque los Estados miembros sean soberanos en sus decisiones defensivas, la cooperación debe convertirse en la norma”, propone. “Los programas de defensa con una orientación nacional resultan insuficientes para afrontar la falta de capacidad [militar]”, añade.
La propuesta del servicio diplomático pretende continuar la estrategia global que proyectó el primer representante exterior de la UE, Javier Solana, hace 13 años. Para ello se ha nutrido de la colaboración de Gobiernos, Parlamentos europeos y expertos en la materia. En el momento de mayor incertidumbre del proyecto comunitario, Mogherini entiende que la defensa y la seguridad comunes pueden convertirse en un buen punto de partida para la UE post-Brexit.
La iniciativa insta a desarrollar dos elementos presentes en el Tratado de Lisboa. El primero es la asistencia mutua entre Estados cuando la seguridad de uno se vea amenazada. Ese principio lo invocó por primera vez Francia, al pedir refuerzo militar a sus socios tras los atentados de París. El segundo consiste en “eliminar los obstáculos de procedimiento, financieros y políticos que impiden el despliegue de los grupos de combate”. Se trata de una fuerza de despliegue rápido que proveen los Estados miembros desde 2007, aunque nunca se ha empleado.
Lucía Abellán
Bruselas, El País
La UE responde al Brexit con más integración contra el terrorismo y los desafíos exteriores. La alta representante para la Política Exterior Europea, Federica Mogherini, ha enviado a los jefes de Estado y de Gobierno una propuesta para estrechar la coordinación militar entre países. El texto llevaba semanas guardado en un cajón, a la espera de que concluyera el referéndum británico. “Vivimos tiempos de crisis existencial, dentro de la UE y más allá. Nuestra Unión está bajo amenaza”, alerta.
La jefa de la diplomacia europea lleva un año trabajando para integrar más dos políticas muy ligadas al ámbito nacional: la exterior y sobre todo la de defensa. Sabedora del rechazo que la idea de coordinar a los ejércitos despierta en Reino Unido, Mogherini evitó airear la propuesta durante la campaña británica. El documento, al que ha tenido acceso EL PAÍS, insta a lograr una “sincronización gradual y una adaptación mutua” de los planes nacionales de defensa para ampliar la “convergencia estratégica” entre Estados.
Los gobernantes deberán debatirlo en la cumbre europea que arranca este martes en Bruselas, aunque las consecuencias del referéndum británico dejarán poco espacio a otras discusiones.
Aunque la propuesta no incluye medidas específicas, sí dibuja un horizonte más integrado de la acción militar en la UE. Londres nunca ha visto con buenos ojos ese compromiso, esbozado en el último tratado europeo, con el argumento de que la defensa común ya se gestiona en el seno de la OTAN, a la que pertenecen casi todos los socios comunitarios. La iniciativa de Mogherini también contempla una mayor colaboración con la Alianza.
Amenaza terrorista
Pese al revés británico, la alta representante ha decidido poner sobre la mesa la propuesta tal como la había concebido inicialmente. Con el terrorismo golpeando en Europa y la anexión que hizo Rusia de la península ucrania de Crimea hace dos años, la alta representante insta a los Estados a unir sus fuerzas defensivas. “Aunque los Estados miembros sean soberanos en sus decisiones defensivas, la cooperación debe convertirse en la norma”, propone. “Los programas de defensa con una orientación nacional resultan insuficientes para afrontar la falta de capacidad [militar]”, añade.
La propuesta del servicio diplomático pretende continuar la estrategia global que proyectó el primer representante exterior de la UE, Javier Solana, hace 13 años. Para ello se ha nutrido de la colaboración de Gobiernos, Parlamentos europeos y expertos en la materia. En el momento de mayor incertidumbre del proyecto comunitario, Mogherini entiende que la defensa y la seguridad comunes pueden convertirse en un buen punto de partida para la UE post-Brexit.
La iniciativa insta a desarrollar dos elementos presentes en el Tratado de Lisboa. El primero es la asistencia mutua entre Estados cuando la seguridad de uno se vea amenazada. Ese principio lo invocó por primera vez Francia, al pedir refuerzo militar a sus socios tras los atentados de París. El segundo consiste en “eliminar los obstáculos de procedimiento, financieros y políticos que impiden el despliegue de los grupos de combate”. Se trata de una fuerza de despliegue rápido que proveen los Estados miembros desde 2007, aunque nunca se ha empleado.