Conozca al empresario que regaló parte de su compañía a sus trabajadores
Turquía, Noticias24
Un empresario turco, Hamdi Ulukaya, fundador de la empresa de productos lácteos Chobani, dará el 10% del capital de su compañía a sus 2.000 empleados; una decisión que los analistas enmarcan dentro del debate sobre las desigualdades salariales en EE.UU. en plena campaña electoral por la Casa Blanca.
Las acciones serán distribuidas dependiendo de la antigüedad de los trabajadores en la empresa. A continuación el artículo completo:
“A partir de hoy voy a tener 2.000 nuevos socios en Chobani. Es uno de lo mejores momentos de mi vida”, escribió el empresario en su cuenta de Twitter. “Hemos trabajado juntos, ahora somos socios”.
El número de acciones distribuidas a cada uno de los 2.000 empleados dependerá de la antigüedad en la empresa. De media, a cada uno de estos trabajadores le tocan unos 100.000 euros, a los de más antigüedad, mucho más. Ulukaya seguirá siendo el accionista mayoritario, incluso si se diluyera su participación. El 10% transferido a los empleados es parte del 80% de la empresa en manos de Ulukaya, el 20% restante pertenece al fondo TPG California que invirtió 750 millones de dólares en Chobani en 2014.
Ulukaya fundó Chobani en New Berlin, en el estado de Nueva York, y empezó a comercializar los primeros yogures en octubre de 2007. Valorada en 3.000 millones de euros, Chobani es la compañía que más yogur “griego” vende en todo Estados Unidos, con una cota de mercado del 44%. Una historia de éxito al más puro estilo norteamericano.
Su fundador ha pasado en pocos años de ser inmigrante kurdo a multimillonario. Hijo de granjeros, se empeñó en lograr el mejor producto posible, como el que él disfrutaba cuando era niño. “Este ha sido mi sueño y ellos, esta comunidad y este país se han portado tan bien conmigo que quiero devolverles el favor”, ha asegurado.
Devolver el favor a empleadas como Terry, una de las primeras contratadas, que dice que “cuando pienso en lo pequeños que éramos y lo duro que todos hemos trabajado para conseguir esto estoy muy orgullosa”.
Con la brecha entre ricos y pobres cada vez mayor, este empresario se ha empeñado en demostrar que otro modelo es posible. Contrata a refugiados en su empresa y ahora ha hecho socios a todos sus empleados, convencido de que les devuelve lo que les debe. Los empleados de Chobani tienen salarios por encima del mínimo legal, según The New York Times y tienen una buena cobertura de salud y otros beneficios. Que los empleados tengan acciones de la compañía es común en el sector tecnológico para atraer a los mejores talentos.
Un empresario turco, Hamdi Ulukaya, fundador de la empresa de productos lácteos Chobani, dará el 10% del capital de su compañía a sus 2.000 empleados; una decisión que los analistas enmarcan dentro del debate sobre las desigualdades salariales en EE.UU. en plena campaña electoral por la Casa Blanca.
Las acciones serán distribuidas dependiendo de la antigüedad de los trabajadores en la empresa. A continuación el artículo completo:
“A partir de hoy voy a tener 2.000 nuevos socios en Chobani. Es uno de lo mejores momentos de mi vida”, escribió el empresario en su cuenta de Twitter. “Hemos trabajado juntos, ahora somos socios”.
El número de acciones distribuidas a cada uno de los 2.000 empleados dependerá de la antigüedad en la empresa. De media, a cada uno de estos trabajadores le tocan unos 100.000 euros, a los de más antigüedad, mucho más. Ulukaya seguirá siendo el accionista mayoritario, incluso si se diluyera su participación. El 10% transferido a los empleados es parte del 80% de la empresa en manos de Ulukaya, el 20% restante pertenece al fondo TPG California que invirtió 750 millones de dólares en Chobani en 2014.
Ulukaya fundó Chobani en New Berlin, en el estado de Nueva York, y empezó a comercializar los primeros yogures en octubre de 2007. Valorada en 3.000 millones de euros, Chobani es la compañía que más yogur “griego” vende en todo Estados Unidos, con una cota de mercado del 44%. Una historia de éxito al más puro estilo norteamericano.
Su fundador ha pasado en pocos años de ser inmigrante kurdo a multimillonario. Hijo de granjeros, se empeñó en lograr el mejor producto posible, como el que él disfrutaba cuando era niño. “Este ha sido mi sueño y ellos, esta comunidad y este país se han portado tan bien conmigo que quiero devolverles el favor”, ha asegurado.
Devolver el favor a empleadas como Terry, una de las primeras contratadas, que dice que “cuando pienso en lo pequeños que éramos y lo duro que todos hemos trabajado para conseguir esto estoy muy orgullosa”.
Con la brecha entre ricos y pobres cada vez mayor, este empresario se ha empeñado en demostrar que otro modelo es posible. Contrata a refugiados en su empresa y ahora ha hecho socios a todos sus empleados, convencido de que les devuelve lo que les debe. Los empleados de Chobani tienen salarios por encima del mínimo legal, según The New York Times y tienen una buena cobertura de salud y otros beneficios. Que los empleados tengan acciones de la compañía es común en el sector tecnológico para atraer a los mejores talentos.